El protocolo de seguridad para los liceos no solo fracturó al sindicato docente, también molestó a los directores. Dicen que fue un "verticalazo" porque no los consultaron. En sus primeros días de vigencia nada cambió en los centros educativos.
Desde el pasado lunes está vigente el protocolo de seguridad para los liceos que determina que habrá un policía en la puerta de los centros educativos, uniformado y armado. El ministro del Interior, Eduardo Bonomi, anunció que para cumplir con el protocolo se contaban con más de 100 efectivos nuevos.
El País comprobó en una recorrida por algunos liceos de Montevideo, especialmente de la zona Oeste, que aún no está en funcionamiento en la práctica. Esta semana la seguridad de los centros se mantuvo incambiada y es diferente en cada uno de ellos.
Hay algunos como el liceo 23, ubicado en Sayago, que tiene desde hace "mucho tiempo" un policía en la puerta durante toda la jornada. Hay otros, como el 22 de La Teja, que solo tienen un policía en la noche o como el IAVA que tiene durante la mañana y después de las 18 horas.
Además, hay un grupo de liceos, entre ellos el 9 de Colón, que tiene desde hace un mes una empresa de seguridad privada que controla las puertas de ingreso.
Según comentaron a El País directores de esos centros, la empresa fue contratada por Secundaria, y está a prueba hasta diciembre para ver si funciona. En el liceo 9 dijeron que allí funciona "bárbaro", que su presencia no tuvo resistencia de ningún tipo y que si bien tiene limitada su función a controlar la entrada, también sirve de persuasión y portero.
Todos los directores consultados por El País mostraron su disconformidad con que se haya creado un protocolo y no se los haya consultado. "En ésta zona (Oeste de Montevideo) ni lo leímos porque fue una cosa vertical, no nos consultaron para nada", dijo la directora de un centro educativo que prefirió no ser mencionada por tener orden expresa de Secundaria de no hablar con la prensa.
Además comentó que varios liceos de la zona, entre ellos el centro que dirige, tienen designado, por Secundaria, un policía durante toda la jornada. El problema, afirmó, es que el Ministerio del Interior no tiene efectivos para cubrirlo. "Los policías no quieren venir a trabajar a los liceos, a lidiar con los gurises, no les sirve", afirmó.
La directora del liceo Bauzá, Graciela Bianchi, comentó que siempre la seguridad de los liceos se resolvió con un intercambio entre los directores, los comisarios, la "plana mayor" de la Policía, el Codicen y Secundaría. "De ahí salían directivas, que sobre todo se centralizaban en el vínculo del director y el comisario de la zona. Para este protocolo ni se nos consultó a los directores y está firmado por un montón de gente que no sabe nada de seguridad en el entorno de un liceo", sentenció.
Bianchi, que sí leyó el protocolo, opinó que no es problema que los policías entren a los liceos porque en los centros en los que hay un efectivo actualmente, entran.
La falla del documento, a su entender, es que no prevé que el policía se integre a la comunidad educativa. "Un protocolo así no puede tener un criterio absolutamente policial, sino que tiene que ser en el enclave de la educación. En consecuencia la presencia policial no va a funcionar", opinó.
En el Bauzá hay un policía comunitario y un coracero en la noche. Ambos están adentro de la institución y armados "sin ningún problema".
"Yo quiero que sea así, y los comisarios de los liceos somos los directores. Acá sí ellos actúan afuera del liceo y con extraños aplican el protocolo de vía pública; dentro del liceo y con alumnos la responsabilidad es mía. Hace unos días la seccional 7° quería aplicar el protocolo de vía pública porque dos chiquilinas se agarraron de los pelos. Con lo cual querían que termináramos todos en la comisaría. Una locura galopante que no permitimos", relató Bianchi.
PASOS QUE MARCA EL PROTOCOLO
El lunes 12, día en que se firmó el protocolo, el ministro del Interior Eduardo Bonomi explicó que los policías estarán afuera de los liceos, uniformados y con todo el armamento correspondiente. Aclaró que los agentes podrán ingresar a los centros educativos con expresa autorización de la dirección del liceo o por flagrante delito.
Si el efectivo de policía debe ingresar a la institución tendrá que notificar, además, a su superior. Los directores, por su parte, deben presentar denuncia o constancia policial cada vez que soliciten una intervención en los liceos.
En el protocolo se incluye una cláusula que deja prohibido que los policías realicen tareas de apoyo administrativo ya que se sabe que los policías "ayudan a lo que pueden" en los liceos.
En la firma del protocolo el ministro dijo que la seguridad de los liceos estará a cargo del programa Comunidad Educativa Segura y la Policía Comunitaria. Sin embargo los directores consultados por El País dicen que desde antes que estuviera el protocolo en Comunidad Educativa Segura les dicen que ellos mismos deben buscar el servicio 222 porque ellos carecen de efectivos a los que le interese la tarea. "A mí ahí me dijeron que hay mucha demanda y es más rentable cumplir el servicio en un banco que en un liceo", contó un director.