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Polémica ardiente en Laguna Merín por la seguridad marina

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Bañistas piden más señales y guardavidas. Foto: Archivo El País

Interrogantes

Bañistas reclaman al municipio y critican a la Prefectura Naval.

Tras el fallecimiento de Sergio González Vázquez, de 46 años de edad, ocurrido el pasado 7 de enero mientras practicaba kayac, surgieron interrogantes y reclamos por parte de turistas que pusieron en duda los operativos especiales para intervenir en salvatajes, tanto de la Marina como del municipio de Río Branco.

Antonio Cuña, en representación de un grupo de vecinos, dijo a El País que en la playa no hay carteles informando a los bañistas sobre el estado de la costa, "ni boyas indicando la profundidad o el límite". Agregó que los efectivos de la prefectura no estaban atentos el día que falleció el ciudadano melense.

El alcalde del Municipio de Río Branco, Christian Morel, sostiene en cambio que existe un servicio de guardavidas profesional que trabaja junto a los efectivos de la prefectura en el área de playa, pese a que no tiene resguardo como es tradicional ver en las playas.

Morel agregó que "está en la conciencia de cada uno salir a navegar sin dar aviso a las autoridades y sin salvavidas", y advirtió que la culpa no es del municipio ni de la Marina. "No sé, acá hay gente grande y me cuesta dar una explicación de a dónde quieren llegar con estos comentarios y denuncias por falta de controles".

Fuentes de la Prefectura del Puerto de Río Branco con jurisdicción en aguas de la Laguna Merín manifestaron a El País que en este verano hay cuatro efectivos por turno, dos en la playa y otros dos en el área del balneario.

Aseguraron asimismo que después de la muerte de González Vásquez se colocaron las boyas que fijan el límite para las actividades náuticas y la recreación de los bañistas.

La misma fuente indicó que la Marina cuenta con una embarcación para urgencias. En relación al caso del accidente que le costara la vida a González, se informó por parte de la Armada Nacional que la víctima salió sin despacho, no utilizaba salvavidas ni elementos de comunicación. Se resalta conjuntamente que el kayac en que iba la víctima fatal era vetusto y no poseía ningún tipo de garantía.

En toda la costa uruguaya, una treintena de personas muere cada año por bañarse en lugares no habilitados de las playas o también por no respetar las señales de peligro físico en las playas ni las de riesgo sanitario.

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