CUMBRE CLIMÁTICA
El mundo sigue necesitando “siete veces más ambición” para cumplir con el objetivo de +1,5ºC previsto en el Acuerdo de París de lucha contra el cambio climático de 2015.
Los nuevos compromisos de lucha contra el cambio climático anunciados en la COP26 de Glasgow apenas modifican la trayectoria actual y el mundo se dirige a un aumento de la temperatura catastrófico.
A pesar de las coaliciones de decenas de países para atajar la deforestación, para reducir en un 30% las emisiones de metano, o para acabar con la dependencia de los combustibles fósiles, la situación sigue siendo alarmante, según una nueva estimación del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) que supuso todo un balde de agua helada.
Glasgow ha sido durante diez días el escenario de grandes discursos y compromisos, pero “francamente, la montaña ha parido un ratón”, declaró la responsable del PNUMA, Inger Anderson.
Este organismo de la ONU había publicado un informe en octubre, antes de la COP26. Sus expertos calculaban que el mundo se dirigía a un aumento de la temperatura del planeta de hasta +2,7°C.
Ahora, tras los últimos compromisos de las casi 200 partes presentes en Glasgow, esa estimación no mejora de aquí a 2030. El mundo sigue necesitando “siete veces más ambición” para cumplir con el objetivo de +1,5ºC previsto en el Acuerdo de París de lucha contra el cambio climático de 2015, subrayó ayer martes Anne Olhoff, principal autora del informe.
A partir de lo acordado en París, los países reunidos en Glasgow deben imponerse de aquí al viernes reglas de transparencia, de control mutuo de emisiones, acordar la financiación a medio plazo, o las indemnizaciones por los daños que ya están sufriendo los países más vulnerables.
Los informes de evaluación “demuestran que ha habido progresos, pero claramente no han sido suficientes”, admitió el presidente de la COP26, el ex ministro británico, Alok Sharma.
Los países más vulnerables volvieron a denunciar las sombrías expectativas.
Agrupados en una gran coalición de América Latina, Asia y África, decenas de países pidieron 1,3 billones de dólares anuales a partir de 2030, repartidos a partes iguales entre medidas de mitigación del cambio climático y medidas de adaptación.