Las raíces del miedo

Gustavo Ekroth

Básicamente existen dos tipos de miedos en los seres humanos, unos son los miedos "sanos" que nos sirven para protegernos y evitar peligros reales y los miedos "irracionales" que lejos de protegernos nos disminuyen y limitan vitalmente.

Mientras los primeros surgen de evaluaciones y razonamientos que se adecuan a la realidad de los peligros potenciales, los segundos nacen y se sustentan en formas distorsionadas o ilógicas de interpretar y procesar la información. Los pensamientos son la esencia misma de todos los miedos irracionales, disfuncionales o patológicos que nos pueden llegar a limitar en la vida. En los seres humanos los pensamientos y el miedo están íntimamente relacionados, de manera que uno produce al otro y viceversa, sin los pensamientos distorsionados, miedos patológicos como por ejemplo a ser rechazado o a equivocarse, no existirían. Los pensamientos "distorsionados" que generan temores patológicos en el ser humano son básicamente de cuatro tipos:

1. Filtraje. En esta distorsión del pensamiento, la actitud mental preponderante consiste en seleccionar o "filtrar" sistemáticamente todos los elementos más negativos de cada situación y exagerarlos al máximo. A la vez en esta distorsión no se toman en cuenta o se dejan pasar por alto aspectos que disminuyen la peligrosidad potencial del evento.

2. Pensamiento polarizado, Estilo de pensamiento "distorsionado" las cosas son blancas o negras sin matices posibles. Por ejemplo, "si no hago todo siempre bien, soy un desastre y hago todo mal". El resultado es la inseguridad y el temor exagerado a cometer errores.

3. Sobregeneralización, es la tendencia mental a establecer "reglas" o conclusiones generales en base a incidentes aislados; si algo alguna vez salió mal siempre va a resultar de esa manera. Por ejemplo una mujer es engañada por su pareja. Conclusión: "siempre voy a ser engañada" o "todos los hombres son iguales".

4. Visión catastrófica, Esta distorsión consiste en la actitud mental de estar constantemente y ante cada nueva situación esperando el desastre. Cualquier situación, acontecimiento o noticia buena o mala evoca imágenes de calamidades personales o familiares. Por ejemplo una mejora económica evoca imágenes de desastres financieros futuros, un pequeño dolor de cabeza hace pensar en la posibilidad de un tumor cerebral, un atentado en otro país genera imágenes mentales de daño físico y/o muerte .

Si desea sugerir temas y obtener mayor información sobre diferentes aspectos de la psicología moderna, puede ingresar a la página: www.gustavoekroth.com o llamar al teléfono: 712 60 93.

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