Jardines en lo más alto del hormigón

Techos verdes. Una tendencia urbanística ecológica, que ahorra energía y mejora la calidad del aire El World Trade Center es pionero en su empleo en Montevideo Algunos países ya exigen su uso | Unidos por sobre la calle Lecueder desde el sábado 16

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VIVIANA RUGGIERO

Las "terrazas verdes" son una tendencia arquitectónica que comenzó a usarse en Uruguay. Además de ser visualmente atractivas generan beneficios en los ambientes interiores: desde mejorar la calidad del aire hasta regular las temperaturas.

A diferencia de las grandes ciudades del mundo, en Montevideo los espacios con vegetación abundan. Hay 1.280 hectáreas verdes, que incluyen unos 1.000 parques, plazas y plazoletas. Por cada habitante (la capital del país tiene 1.380.000 habitantes) hay 9,24 metros cuadrados de espacio verde. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que sean 10 metros cuadrados por persona, es decir, que Montevideo está prácticamente en el ideal.

Quienes viven en apartamento, sin embargo, suelen mencionar como desventaja la falta de "verde" y con ello hacen referencia a la carencia de un espacio al aire libre, con vegetación, donde corra el aire y puedan distender la vista. Para solucionar esta insuficiencia, que es aún peor en ciudades como Chicago, Tokio, San Pablo o incluso Buenos Aires, la arquitectura comenzó a apostar a los green roofs o terrazas verdes. Es decir pequeños jardines en techos y azoteas. La idea, además, es apostar a un modelo de construcción que minimice el impacto sobre el ambiente.

Uno de los primeros proyectos edilicios que incluyó las terrazas verdes en Uruguay es el World Trade Center Montevideo, que tiene el 60% de las azoteas transformadas en jardines. La idea de incorporar green roofs surgió cuando estaba en construcción la torre tres, que tiene azoteas grandes y visibles desde otros edificios. La imagen "triste y gris" que transmitía el cemento a los empleados y empresarios que allí se desempeñaran no convenció a los arquitectos del proyecto, quienes comenzaron a buscar soluciones.

Así fue como descubrieron que las grandes ciudades del mundo habían desarrollado "jardines colgantes" para combatir la isla de calor que generan los edificios.

"Investigando sobre las alternativas descubrimos que en Estados Unidos y Europa había una técnica que era furor. Al principio nos entusiasmó simplemente por lo estético, pero después fuimos descubriendo que tener verde en los techos era más que atractivo desde el punto de vista visual; también ofrecía muchos beneficios ambientales. El problema que encontramos era el costo. Entonces tuvimos que prepararnos para convencer a los inversores", relató a El País el arquitecto Daniel Flom, representante del estudio encargado de la construcción del World Trade Center Montevideo.

Instalar techos verdes implica una inversión inicial 40% superior a la que se hace para una azotea de pavimento tradicional. El costo de colocar asfalto es de US$ 36 por metro cuadrado, mientras que la cobertura verde tiene un valor de US$ 52 por metro cuadrado.

El complejo de oficinas instaló 2.413 metros cuadrados de terraza verde para la cual invirtió unos US$ 125.000. Según Flom los beneficios que otorga tener jardín en el techo hacen que el dinero invertido se recupere en cinco años.

COMPOSICIÓN. Un green roof no es un techo que tiene plantas en macetas ya que de esa manera el "verde" no forma parte integral de un sistema. Un techo verde es un "ecosistema vivo", una delgada capa de plantas instalada sobre un techo convencional.

Está compuesto por todos los elementos de una azotea tradicional: una capa de hormigón armado, hormigón poroso para las pendientes, membranas asfálticas y aislamiento térmico. Sobre todo se coloca una capa drenante, un filtro compuesto por 12 centímetros de arena y 3 centímetros de tierra donde se plantan o siembran las plantas, flores, césped, etc.

En el caso del World Trade Center, las capas fueron desarrolladas y diseñadas en Uruguay en base a experiencias de otros países. El estudio de arquitectos encargado de la obra y el ingeniero Enrique Musacco -dueño de un vivero- seleccionaron para sembrar allí dos especies de plantas que necesitaran muy poco mantenimiento: Diente de León y Grama Azul.

