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Menor se escapaba del INAU y se prostituía; su madre fue condenada por omisión de deberes

Tenía 15 cuando policías la encontraron con un hombre de 41 años dentro de un camión en un camino vecinal.

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Patrullero. Foto: archivo El País
Patrullero.
Foto: Archivo

El pasado jueves, una mujer de 42 años fue condenada por omitir los deberes inherentes a la patria potestad luego de que se conociera, a través de una investigación llevada a cabo por la Fiscalía de primer turno de Canelones, que la hija de la imputada -una joven de 15 años- brindaba servicios sexuales a cambio de dinero.

La mujer fue condenada a pasar 9 meses en prisión bajo el régimen de libertad a prueba, de los cuales 2 meses serán cumplidos con arresto domiciliario total.

Pero, según explicaron fuentes de la Policía de Canelones, los hechos se remontan a enero de 2022.

Hechos

El 17 de aquel mes, un grupo de oficiales de Investigación en Canelones se dirigía hacia Las Piedras a realizar un procedimiento, cuando sobre el kilometro 39 de la ruta 5 los extrañó encontrar a una joven parada sobre la entrada de un camino vecinal.

Según informaron los agentes, a simple vista estaba sola, con una vestimenta “poco usual para las 15:00 horas” de aquella tarde. Luego, uno de los oficiales llegó a ver a 200 metros a una señora que la esperaba sentada bajo la sombra, con otra menor a su lado.

Los policías continuaron su camino, pero al regresar del operativo les llamó la atención que la joven ya no estaba en el camino de tierra, mientras la mujer seguía allí sentada con la otra menor. Por esto decidieron ingresar al camino vecinal.

Circularon unos metros y vieron, dentro de una camioneta de fletes, a un hombre de 41 años en el asiento del conductor, mientras que en el del acompañante estaba la menor. Este le había ofrecido, luego supieron, una remuneración por prestarle servicios sexuales, por lo que fue conducido a la Justicia, donde fue formalizó por un delito de promesa de remuneración a menor de edad por trabajo sexual.

En aquella investigación primaria la fiscal del caso, Andrea Mastroianni, no encontró pruebas para inculpar a la madre -que era la que estaba sentada junto a la otra menor de edad- en relación al hecho. La joven de 15 años, sin embargo, sí fue apartada de los cuidados de esta e internada en el Instituto del Niño y Adolescente del Uruguay (INAU).

En agosto de 2022 la joven comenzó a fugarse del INAU. Según informaron fuentes de la investigación lo hacía con la intención de reencontrarse con su madre y sin dar aviso a las autoridades del Centro. Por esto el equipo multidisciplinario a su cargo notificó a la Policía del hecho y así lograron ubicarla.

La joven continuó escapándose del lugar y la Policía devolviéndola al instituto, pero cuando empezaron a surgir indicios de que la joven continuaba prostituyéndose y que vivía en casa de su madre, se determinó el allanamiento de esta finca.

Fue a principios de diciembre cuando en este procedimiento se encontró a la joven viviendo en condiciones precarias. “Vivía en una casa apartada de la de su madre, sin baño, con piso de tierra y en el medio del campo”, explicaron fuentes policiales.

Este conjunto de hechos desató que se abriera una investigación a la madre de la menor por el delito antes mencionado.

Explotación

Por el momento no se tienen pruebas que inculpen como responsable de explotar sexualmente a su hija, pero es una hipótesis por confirmar. La investigación sigue abierta y se enfoca en reunir las pruebas para comprobar o descartar otras responsabilidades de la progenitora.

Fuentes de la Policía de Canelones dejaron ver que es evidente que la mujer “estaba al tanto” del accionar de la menor, que esta estaba siendo “vulnerada en sus derechos” y que luego sus las fugas del INAU “la madre debía notificar de su paradero”.

Además, según los lugares donde la Policía encontraba a la menor luego de sus fugas, era muy probable que su madre continuara incentivando “el accionar de la joven en las calles”.

Fuentes de Fiscalía aseguraron que “es un caso demasiado complejo”, marcado por el vínculo afectivo entre víctima y victimaria. Por eso, recabar las pruebas para otras imputaciones requerirá de un trabajo arduo y lo que se busca este implique “el menor daño posible” para la joven.

“No son fugas, se trata de salidas no declaradas”

-¿Qué alarmas despiertan este tipo de casos en que una menor se prostituye en varias ocasiones?

-Yo dividiría en dos planos. En primer lugar, hay que asumir este problema. Toda la sociedad lo tiene que asumir. Porque no es un problema de las víctimas. La indiferencia no es un camino. Como asumimos una actitud de responsabilidad durante la pandemia, con la explotación sexual también hay que hacerlo y esto implica denunciar e informarse. Luego hay un segundo plano, donde tenemos que reforzar la respuesta sobre los hechos consumados. Fortalecer los equipos itinerantes, los centros que trabajen en particular estos temas. En eso estamos trabajando, en ampliar la presencia del INAU en lo largo y ancho del país.

-¿Es frecuente que una menor se fugue del INAU?

-Me gustaría aclarar que no son fugas, porque los menores no están privados de libertad y no pueden estarlo por ley. Están ahí por el debilitamiento de los vínculos con su familia y el Estado se hace cargo. En esta línea se dan las que llamamos “salidas no declaradas”, que no son positivas, pero que pueden pasar y el trabajo del INAU es prevenir y realizar un seguimiento. Es difícil insertarse para jóvenes con estas vivencias.

-¿Existen centros solo para menores víctimas de explotación?

-Tenemos un proyecto que va a estar vigente en los próximos meses, para crear una residencia de 24 horas que atienda en exclusivo a las víctimas de explotación sexual. Es un camino para reforzar las respuestas para este tipo de situaciones, porque es difícil para quienes ingresan en un hogar por estas causas integrarse con los demás, y también para los otros. Hacemos todo siempre cuidando que no se generen prejuicios, que ya existen para los menores del INAU.

-¿Qué tipo de prejuicios?

-De que este es el joven que está en conflicto con la ley y que está vinculado a casos de abuso o explotación. Y en realidad es un tema que trasciende al INAU, porque la violencia y el abuso no están reservados a los adolescentes que están institucionalizados. Pasa también en los demás ámbitos.

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