EE.UU. vivió el mayor apagón de su historia

| En los trenes subterráneos quedaron atrapadas millares de personas; la gente se lanzó a las calles en Manhattan

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NUEVA YORK | AP

El mayor apagón en la historia de Estados Unidos se produjo ayer en Nueva York y otras grandes ciudades del noreste e incluso parte de Canadá reviviendo con escalofríos las oleadas de temor e incertidumbre que el terrorismo generó entre millones de personas hace casi dos años.

Las autoridades en Washington y Nueva York, ciudades conmocionadas por devastadores ataques el 11 de setiembre del 2001, pidieron calma y dijeron que el apagón, que empezó a las 4:11 p.m. no tuvo un origen terrorista.

En Canadá, Jim Munson, portavoz de la oficina del primer ministro Jean Chretien dijo que el origen fue al parecer una tormenta que descargó rayos sobre una planta de energía en el lado estadounidense de la frontera, en la región de la cataratas del Niágara.

Sin embargo, Brian Warner de la New York Power Authority indicó que la planta Niagara Power Project "nunca dejó de operar durante este incidente, y tampoco hemos experimentado un ataque de rayos en esas instalaciones".

DESCARTAN ATAQUE. En Estados Unidos, las autoridades dijeron solamente que el problema parecía estar centrado en la línea de transmisión entre Nueva York y Ontario, pero descartaron un ataque terrorista.

En una rueda de prensa, el alcalde de Nueva York Michael Bloomberg dijo que "no hay evidencia de una acción terrorista" en el apagón.

El presidente George W. Bush dijo en San Diego, California, que el retorno a la vida normal en las áreas afectadas "será lento", pero destacó la forma en que el problema fue encarado por las autoridades y los sistemas de emergencia.

La energía eléctrica comenzó a regresar paulatinamente en algunas ciudades mientras anochecía, pero las autoridades dijeron que la reanudación completa del servicio tardaría más tiempo.

CAOS. Los apagones dejaron sin energía eléctrica a millones de personas en una amplia franja del noreste de Estados Unidos —que se extiende hacia el oeste hasta Ohio y Michigan— y en ciudades canadienses del sur.

Millares de personas quedaron atrapadas en los trenes subterráneos, hubo que cerrar plantas nucleares de generación de energía en Ohio y el estado de Nueva York y las calles quedaron atestadas de trabajadores que salían de las acaloradas oficinas.

En Toronto, la ciudad más grande de Canadá, los trabajadores salieron rápidamente de los edificios. También hubo apagones generalizados en Ottawa, la capital.

Los semáforos quedaron apagados en todo el centro de Nueva York, Cleveland (Ohio) y otras ciudades importantes, por lo que se produjo un tránsito caótico a la hora de salida de las oficinas.

El estado de Nueva York perdió el 80% de su electricidad, dijo Matthew Melewski, quien habló desde el Operador del Sistema Independiente de Nueva York, que administra la red de energía eléctrica del estado.

Los estados de Nueva York como Nueva Jersey se declararon en estado de emergencia.

Los sistemas de transporte, tanto los metros como los autobuses quedaron colapsados, pero no se tiene información de que se hayan registrado heridos o incidentes dignos de mención.

Algunos pasajeros que viajaban en trenes subterráneos se quedaron atrapados durante horas.

Hubo también apagones en el norte de Nueva Jersey. En Connecticut, el servicio de trenes de pasajeros quedó fuera de servicio.

Miles de empleados de las compañías eléctricas de Nueva York, Cleveland, Detroit (Michigan) y de las ciudades canadienses de Toronto y Ottawa trabajaron sin descanso durante toda la tarde de para devolver la luz a los millones de personas afectadas.

Los aviones permanecieron en tierra durante horas en seis aeropuertos: Kennedy, LaGuardia, Newark, Cleveland, Toronto y Ottawa, de acuerdo con el departamento de Transporte.

Historia de apagones

9 DE NOVIEMBRE DE 1965: Al crepúsculo, el estado de Nueva York y siete estados vecinos y también la parte oriental de Canadá, quedaron sumidos en la oscuridad. Este apagón dejó en la penumbra a casi 30 millones de personas y miles resultaron bloqueadas en ascensores y vagones de trenes y subterráneos de Nueva York. Este "black-out" fue causado por un desperfecto en la red de transmisión eléctrica cerca de la provincia canadiense de Ontario.

13 DE JULIO DE 1977: A las 21 horas y cuando la luz natural ya se había extinguido, la ciudad quedó en completa oscuridad. A diferencia del "black-out" de 12 años atrás, caracterizado por una relativa calma, esta vez Nueva York se hundió imprevistamente en el caos, el pánico y grandes saqueos. La energía eléctrica en la Gran Manzana no fue reestablecida por al menos 25 horas y dejó en la oscuridad a alrededor de 9 millones de personas. Este "black-out" causó a la ciudad y a las actividades comerciales una pérdida de casi 1.000 millones de dólares.

11 DE AGOSTO DE 1996: El más reciente gran apagón en Estados Unidos ocurrió hace siete años cuando las altas temperaturas y una alta demanda de electricidad derivaron en un corte de energía que afectó a 4 millones de hogares en nueve estados. El apagón se extendió desde Oregon a San Diego y hasta el estado de Texas, afectando incluso a regiones de México.

Se desató la locura en las calles de New York

NUEVA YORK

Las largas avenidas que parten a la isla de Manhattan de norte a sur hervían de cientos de miles de personas que desde el aire parecían correr un maratón, tras el masivo apagón que dejó sin energía eléctrica al noreste de Estados Unidos y a Canadá.

Los gigantescos rascacielos de la ciudad vomitaban millones de empleados de oficina a las calles y residentes a las aceras, mientras otros caminaban por las calles sobre el metro vacío.

Los usuarios de teléfonos móviles hacían colas por cientos para utilizar los preciados teléfonos públicos.

"¡Miren esto! Todo el mundo está afuera", dijo Dave Lacocco, antes de confundirse con la muchedumbre fuera de su oficina en la calle 47.

Una vez amainó el miedo a un ataque terroristas, los neoyorquinos concentraban sus fuerzas en pensar cómo escaparían de la ciudad para llegar a casa.

"¿Va a Brooklyn? ¿Va a Brooklyn? ¡Ah, por favor!", gritaba una mujer a un taxista cuyo automóvil estaba repleto con cinco personas.

El asfixiante calor también contribuyó a intranquilizar a los neoyorquinos, mientras vendedores callejeros ofrecían agua a los transeúntes porque los comercios cerraron sus puertas, previendo saqueos.

O’Neil’s, un pub irlandés de la Tercera Avenida, estaba repleto por quienes decidieron esperar a que pasara el caos en vez de lidiar con la muchedumbre en la calle.

"Cuando todo lo demás falla, tome un trago", bromeaba Gavin Murray, del Bronx, mientras intentaba entrar al pub a empujones.

Frente a la Estación Central, uno de los puntos estratégicos del sistema de transporte de la ciudad, las personas discutían en vano con policías que vigilaban la terminal vacía.

¿Pero cómo esperan que lleguemos a casa, gritaba una mujer exasperada, "¿caminando por el túnel Holland hasta Nueva Jersey?"

Los policías de tránsito, con una visible tensión, trataban de que los autos se movieran pero esto era imposible con los semáforos y las señales peatonales dañadas.

"¡Mueva esto ahora!", gritaba un policía mientras le pegaba con su mano al capó de un BMW estacionado.

"¿Adónde demonios quiere que vaya?", le contestó el conductor mientras señalaba al caos que lo rodeaba. AFP

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