E. DELGADO / G. TRINIDAD /
R. ROSSELLO
Cuentas bancarias, agendas, celulares y computadora son investigadas. Se descarta un móvil político y cada vez resulta más claro un tema de tráfico de armas vinculado al narcotráfico. Cinco de las 600 armas eran de origen militar uruguayo.
La cantidad de armas halladas hasta ahora sobrepasa las 600 piezas. La posibilidad de que el arsenal pudiera ser utilizado en una acción con móviles políticos ha sido prácticamente descartada. En cambio, todos los indicios apuntan a una operación de tráfico de armas y nexos con narcotraficantes.
"La investigación se centra sobre un hecho de naturaleza criminal y no político. Eso está descartado, porque no hay ningún elemento que permita afirmar que este hombre tenía vinculación con alguna organización política, ni ahora ni antes", dijo a El País el juez especializado Jorge Díaz.
La posibilidad de que el arsenal estuviera destinado a las organizaciones de narcotraficantes que han colocado a Rio de Janeiro, Brasil, en pie de guerra parece ser, de momento, la más firme.
No obstante ello, hay elementos que preocupan a los investigadores. Entre las armas halladas hay cinco que lucen el escudo nacional, lo que indica su pertenencia a alguna de las tres ramas de las Fuerzas Armadas. El resto del armamento, en cambio, es tecnológicamente superior al que utilizan las fuerzas militares y policiales. Ello abrió una línea lateral en la investigación, por lo pronto con casos de robos de armas que investiga la otra jueza especializada, Graciela Gatti.
"Tenemos permanente y sistemático intercambio de información de las investigaciones que llevamos adelante", reconoció el juez Díaz al referirse a las actuaciones junto a su colega en la rama especial de Crimen Organizado.
Díaz se reunirá hoy con los investigadores policiales del caso, así como también con funcionarios de la Secretaría Nacional Antilavado, de la DGI y de la Unidad de Inteligencia Financiera del Banco Central. Uno de los extremos que se analizará en la reunión es la investigación de las cuentas bancarias que operaba Feldman.
Por otra parte, el magistrado especial aguarda para hoy el informe de la Brigada de Explosivos del Ejército en relación con el material incautado. Unas 500 granadas, de fragmentación y antitanques, más de 100 kilos de pólvora, cordones, detonadores, mechas, bengalas y bengalas marítimas conforman sólo el material explosivo.
La investigación se mueve, en dos planos: en el local alrededor de las vinculaciones de Feldman y, en el internacional, se coordina ya con varias agencias policiales de la región.
Feldman, indicaron fuentes de la investigación, sólo contaba con un antecedente: una anotación policial por disparo de arma de fuego en la Seccional 15ª, años atrás. Los investigadores, empero, no consideran relevante este dato.
EL "BÚNKER". Los vecinos de la calle Del Lucero y la circunvalación Uruguay, de Shangrilá, recién ayer lograron tener la primera noche de sueño completa desde el sábado a la tarde. Para algunos de los residentes en la cuadra donde vivía bajo la más extrema reserva el contador Saúl Feldman Szerman (64) lo que ocurrió entre la media tarde del sábado y la mañana del domingo fueron escenas de una película de acción. Tanto que incluso uno de ellos tomó su cámara y filmó el tiroteo, la irrupción de los equipos GEO luego de volar la puerta y la toma por asalto de la residencia donde Feldman vivía solo con sus cinco perros.
Pero, en general, los vecinos de la cuadra rehuyen al contacto con la prensa. "Casi nadie lo conocía, en realidad veíamos más a la empleada que a él", comentó una joven de una de las casas vecinas.
Lo cierto es que el punto -muy próximo a la rambla- se había convertido ayer, pese a la lluvia persistente, casi en un sitio de atracción turística del lunes feriado.
Decenas de vehículos pasaron durante el día por la estrecha callecita del balneario, detuvieron la marcha y desde el interior del vehículo los ocupantes señalaban hacia la casa custodiada por un coche de patrulla, y luego seguían camino.
Para condimentar aún más el misterio que encierra la elegante residencia de Feldman, en el poste de luz frente a la finca alguien hace mucho tiempo colocó un mensaje escrito en bajorrelieve sobre un trozo de madera clavado al poste: "El que busca encuentra".
Por lo pronto la finca de Shangrilá no parece revestir demasiado interés para los investigadores, en cambio sí la de la calle Elba en Montevideo donde fue hallado el arsenal de guerra. La cantidad de armas, municiones y explosivos ya supera las 600 piezas.
LA CALLE ELBA. "Acá en el barrio decimos que nacimos de nuevo", comenta Héctor, un vecino lindero a la casa de Elba 4210 esquina Ibirocahy, donde ayer fueron encontradas más armas. Los vecinos del barrio Aires Puros no salen del asombro; ayer la calle continuaba cortada y Policía Técnica seguía haciendo su minucioso trabajo.
"La gente me dice que no puede creer que no haya notado nada raro en este tiempo, ni ver que bajaba armas, pero es así: no vi nada. No sólo yo; ninguno de los vecinos vio nada raro", apunta Héctor.