La primera es una planta perenne, de hojas gruesas, de forma triangular y del tamaño del dedo índice. Levanta unos 15 centímetros del suelo y en la primavera y verano tiene flores de color púrpura, amarillo y rojo. La segunda, en tanto, tiene hojas con forma de cintas de unos 23 centímetros de longitud. También florece en verano, cuando le aparecen unas espigas de color azul-violáceo.

"Lo bueno de estas especies es que no requieren casi riego. El césped por ejemplo es necesario cortarlo y regarlo seguido. Por eso, si bien tiene beneficios ambientales, no se logra un ahorro", dijo Flom.

Una terraza verde se puede hacer en cualquier tipo de techo, la única condición es que tiene que ser "fuerte" como para soportar el peso de las capas que en total suman 250 kilos por metro cuadrado.

"Se puede hace en un techo metálico o en uno de dos aguas. Lo único que hay que tener en cuenta es el peso extra del techo verde", agregó el arquitecto.

En Punta del Este hay en varios techos jardines, pero sobre todo utilizan el césped. En Montevideo también hay algunas experiencias.

El docente de la Facultad de Arquitectura, Marcelo Danza comentó a El País que alumnos del centro educativo construyeron, en la zona del Buceo, una casa de techo verde.

"La casa que se sortea en la rifa de Arquitectura es construida por los ganadores de un concurso que se realiza entre todos los alumnos. Hace dos años el proyecto ganador tenía como característica `distinta` que la azotea de la vivienda era un jardín, al cual se accedía por rampas", dijo Danza. El docente afirmó que si bien es una técnica "incipiente" en Uruguay ca-da vez "se utiliza más".

BENEFICIOS. Las terrazas verdes tienen ventajas ambientales, que van desde mejorar la calidad del aire, regular la temperatura, hasta conservar la biodiversidad. Los jardines colgantes producen, además, mejor aislación térmica y acústica, así como también mejor aprovechamiento del agua de lluvia, lo cual trae aparejado una disminución del consumo de energía eléctrica.

"A los municipios les sirve. Por ejemplo, en Buenos Aires es fundamental porque tienen problema de inundabilidad", aseguró Flom. Y agregó: "La única desventaja que le encontramos es la económica, lo cual se podría mejorar si la Intendencia beneficiara a las construcciones que apuestan a cuidar el medio ambiente. Hoy en día no hay nada que te motive más que tu propia responsabilidad".

Según pudo saber El País en la Intendencia de Montevideo nunca se analizó instrumentar beneficios para quienes tengan jardines en las azoteas.

El director de la División Espacios Públicos y Edificaciones, Daniel Espósito aseguró que es una "herramienta valorable" en las ciudades altamente pobladas donde la relación hombre espacio público es negativa. "Montevideo no tiene ese problema porque tiene una planta urbana de 20.090 hectáreas y un promedio de 70 a 75 personas por hectárea, lo cual es bajísimo", afirmó el jerarca.

Espósito reconoció que en las zonas donde hay asentamientos hay una relación negativa espacio público y ciudadano. "De las 20.090 hectáreas hay 1.800 donde está asentada el 10% de la población de Montevideo. En esas tierras están instalados los asentamientos, los cuales tienen una densidad de población similar a la de Pocitos que tiene construcción en altura. Ahí hay unas 400 personas por hectárea".

Buenos Aires: darán beneficios a edificios con terrazas verdes

En Buenos Aires se estudia una modificación en el Código de Edificación de la ciudad. La propuesta del diputado Gerardo Ingaramo es ofrecer beneficios impositivos a los edificios que incorporen las terrazas verdes, informó esta semana el diario argentino La Nación.

"Siendo que este tipo de construcción ecológica resulta más costosa que la tradicional, el proyecto prevé exoneraciones impositivas para quienes lo implementen. De este modo, los usuarios se verán favorecidos y el Estado podrá constatar la correcta aplicación de la cubierta verde al verificar la obra", explicó Ingaramo.

La terrazas verdes comenzarán a ser instaladas en edificios públicos de la capital argentina. Uno de los primeros en incorporar el sistema es el edificio donde funciona el Centro de Gestión y Participación Comunal (CGPC), en el barrio de la Recoleta.

