BUENOS AIRES IGNACIO QUARTINO
El local era uno de los tantos bolichitos que pusieron de moda al circuito nocturno de Palermo Hollywood, hasta que llegó el huracán Oreiro y esta vez, multiplicado por dos.
Las hermanas Natalia y Adriana Oreiro inauguraron el viernes pasado en esta coqueta zona de Buenos Aires (en la calle Honduras esquina Armenia) un local de ropa pensado para que todos los placeres materiales de las mujeres se vean contemplados.
Para bautizar su primer emprendimiento prefirieron dejar a un lado los nombres "cool" de las nuevas grifas de ropa que intentan revolucionar el mundo de la moda y apelaron a sus raíces. Por eso, de común acuerdo, la sociedad de las hermanas uruguayas le puso "Las Oreiro" a su marca que cuenta con más de 100 diseños exclusivos, bombones finos y una línea de lencería erótica.
Con personajes del mundo "under", celebridades del espectáculo argentino, decenas de fotógrafos, cámaras y periodistas, la más famosa de las Oreiro con un look Jessica Rabbit, deslumbró con un vestido rojo diseñado por ella misma, saludó a cada uno de los invitados e hizo de vocera oficial de la empresa, aprovechando su facilidad para tratar y exponerse ante los medios.
Su hermana, en cambio, reconoce que todavía le cuesta enfrentarse a una cámara o un micrófono y prefiere comunicar a través de sus diseños.
GRAN HERMANA. Adriana es la mayor de las Oreiro. Vivió en Uruguay hasta 2001 y se especializó como diseñadora en México con un posgrado en París. Se instaló en Buenos Aires hace un año, luego que su hermana le propusiera llevar adelante este proyecto. "Quizás lo mejor de este proyecto es que volví a estar cerca de mi familia después de estar tanto tiempo lejos de ella", repite Natalia una y otra vez, cada vez que se le pregunta sobre el proyecto y su hermana mayor.
El concepto de familia está marcado a fuego en esta nueva empresa. Ya en la entrada, se lucen los retratos de las dueñas del local, cuando no tenían más de seis años.
Por ese entonces, las Oreiro demostraban su gusto por la moda yendo a clases de corte y confección. "En esa época teníamos que ser muy creativas porque en casa no había plata para comprar ropa y aprovechábamos todos los pedazos de tela para hacer los vestidos", recuerda nostálgica la famosa protagonista de Sos mi Vida y Muñeca Brava.
Durante estas últimas semanas Natalia se encargó de armar una inteligente campaña de expectativa para la inauguración del local.
Fue así que asistió a varios eventos sociales vestida de largo con sus diseños propios, como a la celebración del 75 aniversario del Hotel Alvear y la cena gala a beneficio de Fundaleu (fundación que trata pacientes con leucemia), la semana pasada.
VARIEDAD. Pero la ropa de Las Oreiro no intenta posicionarse dentro de un solo rubro de vestimenta. En el local de Palermo Hollywood puede comprarse desde una simple remera hasta un vestido bien sofisticado.
"Preferimos tener variedad de accesorios y prendas, en vez de muchos diseños de una sola cosa", sostiene Adriana. Y se nota: el local de 300 metros cuadrados impacta por la cantidad de espacios y variedad de propuestas para intentar diferenciarse de un mero local de ropa.
De hecho, a la entrada, una vitrina con bombones frutales invita a hacer la primera escala antes de revisar percheros y fijar las miradas en los maniquíes que tienen el rostro de la más conocida de las Oreiro.
Natalia asegura que la creación de su marca de ropa es un gusto que quiere darse en vida. Sin embargo, es inevitable asociar esta iniciativa con redituables emprendimientos que ya llevaron a cabo figuras de Hollywood como Jennifer López con su marca JLo, o Fergie, la rubia de los Black Eyed Peas. La uruguaya sabe que con su carisma y su look generó con la telenovela "Sos mi vida" un éxito rotundo de audiencia, y hasta marcó tendencia con su vestimenta. Ahora sobran los que predicen y confían en el éxito de Las Oreiro.
Objetivo uruguay
La ropa de Las Oreiro es fabricada en un taller que emplea a más de 15 empleados contratados por las hermanas, aunque varias de las prendas tienen el toque artesanal de sus dueñas.
"Las últimas tres noches previas a la inauguración no dormimos, porque queríamos que la ropa y el local estuvieran perfectos. ¡Hasta nos pusimos a bordar ropa con nuestras propias manos!", dice Natalia, orgullosa por el trabajo realizado.
Una vez que logren afianzar la marca en Buenos Aires, Natalia y Adriana tienen pensado cruzar el Río de la Plata para instalar otro local en Uruguay. Al menos dicen que ese es el deseo de las dos hermanas.