El presidente chino, Xi Jinping, asistió a cerca de 40 eventos bilaterales y multilaterales y suscribió más de 60 acuerdos de cooperación durante su reciente gira por América Latina, un viaje que sirvió para “ampliar la asociación” entre el gigante asiático y los países de la región, informaron fuentes oficiales.
Esto ocurre en un contexto en el que las alertas mundiales están encendidas ante un posible avivamiento de la guerra comercial entre EE.UU. y China, a partir de la asunción del republicano Donald Trump a la presidencia estadounidense el año próximo.
Históricamente, EE.UU. ha sido uno de los principales socios comerciales de gran parte de los países de esta región, pero en los últimos años China ha ido ganando espacios, al tiempo que los muchos gobiernos de América Latina, salvo excepciones, intentan no tomar partido por ninguna de las dos potencias, diferenciando el plano económico-comercial de la política internacional.
La gira del presidente Xi Jinping a América Latina de los últimos días refuerza la idea de la importancia que tiene esta región para el gigante asiático, en medio de críticas de que EE.UU. la ha relegado a un segundo plano, lo que se podría acentuar ante un Trump que seguramente atenderá la agenda interna de su país, con la bandera del proteccionismo.
En declaraciones recogidas en la noche del sábado por la agencia estatal Xinhua, el canciller chino, Wang Yi, resaltó que Xi aprovechó su paso por Latinoamérica para enviar “un mensaje claro” en “defensa del multilateralismo” y mostrar a China como un “gran país responsable con equidad, justicia, valentía, apertura e inclusión”.
El mandatario regresó el fin de semana a China tras una gira de once días por Latinoamérica, en donde asistió a la reunión de líderes del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) en Lima y a la cumbre del G20 en Río de Janeiro, unos foros en los que promocionó el liderazgo chino entre los países en desarrollo.
Durante estos encuentros, Xi pidió a las economías de Asia-Pacífico que se adhieran al “verdadero multilateralismo” e instó a construir una economía global “caracterizada por la cooperación, la estabilidad, la apertura, la innovación y el respeto al medioambiente”, apuntó Wang.
Asimismo, Xi protagonizó una visita de Estado a Perú, cuyo “punto culminante” fue la inauguración del puerto de Chancay, y otra a Brasil, en donde sostuvo una “comunicación estratégica y profunda” con su homólogo brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva. “El presidente chino dio la bienvenida a todas las partes para crecer junto con la economía china y trabajar juntos por la modernización de todos los países con un desarrollo pacífico, una cooperación de beneficio mutuo y una prosperidad común”, concluyó Wang.
Relaciones con Estados Unidos
Un balance sobre el viaje de Xi a Latinoamérica, en donde también se reunió por última vez con su par estadounidense, Joe Biden, destaca el contexto de creciente incertidumbre global por la llegada a la Casa Blanca de Donald Trump, quien amenazó con imponer aranceles de hasta el 60 % a las importaciones chinas.
Las relaciones entre los dos países se deterioraron drásticamente durante la primera presidencia del republicano (2017-2021) con colisiones en planos como el comercial, el diplomático o el tecnológico y, ya con Joe Biden como mandatario, la tensión se reavivó con tensiones a cuenta de Taiwán, o por las restricciones a las exportaciones a China de semiconductores y otras tecnologías clave.
China acusa a Estados Unidos de “socavar” sus “intereses fundamentales” en el tema de Taiwán, lo que a su entender imposibilita mantener intercambios militares de alto nivel entre ambas potencias. Así lo afirmó Wu Qian, portavoz del Ministerio de Defensa de China, quien la semana pasada señaló en rueda de prensa que la ausencia de una reunión entre el ministro chino, Dong Jun, y el secretario de Defensa de EE.UU., Lloyd Austin, durante la cumbre de los ministros de Defensa de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) celebrada en Laos es “completamente responsabilidad” del lado estadounidense. (ver recuadro)
En el plano económico, durante sus intervenciones en la reunión de líderes del APEC y en la cumbre del G20, Xi abogó por el libre comercio y propuso reducir aranceles a los países menos desarrollados que mantienen relaciones diplomáticas con China, discurso que ha fomentado tras la victoria electoral de Trump.