Adel al-Jubeir, ministro de Estado para las Relaciones Exteriores, miembro de Gabinete y enviado de Asuntos Climáticos de Arabia Saudita visitó Uruguay el pasado 23 y 24 de mayo. Mantuvo reuniones con el ministro de Relaciones Exteriores Francisco Bustillo, la vicepresidenta Beatriz Argimón y el ministro de Ambiente, Roberto Bouvier.
Es su segunda visita: la primera fue en febrero de 2022. Su propósito en Uruguay y el resto de América Latina es afianzar las relaciones, dice, y “superar las distancias”.
-Es su segunda vez en el país. ¿Con qué objetivos vino?
-En Arabia Saudita miramos el mundo y nos dimos cuenta de que teníamos oportunidades para mejorar relaciones con Latinoamérica. Notamos que tenemos un punto de vista similar en términos de relaciones exteriores. En términos de nuestra política doméstica, creemos en el crecimiento económico, en empoderar a los jóvenes y a las mujeres y tener una cultura de tolerancia. Creemos en la innovación, el turismo, el entretenimiento, la inteligencia artificial para volvernos un país más rico. Y creemos que, respecto a Uruguay, nuestras economías son complementarias. Nosotros producimos energía y ustedes la compran. Somos importadores de comida y ustedes la producen. También hay áreas en las que podemos cooperar, en el cambio climático, por ejemplo.
-¿Por qué la relación no va más allá de las embajadas?
-Por la distancia. Hay que superar esa distancia y unir a nuestra gente. Por eso estoy aquí por segunda vez. Con Brasil y Argentina, por ejemplo, históricamente hemos tenido grandes lazos. Nos estamos involucrando más para, justamente, sobreponerlos a las distancias.
-¿Cuál es su interés concreto en la región? ¿Qué oportunidades ven en este momento en particular?
-Queremos desarrollar nuestro vínculo. Queremos intensificarlo. Vemos más compañías saudíes que invierten en Uruguay y más compañías uruguayas que invierten en Arabia Saudita. Vemos más productos uruguayos en los estantes de las casas de allá y viceversa. Pero queremos más que eso: queremos ver estudiantes uruguayos, por ejemplo. Para que pase eso, tenemos que involucrarnos más.
-Retomaron los lazos con Irán. ¿Cómo impactó esto en la región?
-Sí. Tenemos la esperanza de que eso desemboque en mejores relaciones con Irán, y de que se abra la puerta a más relaciones positivas que involucren comercio e intercambios, para que ambos países se beneficien. De este modo, también se beneficia la región.
-¿Y con Estados Unidos? ¿Cómo están hoy sus relaciones tras el asesinato del periodista Jamal Khashogg y las declaraciones de Joe Biden al respecto?
-Nuestro vínculo es histórico, estratégico y en todas las áreas es muy fuerte. A veces tenemos desacuerdos, pero eso no cambia la importancia de nuestras relaciones, que son muy sólidas en términos de seguridad, economía, educación... Tenemos intereses en común, desafíos que EE.UU. y Arabia Saudita trabajan juntos para superar, ya sea la lucha contra el terrorismo, el extremismo, la situación en Afganistán, la estabilización de el Líbano, llevar paz a Yemen, llevar paz a Sudán... De vez en cuando tenemos desacuerdos en asuntos particulares, pero eso no cambia la fortaleza de nuestras relaciones.
El hidrógeno verde: una ambición en común
Arabia Saudita está especialmente interesado en ser un país verde. Esto se evidencia, por ejemplo, en que poseen la planta más grande del mundo en producción de hidrógeno verde, resalta Adel al-Jubeir, y aspiran a ser “los mayores exportadores en el rubro”.
En tanto, en Uruguay, el presidente de la República Luis Lacalle Pou anunció el pasado 8 de junio en Paysandú que el próximo año se construirá una planta de hidrógeno verde en ese departamento, con una inversión de más de US$ 4.000 millones.
Consultado sobre oportunidades de inversión de Arabia Saudita en Uruguay relacionadas al hidrógeno verde -previo al anuncio del presidente-, Al-Jubeir reconoció que “las hay” y remarcó la importancia de la cooperación en ese sentido, sin dar más detalles.