Aumento sostenido de contagios de COVID; sospechan presencia de Ómicron en Uruguay

Paciente COVID-19 positivo en CTI. Foto: Francisco Flores.
CTI del CASMU 20211217, foto Francisco Flores - Archivo El Pais
Francisco Flores/Archivo El Pais

PANDEMIA

En CTI siguen viendo mayoría de pacientes sin vacunas y no creen que la nueva variante impacte.

Los centros de terapia intensiva en Uruguay han vuelto a la normalidad. Después de casi cuatro meses de ingresos y fallecidos diarios por COVID-19 en la inmensa mayoría de los CTI, los intensivistas ahora bajaron sustancialmente su ritmo de trabajo y ver a un paciente que ingresa por el virus está comenzando a ser una rareza. Hubo 356 nuevos casos ayer, un récord para los últimos meses, y hasta el momento son 20 los internados en CTI a causa del COVID. El número es mínimo si se compara con los 587 que llegaron a ser en junio, pero viene en aumento.

Sin embargo, el miedo de volver a vivir lo mismo está en el personal de la salud que trabajó durante los meses de marzo, abril, mayo y junio, y hoy hay una amenaza que tiene nombre de letra griega: la variante Ómicron.

La evolución de la pandemia en las últimas semanas viene en ascenso. Esta semana hubo un promedio de 256 casos diarios y la semana pasada el promedio fue de 238. “Se ve cómo día a día los casos superan los 200. Ahora ya estamos siempre rondando los 300. Se trata de un aumento sostenido y es cierto que hay mucha gente en cuarentena o esperando un hisopado. También buena parte de los infectados padecen la enfermedad de forma leve con muy pocos síntomas”, dijo a El País el infectólogo Eduardo Savio. Según el especialista, es posible que la Ómicron ya se encuentre en Uruguay “y aún no se haya detectado”. “Estamos caminando hacia un ascenso tal como se dio en otros países al principio”, advirtió.

En cambio, el virólogo Santiago Mirazo explicó que a partir de que “es muy difícil secuenciar los casos en tiempo real”, la probabilidad de que ya haya casos de Ómicron “existe, y si no está al doblar la esquina”. Para el virólogo, dado el aumento de los últimos días es “esperable” tener pequeñas subas en los casos “en un contexto de endemoepidemia” como el que atraviesa Uruguay.

COVID en CTI.

A pesar de la nueva etapa de la epidemia, en el CTI de la mutualista Casmu se vive un clima agitado el viernes por la mañana. Se escuchan muchas voces todo el tiempo que se intercalan con pitidos de los respiradores, máquinas que miden el pulso y otras para la presión. En esta parte del hospital hay 12 camas, y cuatro están ocupadas por pacientes COVID. “Probablemente sea el único centro que hoy tiene a tantos positivos”, explica el médico intensivista Julio Pontet, que además es presidente de la Sociedad Uruguaya de Medicina Intensiva (SUMI) que se ocupó de dar los reportes de ingresos, altas y fallecidos durante toda la ola de 2021.

Este viernes Pontet está sereno. Es un día normal de trabajo para él, a pesar de que las enfermeras entran y salen de las cabinas en las que están los pacientes con una velocidad casi atlética.

Vacuna Pfizer. Foto: Leonardo Mainé
Vacuna Pfizer. Foto: Leonardo Mainé

“Durante todo el tiempo que estuvimos charlando ya habríamos lamentado algún fallecido si esto fuera abril o mayo; también habrían ingresado dos o tres y más de uno habría hecho un paro cardíaco”, dice Pontet levantando las cejas por encima del tapabocas, después de un recorrido de 40 minutos por la unidad.

De los cuatro pacientes internados en el CTI del Casmu por COVID-19, hay tres que no están vacunados. “El que sí lo está es el único que no fue intubado”, explica Pontet y agrega: “Eso no es ninguna casualidad”. Hoy son solo cuatro, pero en esta misma unidad llegó a haber 50 pacientes a causa del virus hace algunos meses.

El presidente de la SUMI señala con las dos manos a los pasillos del CTI y dice que “esto es un lujo total”, mientras el hijo de uno de los internados por COVID se sostiene la cabeza al escuchar el diagnóstico que le da la doctora que trata a su padre. Al terminar de hablar con ella le colocan todo el equipo de protección necesario para acercarse a él. Tapabocas N95, otro por encima, una bata azul para cubrir su ropa, zapatines sobre sus championes y guantes. Con eso, entra a ver a su padre que ahora está inconsciente y necesita de un respirador mecánico para sobrevivir.

“Estamos en un período de transición en cuanto a la presencialidad, dejando ingresar a los familiares a las unidades”, explica el médico y cuenta más de una anécdota sobre las malas noticias que tuvo que informar a través de un teléfono durante “el casi colapso” del tercer nivel de atención en Uruguay.

La situación ha cambiado, de eso no hay duda. Pontet cree que son tres los factores que dieron calma a los CTI: el entrenamiento que tienen los médicos con la enfermedad, el conocimiento de los protocolos y el manejo de los pacientes y, lo más importante, la cobertura de vacunación. Ahora, más del 80% de los pacientes en terapia intensiva infectados con el virus no están vacunados y, aunque no se les pregunta el motivo por el que prefirieron no hacerlo, Pontet sostiene que en muchos casos son pacientes “que podrían no haber ingresado” con vacuna. Al preguntarle si siente algún tipo de impotencia tratando a este tipo de pacientes, subraya: “No los juzgamos porque ese no es nuestro rol. Pasa lo mismo con un persona que ingresa por un intento de suicidio. No somos quién para determinar si actuaron bien o mal”.

