Florencia Beltrán
Magister en Familia
La mayoría de los bebés comienzan a gatear entre los 6 y 10 meses de edad. Hay quienes tienen su "propia técnica", como desplazarse sentado.
Con frecuencia se le quita importancia al gateo, pero hoy está comprobado como afirma, Mª Ángeles García Morán, Lic. en Psicología Infantil y especialista en Estimulación Temprana, que incide en el desarrollo a nivel corporal y visual. A nivel corporal el gateo desarrolla: la estructura de hombros, codos, muñecas, rodillas y tobillos, así como la sensibilidad táctil de los dedos y la palma de la mano, que facilitará en un futuro tomar correctamente los objetos pequeños como el lápiz (motricidad fina). Favorece la capacidad respiratoria, la cual es significativa puesto que aumenta la oxigenación del cerebro. Esto último es esencial para cuando el niño empiece a balbucear o hablar. También incentiva, a nivel neurológico, la interrelación hemisférica, es decir, conecta ambos hemisferios. Ello es capital ya que cada hemisferio cerebral controla los movimientos de las extremidades del lado opuesto. Un ejemplo práctico: en un futuro le será mucho más fácil sacar apuntes a la vez que escuchar al profesor. A nivel visual estimula la coordinación óculo-manual, al querer llegar a un lugar donde haya algo de su interés y luego lo agarre. También, ofrece una gran oportunidad para sentar las bases del proceso de lateralización. Además, ejercita cuatro aspectos importantes en la visión: la visión binocular: el cerebro utiliza las imágenes que recibe de cada uno de los dos ojos y las fusiona en una sola imagen más completa; la visión tridimensional que permite apreciar los volúmenes; Se estimula la convergencia y la acomodación, que permiten saber a qué distancia está un objeto y focalizarlo correctamente. Esto posibilitará en un futuro ver con claridad, facilidad y rapidez las cosas que están cerca, como las letras de un libro, así como las cosas que están lejos, como el pizarrón, alternando ambos focos sin problemas. A su vez, saber a qué distancia están los objetos y su volumen, le permitirá poder agarrarlos mejor y colocarlos con precisión en lugares determinados, por ejemplo, los puzzles. Por último, potencia la visión periférica, que es la que nos permite orientarnos en el espacio, informándonos de los movimientos en el entorno. Este tipo de visión es fundamental en los deportes en equipo para controlar en qué posición se encuentran los compañeros más apropiados para pasarles la pelota.
¿Influye el gateo en lo emocional?
Sí, influye en el desarrollo emocional y social. Al gatear el bebé comienza a separarse físicamente de su madre, y considerarse una persona individual y distinta. Esto facilita la socialización, puesto que si uno no se percibe diferente al otro no se puede relacionar.
¿Cómo se puede estimular el gateo?
Una forma es colocar sus juguetes preferidos cerca y lejos de él para que él mismo los busque y agarre. También, poner obstáculos en su paso como cajas para que descubra cómo esquivarlos, dándole más seguridad, velocidad y agilidad. (www.babysitio.com).
¿Cuándo hay que preocuparse?
Todos los bebés desarrollan sus habilidades en tiempos diferentes pero si un bebé está por cumplir 6 meses y todavía no muestra signos de movilidad, como darse vuelta, reptar o incorporarse apoyado sobre sus antebrazos es aconsejable consultar a su pediatra.