Problemas en el dormitorio: las disfunciones sexuales, tanto en hombres como en mujeres, cada vez son más prevalentes. Así lo aseguró el médico internista y sexólogo Santiago Cedrés en esta entrega de Calidad de Vida en El País. Esto se debe a la presencia de enfermedades crónicas y la permanencia de malos hábitos para la salud –entre los cuales adquirió relevancia la adicción a las pantallas– que, en conjunto, tienen un impacto psico-emocional sobre la persona y contribuyen a la baja de la libido.
La disfunción sexual más frecuente en hombres es la dificultad para lograr o mantener la erección para tener una respuesta sexual satisfactoria. “Tenemos consultas desde los 18 años”, indicó el médico. Entre los más jóvenes puede estar operando en su contra la ansiedad o el estrés.
No obstante, hay que prestarle más atención si el hombre supera los 40 años. “El varón debe ser evaluado del punto de vista cardiocirculatorio y vascular porque una disfunción eréctil puede predecir hasta tres años antes la ocurrencia de un ACV o infarto agudo del miocardio”, advirtió.
Otra consulta frecuente en los varones menores de 40 años es la eyaculación precoz .
De acuerdo con el médico, otra complicación sexual frecuente es aquella relacionada con los síntomas de la andropausia. Este término se refiere al proceso natural por el cual las capacidades sexuales del hombre disminuyen con la edad, igual que otras funciones orgánicas. Esto se debe a los bajos niveles de testosterona en el organismo.
Los síntomas de la andropausia pueden ser los siguientes: “Dificultad para mantener una erección, dificultad para tener un deseo sexual adecuado, pérdida de libido, pérdida de erecciones al despertar o espontáneas, pérdida de masa muscular, ganancia de tejido adiposo (sobre todo en el área abdominal) y crecimiento de mamas”.
Los niveles de testosterona pueden ser evaluados mediante un análisis de sangre.
De constatarse un descenso de esta hormona, hay varias vías para tratar de regularla. Una de ellas es el ejercicio aeróbico regular: 160 minutos semanales de actividad física moderada es la recomendación de la Organización Mundial de la Salud. Otra posibilidad es mantener una rutina de higiene del sueño: mínimo siete horas de descanso, respetando el ritmo circadiano. El hombre deberá también cuidarse con las comidas. En ese sentido, deberá evitar los azúcares y refrescos azucarados y deberá aumentar la ingesta de antioxidantes y de alimentos calificados como afrodisíacos como el jengibre, la maca, las nueces, los frutos secos, la canela, el clavo de olor, la remolacha y los espárragos. Todos estos aumentan el óxido nítrico y el zinc que son esenciales para la fabricación de testosterona.
Un especialista también tiene a disposición ciertos fármacos para mejorar los niveles de testosterona en sus pacientes. Cedrés señaló tres que son claves: los estimulantes de la circulación y las vitaminas B y D.
Sobre la última, dijo: “Pasó a ser una hormona por todos sus beneficios. Habla de la fuerza y de la resistencia ósea pero, a nivel de la calidad de vida, habla de la motivación, de la energía corporal, de la energía a nivel del deseo, de la potencia sexual”. En las mujeres también se la administra para aumentar la libido (ver recuadro).
En pareja
Tanto para el hombre como para la mujer, el presidente de la Academia Internacional de Sexología recomendó aplicar las técnicas de “sex mindfullness” para mejorar la calidad de vida sexual.
“Sirven para manejar el estrés y los pensamientos. Es estar plenamente en el momento para poder disfrutar de la satisfacción sexual”, apuntó. Al mismo tiempo, recordó que existen técnicas de “enriquecimiento sexual” para parejas “sexualmente rutinarias”.
Así lo explicó: “¿Qué pasa cuando hay una pérdida de sintonía o se pierde la química sexual? ¿Es normal que se venza la pasión? La rutina sexual es el gran enemigo. El deseo sexual se gesta en la novedad. El erotismo y la seducción no pueden dejar de estar”.