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Vestidos como ancianas, se llevaron un millonario botín

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Bomberos trabaja en auto robado que usaron para asalto en casino. Foto: Elisa Alvarez

LA DELINCUENCIA NO CONOCE DE LÍMITES

Banda de por lo menos ocho asaltantes dejó algunas pistas para investigar.

En los papeles el plan no podía fallar. Dos hombres disfrazados con ropas de mujer y bastones, para dar la idea de que eran "ancianas", llegaron al Casino Maroñas de Luis Alberto de Herrera y Pablo Galarza, al lado del shopping.

Era la hora 08:30, había entre 10 y 15 personas jugando. Una de las "ancianas" se acercó a la puerta y le pidió al guardia que abriera. El empleado demoró y la "anciana" disparó su pistola automática.

En pocos segundos, los sorprendidos apostadores y empleados descubrieron que no eran ancianas las que pretendían entrar, se trataba de hombres jóvenes que no buscaban probar suerte y querían la "plata". Tras las "ancianas", aparecieron cinco hombres con los rostros cubiertos por máscaras de Anonymous. Sacaron sus pistolas y redujeron a la guardia armada. Uno de los asaltantes sacó un marrón por si era necesario romper algo. No lo usó.

Los empleados no tuvieron más remedio que entregar la recaudación para salvar sus vidas. Se llevaron un botín cercano a los $ 5.500.000, según datos manejados por fuentes de la investigación policial y de la casa de juegos.

Fuga.

A toda velocidad, huyeron en dos vehículos, una camioneta modelo Partner y un automóvil BYD. Se desplazaron hacia la zona del Buceo.

En el cruce de Rizal y Roberto Riveros abandonaron la Partner y la incendiaron. Una testigo dijo a la Policía haber visto a un hombre corriendo que se sacó una campera y la tiró hacia el Cementerio Británico.

Luego de apagado el fuego, se localizó una pistola 9 milímetros en su interior. Se supone que podría pertenecer al guardia del casino. También se ubicó una bolsa de dinero con billetes totalmente quemados.

Se pudo localizar una pistola 9 milímetros con más de una decena de balas sin detonar. Foto. El País
Se pudo localizar una pistola 9 milímetros con más de una decena de balas sin detonar. Foto. El País

Pistas.

En la tarde de ayer tres equipos de investigadores de la Policía se concentraron en el presunto recorrido que habría realizado la banda. Buscaban testimonios, filmaciones y cualquier elemento que sirviera para localizar a los asaltantes.

Uno de los datos que llamó la atención de los investigadores es sobre un sujeto que habría estado esperando a la banda en Melitón González y Rizal.

Al parecer, estaba esperando dentro de una camioneta blanca. Se presume que su tarea era ayudar a trasladar el botín de un auto a otro.

Hasta ayer los policías buscaban confirmar la relación del sujeto con la banda.

De acuerdo a las primeras versiones, antes de que apareciera la banda, el delincuente cruzó la calle y entró a una panadería. Con sus propias manos, abrió una heladera y eligió un jugo de naranja. Pagó y se retiró. Al parecer, el detalle de la sed no estaba en el plan y puso en riesgo toda la banda.

Identificado.

El sediento sujeto quedó filmado, varios testigos le vieron la cara y lo más importante: dejó sus huellas digitales en la heladera donde se exhibía el jugo. Ahora sus huellas, que fueron tomadas por Policía Científica, son una de las principales pistas que tiene la Policía para dar con la banda que asaltó el casino.

El automóvil BYD apareció en el cruce de Justo Maeso y Felipe Sanguinetti, en la Unión. También fue incendiado. Hay una versión que indica que los delincuentes huyeron en otro vehículo de color azul, pero no se pudo confirmar.

COINCIDENCIAS.

Tupamaros hicieron lo mismo hace medio siglo.

Tomar por asalto un casino tiene algunas características especiales. Se sabe que hay mucho dinero, pero también una importante custodia. Hay dispositivos de seguridad, como cámaras u otros elementos, que registran todos los movimientos dentro del lugar. "Todo está preparado para complicar o evitar un asalto", indicó un experto en seguridad.

Tal vez por ese motivo los asaltos a los casinos sean casos excepcionales, frente a otros rubros que mueven dinero como por ejemplo las casas de cobranzas.

Sin embargo, una banda integrada por al menos ocho delincuentes asaltó en la mañana de ayer el Casino Maroñas y se llevó un botín de $ 5.500.000, que al cambio de ayer son US$ 190.792.

Se trata de un caso similar al ocurrido el 18 de febrero del año 1969, cuando un comando conformado por siete miembros de los Tupamaros asaltó al Casino San Rafael de Punta del Este y se quedó con US$ 220.000, una cantidad considerada como una fortuna entonces.

Las crónicas de época señalan que los asaltantes se dirigieron a la "caja convertidora" y desde allí a la oficina que guarda el tesoro.

Dentro de aquel botín estaban los salarios y propinas de los trabajadores que se desempeñaban en el casino esteño. Los guerrilleros reintegraron ese dinero al personal, generando una "equívoca" caracterización del grupo en la prensa internacional, según expresa el escritor Álvaro Diez de Medina en su libro de reciente publicación "Historia de un engaño". El resto del botín, la mayor parte, fue destinado a la compra de armas y otros pertrechos de guerra.

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