"Trampas de luz" contra la plaga de cascarudos

Invasión. En Rocha causan molestias y roturas; además dejan mal olor al morir

CATERINA NOTARGIOVANNI

Las lluvias pueden aumentar los riesgos de propagación del dengue pero sirven para combatir a otro insecto que no transmite enfermedades pero es muy molesto: el cascarudo negro, que desde hace días altera la vida cotidiana de los rochenses.

Son atraídos por la luz, y según diversos testimonios, las noches en penumbra -o con luz amarilla- son la única forma de escapar a estos molestos visitantes. El año pasado, en la ciudad rochense de Lascano, se armó una "trampa de luz": apagaron las luces de las calles y encendieron las del estadio Antonio Pereira para que los cascarudos se concentraran allí.

Además de molestar por la noche, de mañana los millones de cascarudos muertos en las calles, jardines y portales dejan escapar un olor nauseabundo.

En Castillos, una señora llegó a sacar dos carretillas de cascarudos de su vereda. Algunos vecinos solicitaron a la municipalidad que apague las luces de las calles para librarse de los cascarudos. Para la Intendencia rochense es inviable sustituir las lámparas actuales por luces amarillas.

Estos cascarudos -o escarabajos- se aparean y ponen huevos en el subsuelo. De esos huevos nacen larvas llamadas "isocas" que se alimentan de hierbas y restos vegetales. Cuando llegan a la adultez emergen a la superficie.

Los Euetheola Humilis conocidos como "cascarudos negros", pertenecen a una "súper familia" de 20.000 especies distintas. Se trata de insectos nativos que habitan en las praderas del Sur de Brasil y en la frontera uruguaya desde mucho antes que el hombre diera su primer paso erguido.

Son considerados plagas esporádicas en el Sur de Brasil, y constituyen una de las tres mayores plagas de los cultivos de boniatos en Louisiana, EEUU. Las lluvias copiosas, como las de los últimos días, matan las larvas que se encuentran bajo suelo.

La agrónoma y entomóloga Rosario Alzugaray es investigadora del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA). Su especialidad es el estudio de plagas agrícolas. Alzugaray cree que existen varios motivos que explicarían estas invasiones.

La naturaleza tiene sus propias formas de controlar esta población a través de otros insectos y pájaros que se alimentan de cascarudos. En opinión de la experta -que aclara que las investigaciones están todavía en curso- el uso masivo de agrotóxicos, el clima (veranos secos), sumado a algunas prácticas agrícolas pueden estar influyendo en que esos "controladores naturales" no cumplan con su tarea.

La luz eléctrica de las ciudades es como un imán para los cascarudos. "Son atraídos sin querer y una vez allí buscan escapar. Como tienen patas excavadoras muy fuertes, en este empeño pueden hacer destrozos", explica.

Esto coincide con la versión de vecinos de Rocha que afirman que los cascarudos "comen" madera, espuma plast, y otros materiales de construcción. No es que coman los materiales, sino que los rompen.

Sobre por qué los escarabajos no son atraídos por luces amarillas dijo: "no tengo una explicación estudiada sobre eso, pero puede deberse a que responden a algunas frecuencias de onda y a otras no".

En cuanto a las técnicas de combate a estos insectos Alzugaray es cautelosa: "Estas cosas no suceden porque sí. Tenemos que estudiar las causas antes de preguntarnos cómo matarlos. El uso indiscriminado de insecticidas me da pavor, hay que manejarlo con cuidado. Además, es muy difícil matarlos con insecticida porque son animales duros", explica.

El año pasado INIA fue consultada por el área de Medio Ambiente de la Intendencia de Treinta y Tres porque no sabían qué hacer con los cascarudos: "nosotros le recomendamos que cambien las lamparillas del alumbrado público de blancas a amarillas", cuenta Alzugaray.

El intendente Gerardo Amaral contó a El País que la decisión de cambiar "un alto porcentaje de las lamparillas del alumbrado público" estuvo motivada por la voluntad de ahorrar energía y también por la invasión de cascarudos. En ambos casos el resultado obtenido fue el que se esperaba.

Más allá de la molestia, no son vectores de enfermedades ni muerden a los seres humanos.(Producción: Eduardo González, corresponsal en Rocha)

Son sólo las luces del estadio

La investigadora Rosario Alzugaray contó que los productores arroceros utilizan un sistema original para combatir al cascarudo: "prenden lámparas al lado de los tajamares. Así atraen a los cascarudos que luego mueren en el agua". La trampa de luz fue usada en el estadio de Lascano y en la ciudad de Treinta y Tres. La especialista aseguró que se trata de una "medida bastante acertada". El daño que puede ocasionar en las plantaciones de arroz es debilitar las plantas, escarbándolas y haciendo caer el grano.

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