"Estamos convencidos de que el sector público tiene que ser pionero en implementar propuestas que mejoren la calidad ambiental de nuestra ciudad y de sus habitantes. En ese sentido, esta sede comunal se enorgullece de haber sido parte de esta experiencia", dijo a La Nación Facundo Carrillo, director del CGPC N° 2.

Uno de los factores que puso el tema sobre la mesa en Buenos Aires es la recomendación que realiza la Organización Mundial de la Salud (OMS) de que "como mínimo" las ciudades deben contar con diez metros cuadrados de espacio verde por habitante; Buenos Aires sólo tiene dos.

El arquitecto Jorge Leder explicó a La Nación que "la ciudad tiene unos 130.000 edificios cuyas terrazas, en su mayoría, se encuentran vacías, cuando deberían ser, por su exposición al sol y otras variables climáticas, la llave para construir nuevos paradigmas urbanos".

Según datos manejados por el diario argentino, en la capital de Japón, Tokio, está vigente desde 2001 una norma que obliga a la instrumentación de terrazas verdes.

En Alemania, en tanto, se ganó 15 millones de metros cuadrados verdes, y en el Reino Unido se adquieren 300.000 metros cuadrados al año por construcción de terrazas verdes en casas y edificios.

Toronto, en Canadá, fue la primera ciudad de América del Norte en adoptar esta tecnología. Todas las construcciones de más de 2.000 metros cuadrados deben tener entre el 20% y el 60% de techos verdes. En 2005 Estados Unidos sumó 233.000 metros cuadrados verdes.

TENDENCIA incipiente en Uruguay

La sostenibilidad (un modo de construcción que minimiza el impacto sobre el ambiente tanto durante las obras como en el posterior uso de la vivienda o edificio) representa el futuro de la arquitectura, según expertos y teóricos. Los "techos verdes" forman parte de este concepto.

Una de las ventajas de los jardines sobre las azoteas es que reducen la demanda energética para calefacción y refrigeración. En Montevideo, el 60% del consumo energético corresponde a hogares y oficinas.

La desventaja que tiene esta tendencia es que su construcción es 40% más costosa que una azotea común. Por eso hay países que hacen descuentos impositivos a quienes lo implementan. La Intendencia de Montevideo no analizó por el momento implementarlo.

Unen con un puente a torres y shopping

Desde el próximo fin de semana un puente metálico conectará World Trade Center y Montevideo Shopping. La estructura, de 20 metros de largo, cruzará por encima de la calle Luis E. Lecueder.

La obra fue aprobada en 2008 por la Intendencia de Montevideo y demandará una inversión superior a los US$ 400.000.

El jueves comenzó la construcción de los pilares de hormigón sobre los que se apoyará el puente. "La estructura ya está armada, el próximo fin de semana hay que trasladarla y colocarla" comentó a El País un obrero vinculado a la cimentación.

El puente conectará específicamente el gimnasio You Fitness, que está en la parte nueva del centro comercial y el hall de entrada al World Trade Center.

Según comentó a El País el administrador de Montevideo Shopping, Carlos Lecueder, el proyecto de interconexión surgió como una necesidad para que la gente pueda ir de un lugar al otro sin tener que salir a la calle.

"El shopping tiene comercios, estacionamiento y servicios. World Trade Center tiene oficinas, gente y necesidad de estacionamientos. Entonces surgió la idea de complementarnos a través de un puente", comentó Lecueder.

DOBLE VÍA. La zona tendrá otras modificaciones, porque la administración de Ana Olivera está estudiando un proyecto para transformar la calle Bonavita en doble vía con un cantero central. El cambio sería en toda su extensión: desde 26 de Marzo hasta Pablo Galarza.

La obra que demandará una inversión superior a US$ 1.200.000 será financiada por el World Trade Center y Montevideo Shopping a pedido de la Intendencia. "Es una contrapartida por el impacto que generan las obras edilicias de la zona", explicó el arquitecto Daniel Flom. La idea es empezar las obras a fines de la temporada 2011 y está previsto que duren entre 90 y 120 días.

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