"Hay una mujer que a veces lo acompañaba de la que no vi que se hablara hasta el momento. Es una mujer rubia de unos 50 años, que él a veces la dejaba en la esquina y ella abría la puerta y lo esperaba. No es la empleada que tenía en Shangrilá", aseguró el vecino.
"El hombre era muy reservado, tenía una relación con la mujer que vivía antes en la casa y a veces venía y se quedaba un rato -relató Héctor-. Un día a la mujer, que era bastante antipática y parecía que tenía problemas psiquiátricos, no la vimos más. Hace como 5 años. Un día le pregunté a él por la señora y me dijo que estaba cuidando a una hermana enferma que tenía en el Interior, después nos enteramos que ella también estaba muy enferma".
"Ella le había comprado la casa a un militar, creo que de rango coronel pero hace mucho tiempo, imaginate que yo vivo acá hace 30 años y eso fue antes. Cuando la mujer desapareció el hombre empezó a venir solo", contó Héctor.
Feldman, al principio, iba a la casa cada cuatro o cinco días y ésta comenzó un proceso de abandono. "No tenía portón y los gurises entraban hasta el fondo de la casa y entonces le dije que le convenía poner un portón alto porque lo podían robar, también esa situación me generaba inseguridad a mi casa que está lindera", explicó Héctor.
Feldman colocó rejas de unos dos metros de alto que tiene hoy en la vivienda y trajo a dos perros cimarrones que aún permanecían en la casa. "Se notaba que era fanático de los perros, porque cuando venía traía varios en el auto. Bajaba bolsas de comidas para animales y se quedaba rato hablándoles. Era de pocas palabras con los vecinos y se lo veía bien físicamente a pesar de que parece que estaba enfermo de cáncer, puede ser, pero no creo que en una etapa terminal. Era muy callado pero nunca lo vi nervioso, o que anduviera apurado o algo así", recordó Héctor.
El incendio ocurrido entre la noche del viernes y la madrugada del sábado que dejó al descubierto el caso no fue el primero ocurrido en la casa de la calle Elba. "Hace como 10 años hubo otro incendio que empezó en un cortocircuito de la televisión pero la mujer no quería que nadie entrara, ni siquiera los Bomberos", recordó el vecino de la calle Elba.
Él junto a otros vecinos de la cuadra expusieron su vida el sábado, cuando intentaron apagar el incendio desatado usando baldes de agua y mangueras hasta que llegaran los bomberos. "Yo tenía la camioneta afuera y de repente escuchamos como una explosión y vimos un fogonazo. Pensamos que era la camioneta, pero enseguida vimos que era en la casa de al lado. Como haría cualquier persona tratamos de aguantarlo hasta que llegaran los Bomberos, ni nos imaginamos que estábamos apagando un polvorín con baldes", comentó el vecino.
La tranquilidad todavía no ha vuelto al barrio. Por lo pronto la Policía mantiene la cuadra cercada, mientras los expertos en criminalística y armas trabajan dentro de la finca.
NI LOS MILITARES. Fuentes de la investigación señalaron que el tipo de armas halladas nunca podrían estar en poder de un civil, ni siquiera de militares.
Feldman no era miembro de la Asociación de Coleccionistas de Armas, dijo a El País el secretario de esta organización, Julio César Lestido. "No lo conocíamos, no es coleccionista, y nunca tuvimos referencias de él", aseguró. Tampoco pertenecía a la Asociación Uruguaya de Tenedores Responsables de Armas de Fuego, confirmó su presidente, Ricardo Vinella. Lestido señaló que es impensable que un coleccionista tenga sus armas "en una casa abandonada" por el valor sentimental y económico que tienen las piezas para los verdaderos apasionados de las armas. "Para ser un coleccionista se renueva el carnet todos los años, tengo que presentar (al Servicio de Armamento del Ejército) todas las armas que tengo y las que di de baja, las que vendí o cambié. Cada movimiento se registra. Somos los primeros interesados en los controles, que son estrictos, como debe ser", sostuvo Lestido, sorprendido por la "violencia" que mostró Feldman.
Algunas de las armas del arsenal
Fusil Fal. Cinco de estas armas largas estaban identificadas con escudos como pertenecientes a las Fuerzas Armadas Uruguayas
RPG-7. Es un poderoso y liviano lanzacohetes antitanque que se dispara desde el hombro, de extendido uso en el mundo.
AK-47 o Kalashnikov. Fusil de asalto soviético diseñado en 1942; actualmente es el arma de fuego más utilizada del mundo.
¿Quién era Saúl Feldman?
Saúl Feldman Szerman (64) se había especializado en inversiones inmobiliarias. Últimamente se había orientado hacia las inversiones en la producción forestal. Aunque tenía dos hermanos, se mantenía distanciado de su familia. Feldman vivía desde hacía casi tres décadas en la finca de Shangrilá. No se relacionaba con sus vecinos, que sólo lo conocían por su afición a los perros. Personas que trataron con él en la década de 1990 lo consideraban un "contador inteligente", que actuaba en inversiones donde se compraban terrenos para construir edificios. Más adelante se convirtió en un hombre solitario y hasta "algo paranoico". De todos modos, en el vecindario se decía que Feldman solía recibir amistades en su casa, aunque siempre de muy bajo perfil.