Lo que se espera.

Viendo lo que sucedía en Europa al comienzo de la pandemia, Uruguay pudo prepararse un poco mejor que el resto del mundo para el horror. Hoy, el viejo continente parece haber retrocedido y la nueva variante está empezando a tomar los hospitales y, específicamente, los cuidados intensivos. Si bien entienden que Ómicron es una amenaza para la situación sanitaria general, los científicos locales no se asustan por lo que pueda ocurrir en los CTI. El motivo son los no vacunados. Países como Alemania tienen a un 30% de su población sin vacunar, mientras que Uruguay ostenta un 5% -si se excluye a los menores de 11 años, que aún no están habilitados para hacerlo- y esa seguramente sea la clave para que el caos de Ómicron no llegue al tercer nivel de atención, tal como ocurrió con Delta.

Hisopado para evaluar presencia de coronavirus. Foto: Leonardo Mainé
Hisopado para evaluar presencia de coronavirus. Foto: Leonardo Mainé

Los antecedentes sobre la detección de las variantes p.1 y Delta en 2021

La variante Ómicron aún no fue detectada en Uruguay por los científicos locales. Se trataría de la forma del COVID-19 más novedosa hasta el momento debido a que tiene un total de 50 mutaciones en comparación a la presentación original del virus encontrado por primera vez en Wuhan, China.

Desde que comenzó la pandemia, Uruguay detectó las principales variantes que circularon por el mundo y, entre ellas, las que consiguieron volverse predominantes en la circulación fueron la p.1, originaria de Brasil, y la Delta, originaria de India.

La p.1 ingresó en febrero de 2021 y los expertos coinciden en que, de alguna u otra manera, provocó la ola de casos durante la primera mitad del año. Cuando ingresó la Delta, a diferencia de lo que ocurrió con la cepa brasileña, Uruguay ya había alcanzado cerca de un 40% de población vacunada, y gracias a esto y al control general sobre la pandemia, la Delta prácticamente no impactó en el sistema sanitario. De todas maneras, en noviembre El País informó que la variante india ya explicaba el 100% de los casos de COVID-19 en Uruguay.

Este viernes se confirmó que el MSP quitará el requisito para que todas las personas que llegan del exterior se hagan un segundo test PCR a la semana del realizado antes de ingresar. Hoy la secuenciación de variantes en Uruguay es realizada principalmente por los científicos del Instituto Pasteur. Allí se reciben muestras “sospechosas” de variantes nuevas con el pedido de ser secuenciadas por el MSP y uno de los motivos de sospecha es por tratarse de personas que llegan del exterior. Por lo tanto, la eliminación del segundo PCR supone que un porcentaje de las muestras ya no pasarán al Pasteur. Sin embargo, el responsable del laboratorio de Genómica Microbiana del Pasteur, Gregorio Iraola, dijo a El País que no le consta que las muestras de viajeros sean exclusivamente por ese segundo test. “Cuando llegan muestras de turistas es porque fueron positivos al llegar. Pero generalmente la persona tiene síntomas y se hace el test; no siempre es por cumplir con el requerimiento”, dijo Iraola.

Según el científico, “no hay suficiente información como para decir que esta medida puede afectar o no la vigilancia genómica”, aunque “sí puede haber un porcentaje que se pierda”.

Test fueron 25% más esta semana

Al comparar la primera y la segunda semana de diciembre, en la segunda el laboratorio Atgen llevó a cabo 25% más hisopados. El aumento, sin embargo, no estuvo acompañado de una mayor positividad, según explicó a El País el director científico de Atgen, Andrés Abin.

“El aumento es claro y lo que se ve es que en noviembre estuvo el tema de los partidos de Conmebol y eso movió la aguja en cantidad de hisopados para los fanáticos, pero ahora se está dando un aumento sin un factor externo como ese en el correr de los últimos días”, explicó Abin. De todas maneras, el director del laboratorio dijo que el aumento del 25% entre una semana y la otra “es suave” en comparación con los primeros meses del año y sostuvo que “el turismo puede estar vinculado”.

El laboratorio Atgen es el único instalado en el aeropuerto de Carrasco y además se encuentra en otros puntos estratégicos del país, por lo tanto, varias mutualistas tercerizan los test de sus afiliados con la empresa. El aumento registrado va en concordancia con la cantidad de test para COVID-19 reportados a diario por el Sistema Nacional de Emergencia (Sinae) en los últimos días. La semana pasada se realizaron en promedio 8.091 hisopados diarios, y en esta pasaron a ser 9.195 por día aproximadamente.

A pesar del aumento reciente, el MSP aún mantiene la capacidad de testeo, rastreo y aislamiento (tetris, por sus siglas en inglés) en todo el país. En diciembre de 2020 el hilo epidemiológico se perdió por primera vez luego de que la cantidad de test positivos diarios superaron el 5% y los casos fueron mayores a 200. Ahora, aunque los casos diarios son más, la positividad es cercana al 3% en todos los reportes del Sinae.

MSP busca dar más refuerzos

El Ministerio de Salud Pública (MSP) se ha fijado un objetivo muy claro: aumentar la cobertura de terceras dosis. La cantidad de refuerzos parece no aumentar con el paso de los días y la cartera sabe que allí está la principal arma que tiene Uruguay para combatir a la variante Ómicron. Hasta el momento, el 41% de la población se vacunó tres veces contra el COVID-19. “Uruguay necesita aumentar su vacunación con terceras dosis”, dice el último aviso publicitario del MSP.

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