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Covid-19 fue la tercera causa de muerte del 2021: ¿qué pasó con el resto de las enfermedades?

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Mujer atiende a un paciente. Foto: AFP.
A nurse looks after a COVID-19 patient at the Covid-19 intensive care unit of the university hospital (Universitaetsklinikum) in Essen, western Germany, on October 28, 2020. - German Chancellor Angela Merkel is seeking drastic new curbs, including fresh shutdowns hitting leisure, sports and the food and drink sectors, as she holds crisis talks with Germany's regional leaders to halt surging coronavirus infections and save the Christmas holiday season. (Photo by Ina FASSBENDER / AFP), paciente internado en CTI, UCI por coronavirus, covid 19, personal de salud atiende a enfermo, pandemia
INA FASSBENDER

INFORME

En el año pasado crecieron 17 motivos de fallecimientos: las enfermedades cardiovasculares subieron un 10%.

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El año pasado ocurrió en Uruguay un hecho inaudito: por primera vez desde que hay registros, la cantidad de fallecidos superó a la cifra de nacidos vivos. Esa caída del crecimiento vegetativo -como le llaman los técnicos a esta diferencia de 6.573 más defunciones que nacimientos- no tenía precedentes si quiera en la epidemia del cólera o la gripe española.

Este hecho “inaudito” tiene nombre: la pandemia del covid-19. Pero según los datos preliminares del Ministerio de Salud Pública (MSP), la novel infección que causa el coronavirus entró al podio de las principales causas de muertes, pero fue incapaz de destronar a las enfermedades cardiovasculares y a los cánceres.

Algo más de la quinta parte de las muertes observadas en el país el año pasado fue por enfermedades del sistema circulatorio. Se reportaron en concreto 9.130 fallecimientos por este paraguas que incluye a los clásicos paros cardíacos, las patologías hipertensivas y los ACV, entre otros. Sigue siendo la primera causa de muerte e incluso creció un 10% respecto al año anterior.

En segundo lugar, como también marca la tendencia, se ubicaron las muertes por tumores (se reportaron 8.276). El incremento de esta causa fue de 1,3% y, según la oncóloga Lucía Delgado, que preside el Colegio Médico, puede concluirse que “no hubo un incremento significativo en la pandemia”.

En los primeros 16 meses de pandemia hubo una caída del 43% de las pruebas de Papanicolaou para diagnosticar los cánceres de cuello de útero, una reducción del 49% de las mamografías y el desplome a la mitad de los exámenes de constatación de sangre en la materia fecal para la determinación precoz del cáncer de colon.

Pese a esos retrasos, explica Delgado, “las muertes por cánceres no aumentaron porque su impacto recién se verá a mediano plazo”. La ecuación en sencilla: la caída de los exámenes hizo que los tumores detectados estuvieran en estados más avanzados, y el avance de esas neoplasias reduce las chances de supervivencia (hay más posibilidades de muertes).

En Reino Unido, por ejemplo, se reportaron incrementos de las muertes de quienes padecían cánceres durante los picos de las olas del covid-19. En Uruguay, sostiene la Comisión Honoraria de Lucha contra el Cáncer, eso no aconteció por dos motivos: el autocuidado y una rápida respuesta de los oncólogos.

Uruguay reportó el 13 de marzo de 2020 los primeros cuatro diagnosticos con la infección que causa el coronavirus. Tres días después, la Cátedra de Oncología Clínica que dirigía Delgado convocó a los funcionarios y médicos y estableció guías de tratamiento. En ese sentido, explica la profesora Delgado, “el 70% de los tratamientos de pacientes ya diagnosticados se continuaron sin siquiera necesidad de modificar los fármacos o las dosis”.

Tercera causa

Durante el primer año de la emergencia sanitaria, en 2020, Uruguay no tuvo un “exceso de muertes” (como le dicen los epidemiólogos al registro de más fallecimientos de los que debía esperarse según la tendencia). Pero, a partir de 2021, la situación cambió y hubo una quinta parte más de muertes de las que cabría esperarse.

En buena medida tuvo que ver el covid-19. Esa fue la primera causa de muerte hasta junio. Pero acorde cedió la ola, y previo al ingreso de ómicron, fue cediendo y el covid-19 acabó siendo la tercera causa de defunciones: 5.450 casos de fallecimientos con el virus confirmado en 2021 y otros 77 sospechosos.

Inclasificables

De las 21 causas de muertes que clasifica Estadísticas Vitales del MSP, siguiendo la Clasificación Internacional de Enfermedades, en 2021 hubo un aumento de los fallecimientos por 17 causas. Y una de las que más creció fue la de “síntomas, signos y hallazgos no clasificados en otra parte” (subió 28%).

Detrás de esas 4.461 muertes sin una causa clara, puede que haya subdiagnósticos de covid-19 u otras enfermedades. Pero también puede que hay problemas de registro.

Por ejemplo: entre el 50% y 60% de los cuerpos que van a las morgues en el país no son por signos de violencia o presuntos delitos, sino porque ningún médico firmó el parte de defunción y se requiere de la validación del forense. Ese es un motivo para que la causa de muerte sea incierta (ni siquiera se hace autopsia).

Estas dudas son parte del trabajo que ahora enfrentan los expertos de las distintas disciplinas y que recién se resolverán al cruzar la historia clínica con los partes de defunción.

Cambio de criterio que disgustó a los expertos

La Dirección General de la Salud les envió hace dos meses a los prestadores sanitarios una serie de “recomendaciones para el correcto llenado del certificado de defunción”.

El documento, de tres páginas, causó malestar en el comité de expertos que el propio Ministerio de Salud Pública había creado para el análisis de las muertes dudosas de covid-19.

En una carta que los expertos -entre ellos tres profesores titulares de Facultad de Medicina- le enviaron al ministerio el 17 de febrero queda reflejado que las recomendaciones de la cartera podrían generar “la idea de que hay un registro incorrecto y, con ello, generar dudas en la población sobre la confiabilidad de los datos”.

Pero la carta va incluso más a fondo y da a entender que los nuevos criterios del MSP son erróneos y podrían subrreportar las muertes por covid-19. Un ejemplo: “un enfermo de covid-19, internado, que desarrolla una neumonía por sobreinfección bacteriana intrahospitalaria.

La recomendación del MSP considera que la muerte no es por covid-19. Pero, obviamente, en el caso propuesto, la infección intrahospitalaria es consecuencia de la internación por covid-19, por lo que (por definición) esta es la causa básica de muerte, no una mera comorbilidad”. Los expertos entienden que al poner al covid como comorbilidad y no como causa, podría ponerse en riesgo a los funcionarios de la morgue que luego tienen que lidiar con el cadáver infectado.

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