Andre Geim y K. Novoselov
FISICOS
Son los dos rusos que ayer obtuvieron el Nobel de Física 2010 por descubrir el grafeno, un material transparente y óptimo conductor eléctrico que sirve para construir dispositivos como el "touch screen", paneles luminosos y celdas solares. Los dos físicos se conocieron en la Universidad de Nimega (Holanda), "Andre es el trabajo detrás de la mesa, y Konstantin las manos", dijo Jan Kees Man, un profesor que trabajó con ellos en Nimega. "No habrían podido obtener el premio Nobel si no hubieran estado los dos", agregó.
Claudia Rahola | AFP
Dos físicos rusos, Andre Geim (51) y Konstantin Novoselov (36), recibieron ayer el premio Nobel de Física 2010 por sus revolucionarios trabajos sobre el grafeno, pero tienen un historial científico atípico, incluso lúdico, en el que destacan ranas que levitan y cinta adhesiva lagarto.
Geim es maestro y ciudadano holandés, mientras que Novoselov es un alumno aventajado que posee doble nacionalidad británica y rusa. Ambos nacieron y cursaron estudios parecidos en Rusia, pero se conocieron en la Universidad Radboud de Nimega (Holanda), antes de entrar a trabajar en 2001 como profesores de la Universidad de Manchester, en Inglaterra.
Con este premio Nobel el comité recompensa el descubrimiento en 2004 del grafeno, un tipo de carbono increíblemente delgado y duro que tiene potencial para convertirse en el sustituto de la silicona en la electrónica.
Al mismo tiempo, los miembros del comité destacaron el aspecto lúdico de las investigaciones de los dos físicos.
"El humor es uno de sus sellos distintivos, uno siempre aprende algo en el proceso y, quién sabe, puede incluso lograr el premio gordo", dijo el vocero del comité al enumerar los argumentos que justificaban la atribución del premio.
Antes incluso de conocer a Novoselov, Geim hizo levitar ranas utilizando un poderoso imán, lo que le valió en el año 2000 compartir un premio "Ig Nobel", la parodia estadounidense de los premios Nobel.
Ya juntos, Geim y Novoselov desarrollaron un tipo de cinta adhesiva sintética pero sin pegamento inspirada en los millones de pelos que permiten a los lagartos subir las paredes, el `gecko tape`, un material que está todavía en desarrollo.
El propio grafeno, que podría revolucionar la informática, fue aislado con dos cosas tan sencillas como un trozo de cinta adhesiva y una mina de lápiz. "Esta es otra parte de mi historia. A través de mi carrera, he saltado de un tema de investigación a otro", explicó el año pasado Andre Geim en ocasión del 350 aniversario de la Royal Society británica.
MUCHO POR DESCUBRIR. Para Geim, el Nobel es un aliciente para trabajar "todavía más que antes". "Mi experiencia demuestra que hay una sorprendente plenitud de fenómenos esperando para ser descubiertos", dijo en la misma ocasión.
Luego de doctorarse en Física, Geim abandonó Rusia en 1990 para continuar sus trabajos en Inglaterra, Dinamarca y Holanda. Desde 2001, ocupa una cátedra en la Universidad de Manchester, que desde principios de este año compagina con algún curso en Holanda. Geim es aficionado a la escalada, está casado y tiene una hija.
Konstantin Novoselov estudió Física en Moscú e investigó en Chernogolovka, antes de llegar a la universidad de Nimega, donde comenzó a trabajar con su compatriota.
A pesar de su juventud, Novoselov -que es un científico aficionado al fútbol- reconoció que se quedó "estupefacto" por el Nobel, aunque ya tiene unas 60 publicaciones científicas y varios reconocimientos internacionales.
Medvedev lamenta la fuga de cerebros
El presidente ruso Dimitri Medvedev lamentó la fuga de cerebros al extranjero, tras otorgarse el Nobel de Física a dos científicos nacidos en Rusia y formados en una universidad de Moscú, pero que trabajan desde hace años en Gran Bretaña.
"Debemos hacer esfuerzos para que nuestros ciudadanos no se vayan al extranjero" declaró Medvedev, según la agencia Interfax.
"No tenemos de momento un sistema digno de ese nombre para estimular a nuestros jóvenes especialistas a que se queden en el país para trabajar en él", añadió el presidente ruso quien reconoce que el problema radica en la falta de infraestructura para la actividad científica.
En marzo de este año, Medvedev aprobó la construcción de un centro nacional de desarrollo y comercialización de nuevas tecnologías dentro de su proyecto de profunda modernización económica e industrial, y decidió ubicar el Silicon Valley ruso en el distrito Skólkovo de la región de Moscú. También encomendó al gobierno elaborar un paquete de incentivos fiscales para ese centro científico.