Guayaquil. Los científicos especializados en desastres naturales tienen una certeza: el Pacífico sudamericano será azotado por un tsunami y su impacto sería menor si se cuenta con un sistema entrelazado de alerta sismológica, por ahora inexistente.
Durante cuatro días, 66 científicos de 26 países se reunieron en el puerto ecuatoriano de Guayaquil para revisar los sistemas de detección y alerta de maremotos en las costas del Pacífico, Atlántico, Índico y el Caribe.
Las costas sudamericanas del Pacífico captaron su atención por tratarse de la zona más activa del planeta en terremotos, dada su ubicación en el denominado anillo de fuego. La localización aumenta las chances de temblores de más de 7,5 grados (Richter), que generalmente derivan en maremotos, dijo Wellington Rentería, jefe del Centro de Alertas de Tsunamis de Ecuador.
Convencidos de que un evento de esas características sacudirá Sudamérica, los expertos cifran sus esperanzas en reducir los tiempos para la emisión de una alerta mediante un sistema sismológico interconectado, con el que aún no cuentan los países involucrados.
Según la Unesco, se requiere un mareógrafo interconectado por satélite en tiempo real que abarque la costa colombiana y el extremo sur de la bahía chilena.
La única posibilidad para mitigar los efectos de las gigantescas olas es la emisión de una alerta temprana. La diferencia entre un evento natural y una catástrofe como la ocurrida en el Índico en 2004 -con 230.000 víctimas- es el tiempo. AFP