El submarino nuclear francés Émeraude comenzó este miércoles a buscar la caja negra del vuelo AF447 de la compañía Air France, que el 1° de junio se precipitó al océano con 228 personas a bordo. El Émeraude rastrea el fondo del mar -a un ritmo de 26 kilómetros diarios y a miles de metros de profundidad- con un dispositivo que emite ondas ultrasonoras que pueden detectar la señal acústica enviada por la caja negra, que sólo emite señales durante 30 días.
Según aseguró a la AFP Pierre Jeanniot, quien inventó las cajas negras como registradores de vuelo 40 años atrás, se encuentren o no las famosas cajas, la catástrofe del vuelo A447 debe demostrar que esta tecnología está obsoleta y que se puede reemplazar por la transmisión de datos por satélite en tiempo real. "Ahora puedo decir con conocimiento de causa que son obsoletas, porque la tecnología ha evolucionado", dijo Jeanniot. "La transmisión desde los aviones por satélite es mucho más económica que hace 10 años. Actualmente es posible transmitir todo, directamente desde el vuelo, en caso de que el avión se encuentre en problemas", precisó.
Según el experto, ya exis- te un sistema de transmisión automática, a través de un satélite, de los registros de datos del vuelo que debería hacerse general. Esto permitiría en caso de accidente recuperar todo instantáneamente en lugar de ir a buscar en la selva o en el fondo del mar las cajas negras dañadas. "El avión comenzaría a emitir en cuanto se produce una falla. Y se puede programar el sistema para que en caso de anomalía grave, transmita sin parar, todos los datos y todas las grabaciones con las voces de los pilotos. Es bastante simple", afirmó Jeanniot.
CARO E INEFICIENTE. Mientras el Émeraude continúa su búsqueda, según calcula la Agencia Bloomberg, el costo para las aseguradoras del accidente del vuelo de Air France 447 puede ser el mayor desde los atentados del 11-S. Pero es inevitable, porque encontrar la caja negra sirve para saber qué ocurrió realmente dentro de la aeronave minutos antes de precipitarse al Océano Atlántico.
Según explicó Jeanniot, los costos de la búsqueda de las cajas negras en el fondo de un océano son altísimos. Miles de horas de aviones, de helicópteros, de navíos. "En esta ocasión, incluso hay un submarino nuclear operando frente a Brasil. Y al final podría ocurrir que no haya información", subrayó el experto indicando que con la transmisión por satélite, se puede recuperar todo instantáneamente. "Ya se sabría exactamente dónde cayó el aparato. Imagine cuan difícil es para las familias estar meses y meses, incluso a veces años sin saber lo que ocurrió realmente".
El presidente del sindicato de pilotos de Air France, Gerard Arnoux, dijo a la AFP que la opción que propone Jeanniot le parece "inteligente". "Transmitir la información sobre el vuelo por satélite no plantea ningún problema técnico, por lo demás, la mayoría de los aviones, exceptuando los más antiguos, ya lo hacen", explicó.
Christophe Pesenti, miembro del sindicato de pilotos de Air France Alter, sólo coincide en parte con Jeanniot y Arnoux. Él opina que en teoría, el sistema propuesto sería bueno para la seguridad de los vuelos, pero reconoce que hay problemas para su instalación.
"Habrá que solucionar el tema de la información confidencial. En las cajas negras queda todo grabado cuando el vuelo no tiene problemas. Si los pilotos hablan temas confidenciales, ¿cómo tratar esa información y asegurarse que la compañía no disponga de ella según le parezca?", se preguntó.
Jeanniot adelantó que Starnav, una compañía de Toronto, Canadá, desarrolló el sistema de transmisión automática a través de satélite que él recomienda como el más eficiente. "Lo que se necesita ahora es la voluntad de las compañías aéreas, como también de los gobiernos. Cada accidente debe enseñarnos algo", reflexionó.
Una mala experiencia
Los últimos segundos grabados por la caja negra del vuelo JK5022 de Spanair, justo antes de estrellarse contra el suelo del aeropuerto de Barajas, con 154 pasajeros a bordo, en agosto de 2008, revelan conversaciones entre el piloto y el copiloto que son apenas audibles, y al final se escucha nítidamente el grito de un hombre, golpes, y luego silencio. La grabación de esa caja negra es ininteligible por lo que debió limpiarse, aunque resultó imposible aclarar la causa del accidente por ese medio. La caja negra con las conversaciones consta de cuatro canales: uno para grabar lo que dice el piloto; otro para el copiloto; el tercero, para el sonido ambiente de la cabina, y el cuarto, para las comunicaciones con la torre de control. La parte crítica fueron los segundos finales cuando el aparato de Spanair inició el despegue, no pudo elevarse, impactó la cola contra el suelo, se arrastró por el campo, cayó y estalló.