El obispo opositor de Nicaragua, Rolando Álvarez, cumplió un año de detención

Fue condenado a 26 años de prisión. Dirigentes opositores, como Juan Sebastián Chamorro y la exguerrillera sandinista disidente Dora María Téllez, demandaron la liberación de monseñor.

El obispo nicaragüense Rolando Álvarez
El obispo nicaragüense Rolando Álvarez.
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EFE
El obispo nicaragüense Rolando Álvarez, condenado a más de 26 años de prisión por “traición a la patria”, cumplió ayer viernes un año privado de libertad desde que la Policía de Nicaragua le impidiera salir de la sede episcopal en Matagalpa.

El movimiento Acción Dale Vida Nicaragua lanzó la campaña “Eucaristía para Monseñor Rolando Álvarez”, en la que invita al “pueblo nicaragüense a mostrar su apoyo y exigir que se permita” al religioso recibir la comunión y celebrar la eucaristía.

Dirigentes opositores, como Juan Sebastián Chamorro y la exguerrillera sandinista disidente Dora María Téllez, se sumaron a esa campaña y demandaron la liberación de monseñor Álvarez.

Hace un año, fuerzas especiales de la Policía de Nicaragua impidieron la salida del palacio episcopal de Matagalpa al obispo Álvarez, a seis sacerdotes y a seis laicos que se dirigían a ofrecer una eucaristía. Ese día, antes que policías antidisturbios sitiaran la parroquia y bloquearan la salida con porras y escudos, el obispo salió del palacio episcopal, se puso de rodillas en la acera, elevó sus manos hacia el cielo y recibió de un colaborador la imagen de Jesús Sacramentado y con el Santísimo se acercó a los oficiales, que se retiraron, en una imagen que se viralizó en redes sociales.

Álvarez acusó entonces a la Policía, que dirige Francisco Díaz, un consuegro de Ortega, de no permitir la libre circulación, la libertad de movimiento, la libertad de expresión y la libertad religiosa, además de crear zozobra y agitar los “ánimos y la fe tan sencilla de nuestro pueblo fiel”.

Dos días después, la Policía acusó al obispo de intentar “organizar grupos violentos”, supuestamente “con el propósito de desestabilizar al Estado de Nicaragua y atacar a las autoridades constitucionales”.

El 10 de febrero pasado, Álvarez, de 56 años, fue condenado a 26 años y 4 meses de prisión, despojado de su nacionalidad, y suspendidos sus derechos ciudadanos de por vida, por delitos considerados “traición a la patria”.

Álvarez es el primer obispo arrestado, acusado y condenado desde que Ortega retornó al poder en Nicaragua en 2007.

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