Una campaña electoral “fría” y el último esfuerzo de los militantes

A poco de que se abran los circuitos para las elecciones departamentales, militantes políticos de Montevideo relataron en las horas previas cómo vieron desde la calle esta campaña, que disputa el liderazgo del Frente Amplio, y definirá a los ediles, alcaldes y concejales.

La esquina de 21 de Setiembre y Ellauri estaba repleta de militantes ayer por la mañana. Con carteles, inflables, música, y kilos de listas a repartir, se disputaban cada voto. Juan Ignacio, un militante blanco de 26 años de la Lista 11, dijo que la campaña “en la calle no se notó mucho”.

Foto: Francisco Flores/El País.

“Fue una campaña fría, la gente prácticamente no está enterada ni de lo que votan”, lamentó.

Al lado de los colorados Virginia Cáceres -candidata a intendenta- y el diputado Conrado Rodríguez, está Agustín, un militante de la Lista 10 de 25 años, que dijo que la gente no estuvo “muy entusiasmada” con la campaña, pero que en los últimos días “fue agarrando un poco más la lista y se fue interesando”.

¿Cómo conviven los partidos allí? “Como siempre acostumbra la democracia uruguaya, con mucho respeto”, dijo Agustín. Pero Mercedes, una concejala de 60 años, militante frentista de la Lista 609, ubicada enfrente no opina igual.

“Veo de parte de la derecha muchísima violencia contra nosotros”, apuntó. “Vienen y provocan”, aseguró en relación a que la militancia opositora puso otro gazebo y pasan con otra bandera partidaria por allí.

Por su parte, la frentista consideró, a diferencia del nacionalista y el colorado, que hay “movimiento” en esta campaña y que la gente está “muy receptiva”, dijo mientras se repartían varias listas a su lado.

“Al principio costó un poco más porque la gente venía cansada del ciclo electoral, pero en los últimos días estamos sintiendo más el movimiento”, dijo Victoria, una militante de 32 años que apoya a la postulante del Frente Amplio, Verónica Piñeiro, en la entrada de la feria de Villa Biarritz. Entre los puestos, en cambio, casi no se reparten listas.

“Ha sido una campaña un poco atípica porque ha sido bastante fría en los primeros meses, pero en los últimos días se vio mucho movimiento”, coincidió Agustín, un militante frentista de 33 años de la Lista 77 que apoya al candidato Salvador Schelotto. “Ahora la gente se mimetizó con la elección y viene directo a buscar la lista”, sostuvo.

En la Rambla y Bulevar España, los blancos coparon en la tarde del sábado la esquina y el cantero, con algún colorado, pero sin frentistas. Lucas, un concejal de 27 años de la Lista 40, dijo que esta fue una campaña “realmente fría y desconocida para la gente”, pero que repuntó días atrás, con una militancia menos voluminosa, pero “más comprometida”, porque “quiere trabajar por su barrio”.

En la Plaza Cagancha, no se vieron repartidores de listas blancas o coloradas. Antonella, una chica de 18 años, militante frentista de la Lista 95, dijo que muchos vecinos aceptan la lista, pero hubo quienes le rompieron la lista “en la cara”.

“Hubo actos de violencia, pero siempre se lo rectifica con la idea de que viva la democracia, y ahí se bajan los decibeles”, dijo mientras entrega stickers de la lista del postulante frentista Mario Bergara. “Este último tirón lo veo bien. Creo que esta va a ser una votación histórica”, desafió.

Guillermo, de 55 años, militante de la 77, que estaba en la Cagancha dijo que “la gente entiende bastante” pero que “tiene menos información sobre los municipios”.

En Punta Carretas, Pocitos y Centro ayer se vio poca movilidad. En todo Montevideo, además de los militantes, los repartidores rentados entregan las listas. El País habló con varios de ellos. Se trata de jóvenes, varios padres que están con sus hijos, y jubilados que aceptan la “changuita”. Reciben pagos de los sectores políticos de entre $ 800 a $ 1.200 por día. Trabajan seis u ocho horas diarias.