CRISIS POLÍTICA

Está todo dado para que el régimen de Alexander Lukashenko tenga los días contados en Bielorrusia, salvo que el presidente ruso Vladimir Putin lo sostenga en el poder a base de apoyo militar.

Ayer domingo una multitud colmó el centro de la capital Minsk, en la mayor protesta hasta ahora contra la reelección fraudulenta hace una semana de Lukashenko.

Al menos dos manifestantes han muerto y miles han sido detenidos desde la votación del domingo 9. Los opositores de Lukashenko, en el poder durante 26 años, denunciaron un fraude electoral. La versión oficial dice que el presidente ganó por poco más del 80% de los sufragios.

Ayer el ambiente en las calles era de celebración, con personas portando las banderas rojas y blancas utilizadas en Bielorrusia después de la desintegración de la URSS en 1991, antes de que Lukashenko restaurara la versión soviética cuatro años después.

Según el Kremlin, Putin le dijo a Lukashenko que Rusia estaba dispuesta a ayudarlo en aplicación un pacto militar si fuera necesario ante una intervención extranjera.

Poco antes de la protesta de la oposición, partidarios de Lukashenko se reunieron en el centro de Minsk por primera vez desde las elecciones para escuchar un discurso enérgico de su líder. Según Reuters se congregaron 5.000 personas, pero el Ministerio del Interior calculó la cifra en 65.000. En la manifestación de la oposición había al menos 200.000, según Reuters.

El presidente bielorruso, de 65 años, rechazó los llamados de la oposición de organizar nuevas elecciones. “Si lo hacemos, perderemos el control para siempre”, predijo, ante sus partidarios que ondeaban la bandera oficial roja y verde, heredada del periodo soviético.

Desde una tribuna y rodeado de guardias de seguridad, Lukashenko se presentó como víctima de un complot desde el extranjero, y dijo que tanques y aviones de la OTAN se habían desplegado a 15 minutos de la frontera. “Las tropas de la OTAN están a nuestras puertas. Lituania, Letonia, Polonia y Ucrania nos ordenan celebrar nuevas elecciones”, dijo. “Si alguien quiere entregar el país, ni muerto lo permitiré”, afirmó.

La OTAN aseguró que está monitorizando de cerca la situación en Bielorrusia, pero que no se concentraron militares en la frontera. El Ejército bielorruso realizará ejercicios militares en el oeste del país del 17 al 20 de agosto, informó la agencia de noticias rusa RIA.

Sviatlana Tsikhanouskaya, de 37 años y principal candidata de la oposición en las elecciones del domingo 9, huyó a la vecina Lituania el martes 11. La líder opositora había convocado a la gran “Marcha de la Libertad” en Minsk y otras ciudades en apoyo de un recuento electoral, y está formando un consejo nacional para facilitar una transferencia del poder.

Esta mujer era nueva en política y se presentó después de que otros candidatos, incluido su marido, fueran arrestados.

María Kolesnikova, una política de la oposición que se ha aliado con Tsikhanouskaya, pidió a los funcionarios estatales que abandonen a Lukashenko.

“Esta es su última oportunidad para dejar atrás los miedos”, dijo. “Todos estábamos asustados. Únete a nosotros”.

Miles de personas participaron en las protestas contra Lukashenko en otros pueblos y ciudades.

Algunos empleados estatales, incluidos policías y personal de la televisión estatal, han apoyado las protestas y varias de las empresas estatales más grandes del país, la columna vertebral del modelo económico de estilo soviético de Lukashenko, se han visto afectadas por huelgas.