Moda profesional que da trabajo

| Diseño. El gobierno y la sociedad siguen viendo a la moda como superficial y elitista Basta recorrer la cuadra de 25 de Mayo al 250 para ver que hay trabajo, creatividad e inversión joven

2007-07-21 00:00:00 300x300

ANA PAIS

Unos 1.700 jóvenes estudian diseño de indumentaria en Uruguay y demuestran que no sólo es una carrera que está en boga, sino que también es una salida laboral viable.

Más allá del glamour, la moda genera miles de empleos nacionales y potencialmente podría generar muchos más. Productores rurales e industriales, importadores, exportadores y comerciantes, tejedoras y costureras son algunos de los tantos que viven o podrían vivir del fenómeno detrás de las pasarelas.

Solamente en San José hay 2.300 mujeres que tejen y buscan tener un polo textil. En Paysandú, Paylana genera ingresos por U$S 25 millones anuales, de los cuales un 95% son exportaciones. Sin embargo, no existen indicadores económicos que permitan identificar al fenómeno de la moda como tal en el país.

"Después de la crisis de 2002 resurgieron estrategias y oficios vinculados con la utilización de productos primarios como el cuero, la lana o las piedras -explicó la diputada nacionalista Beatriz Argimón. Pero se volvió con una mirada empresarial. Se copiaban diseños del exterior de acuerdo a las últimas tendencias de la moda, se salía a comercializar en el exterior a través de amigos que emigraron. Y todo esto increíblemente al margen de cualquier estímulo oficial".

También por fuera de las políticas gubernamentales, los jóvenes empezaron a agotar los cupos de inscripciones en carreras relacionadas con moda. En Montevideo hay siete institutos de enseñanza públicos y privados, de donde egresan cada año más de 130 licenciados o técnicos en diseño de indumentaria. Este número crecerá sensiblemente con el pasaje del Centro de Diseño Industrial (CDI) a la Universidad de la República -con el que se eliminará la prueba de ingreso que restringía a 30 la cantidad de alumnos por año entre diseñadores industriales y textiles-- y además se graduará la primera generación de estudiantes de Universidad ORT.

Los egresados pueden seguir dos caminos: crear una grifa propia y desempeñarse de forma independiente, o bien integrar equipos de diseño en marcas nacionales e internacionales o en las llamadas tradings. Estas últimas son empresas que diseñan acá, producen en países como China y venden por el mundo, es decir, empresas con escasa mano de obra nacional.

Calidad. La industria de la vestimenta uruguaya, al no poder competir con grandes productores, apuesta a la calidad y diseño de autor. Sin embargo, las pequeñas y medianas empresas tienen dificultades para ingresar en los grandes talleres textiles.

Fernando Escuder, diseñador graduado del CDI y autor de la marca que comparte con la también egresada Ana Livni, dijo: "Los grandes talleres están todo el tiempo trabajando y casi no hay espacio para intercalar una producción tan chica. Entonces empieza el `hágalo usted mismo` y la calidad baja. La crisis del 2002 fue para nosotros una oportunidad porque esas fábricas tenían problemas financieros y estaban abiertos a otras posibilidades. Ahora ya tenemos nuestro lugar".

Algo muy similar sucede con los materiales. Como en Uruguay hay poca variedad de calidades, colores y estampados, muchos diseñadores viajan al exterior para comprar la tela de la prenda principal de cada colección, que llega al país en el fondo de las valijas.

Con el objetivo de solucionar este y otros problemas de las empresas textiles, Argimón presentó en junio a la Comisión de Industria, Energía y Minería un proyecto que terminará el 29 de noviembre con una mesa redonda llamada "La moda da trabajo" y un posterior desfile en las escalinatas del Palacio Legislativo. La diputada hace hincapié en que "acá no se está hablando de frivolidades ni de un grupo pequeño de personas, sino de una opción que genera mucha mano de obra".

Talles. Como fuente importante de divisas, se debe visualizar desde la perspectiva artesanal, creativa, cultural y turística, explicó Argimón.

La problemática de los talles lleva años en la agenda de la moda. Unos acusan a los otros de discriminar a las rellenitas y generar estándares de belleza irreales. Los otros se defienden: dicen que las prendas se lucen de manera óptima en las flacas.

En lo práctico, tanto diseñar como confeccionar ropa para las diversas medidas antropométricas implica generar distintos moldes. No se crea un prototipo para talle 40 y luego se ensancha hasta el 50. Los cuerpos tienen curvas diferentes y las maneras de destacarlas cambian también. En este sentido, el diputado blanco Carlos Enciso presentó un proyecto de ley sobre la disponibilidad de talles. Aún no está en debate.

En Uruguay todos los institutos dicen abordar el tema, aunque en el caso de la Escuela Peter Hamers, su director aclaró que "el foco está en la creación y el diseño, por lo que el armado no es lo más importante". El resto incluyen este debate en sus cursos y algunos lo sistematizan en materias. El caso más visible es el de la Universidad de la Empresa (UDE), donde los estudiantes de 3° año de la carrera realizan una investigación en conjunto con la Asociación de Lucha Contra la Obesidad (ALCO) que termina con una colección específica por alumno.

Un sector con mucha tela por cortar

De los siete institutos donde se puede estudiar diseño de indumentaria, sólo se reciben con el título de licenciados en la Universidad ORT y la Universidad de la Empresa. Es probable que también obtengan dicho título los egresados del Centro de Diseño Industrial cuando termine el proceso de incorporación a la Universidad de la República a través de la Facultad de Arquitectura.

Los grandes talleres exigen a los diseñadores independientes producir un mínimo de 300 prendas de cada modelo. Sin embargo los creadores precisarían menos de una docena para no tener excedentes ni perder la consigna de diseño exclusivo. La exportación es la forma que tienen los diseñadores para crecer: pueden trabajar con las fábricas sin saturar el mercado uruguayo.

El artículo 1 del proyecto de ley de Comercialización de prendas de vestir fija que "todas las industrias de la vestimenta y los establecimientos que las comercialicen, distribuyan y/o las importen, deberán contar con prendas de vestir en todos los talles que respondan a las características antropométricas de la población, femenina y masculina, cualquiera sea la franja etária". La moda de carreras como gastronomía, hotelería, ciencias de la comunicación y las distintas orientaciones dentro del diseño, comenzó hace unos años. Según la diputada Beatriz Argimón: "Las nuevas generaciones están señalando al sistema educativo que cuando se abren nuevas opciones relacionadas con la creatividad y con los desafíos del mercado, ellos responden".

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