Uruguay en ruta del tráfico de armas a Brasil, según Policía
La Policía Federal de Brasil identificó 17 puntos de entrada de armas de forma ilegal a ese país por la frontera, de los cuales dos pertenecen a Uruguay, según publicó el diario Folha de Sao Paulo la semana pasada.
Desde el año 2000 la Policía brasileña logró incautar 3.500 armas ilegales. Además, entre enero de 2007 y agosto de este año fueron secuestrados 754 fusiles, ametralladoras antiaéreas y ametralladoras. Las armas pesadas comenzaron a llegar a Rio de Janeiro a fines de la década del `80 con la venta de cocaína.
"Por 60.000 reales (equivalentes a US$ 33.400) una ametralladora antiaérea, capaz de derrumbar helicópteros, comprada por las fracciones criminales, recorre hasta 2.500 kilómetros en carreteras brasileñas hasta llegar a las favelas cariocas", señaló el informe de Folha.
La frontera con más puntos de entrada de armas de contrabando es la de Paraguay (ocho lugares), seguida por la de Bolivia (cinco), Uruguay (dos) y Colombia (uno), informó el diario paraguayo "ABC". Señaló además que en la frontera con Uruguay las armas ingresan principalmente por Quaraí y Santana do Livramento.
El jefe de la División de Represión al Tráfico Ilícito de Armas de la Policía de Brasil, comisario Vantuil Cordeiro, señaló que ante la imposibilidad de fiscalizar toda la frontera terrestre -de más de 16.800 kilómetros- optaron por privilegiar el trabajo de inteligencia y la coordinación con países vecinos. El armamento que ingresa a las favelas no es mayoritariamente de origen sudamericano sino de Israel, Estados Unidos y Rusia, según "Clarín".
Las cifras
600 son, al menos, las armas halladas hasta ayer en las dos casas de Saúl Feldman: la mayoría de ellas en la finca de la calle Elba.
500 es la cantidad de granadas que se encontraron. Dentro del material explosivo también habían 100 kilos de pólvora.
Operativos anteriores criticados
Dos operativos policiales con características similares al efectuado el domingo en Shangrilá se registran en los últimos años: uno con un hombre atrincherado que había matado a un policía y otro en un copamiento con rehenes. Fueron muy criticados.
El 18 de abril de 2001, 11 personas fueron tomadas de rehén en un local de la empresa EGA de Río Branco y Colonia. La Policía rodeó el lugar y se generó un tiroteo. Un efectivo fue baleado. Cuando los uniformados entraron al local un rehén recibió un balazo en el abdomen. Ocho policías fueron arrestados a rigor por 20 días.
El 15 de abril de 2006, Juan Flores -un ladrón apodado "El Chuleta"- se atrincheró en un restaurante de Flores luego de haber robado una radio de auto. Cuando era perseguido mató a un sargento de un tiro. Más de 60 policías rodearon el restaurante y dispararon durante horas. Finalmente derribaron una pared del local con un camión marcha atrás. "El chuleta" ya estaba muerto y el local destrozado.
Shangrilá: al menos 100 tiros en asalto
Fueron alrededor de 100 disparos los que se intercambiaron durante el asalto de los equipos GEO de la Policía a la finca de Feldman.
La operación que entre las 8 y las 9 de la mañana del domingo terminó con el presunto traficante de armas abatido movilizó a más de un centenar de efectivos de Canelones y Montevideo.
Ese fue el final de algo más de 16 horas de tensión extrema. Todo había comenzado a media tarde del sábado, cuando sobre la hora 16 dos agentes de la DNII llegaron hasta la casa de Saúl Feldman con el propósito de comenzar a indagarlo sobre las armas halladas en la casa de la calle Elba. En esas circunstancias fue abatido el agente Mario Morena (32), cuando estaba comunicando al indagado que debía presentarse ante el juez.
Al caer herido de muerte Morena, su compañero solicitó apoyo. Efectivos de la Comisaría 18ª de Ciudad de la Costa y del Departamento 4 de la Dirección de Investigaciones de Canelones fueron los primeros en acudir.
Ante la magnitud de los hechos, la presencia policial fue reforzada con equipos GEO de Montevideo y Canelones, sobre los que cayó el peso de la operación que siguió a continuación. El cerco policial se mantuvo hasta las primeras horas de la mañana del domingo.
Precisamente, estas circunstancias son las que ahora preocupan al sindicato de funcionarios policiales. Morena no llevaba chaleco antibalas, ni él ni su compañero contaban con más efectivos de apoyo, factores que resultaron determinantes para que el agente perdiera la vida. Hoy los dirigentes del sindicato se reúnen con el ministro del Interior, Jorge Bruni para evaluar lo ocurrido en el procedimiento.