SOLEDAD ACUA
"Funsa, industria uruguaya" es la marca que tienen previsto imponer nuevamente los trabajadores de la fábrica que, desde el lunes pasado, comenzaron a realizar las obras para recuperar las máquinas.
Si bien todavía no se concretó la inversión que hará posible el sueño, los empleados y el gobierno están convencidos de que el proyecto es viable y que a fin de año los neumáticos de Funsa estarán en la calle a un precio más barato que el de la competencia.
Ayer los trabajadores recibieron la llave del edificio y anunciaron que comenzarán a recuperar la maquinaria.
En una primera instancia, se realizará la producción de guantes, luego las cámaras de bicicletas y más adelante comenzarán a trabajar sobre los neumáticos.
RUINAS. El lunes pasado, cuando los funcionarios ingresaron a la fábrica de Funsa, un silencio invadió el ambiente.
Tras casi un año con las puertas cerradas, la vieja fábrica pasó a manos de los trabajadores.
Si bien legalmente todavía sigue en concordato, todo indica que en pocos meses los nuevos dueños serán los antiguos empleados.
De todas formas, a partir de la próxima semana los trabajadores comenzarán a realizar las tareas de recuperación del edificio y de las máquinas. En grupos de 100 personas los hombres y mujeres que alguna vez formaron parte de la planilla de Funsa, se encargarán de acondicionar el lugar y de poner en funcionamiento los equipos sin recibir una paga a cambio.
Enrique Romero, integrante del sindicato de trabajadores, dijo a El País que el área más deteriorada es la de administración y el sistema informático.
De todas formas, Romero sostuvo que es tan grande el entusiasmo que hay entre los trabajadores, que en menos de tres días limpiaron toda la fachada y la sala de recepción para la conferencia de prensa que se realizó ayer.
En cada escritorio se encargaron de poner un florero y limpiaron las computadoras. "Le quisimos dar un toque más humano", comentó.
Agregó que las máquinas se repararán con repuestos que están guardados en un depósito de la fábrica.
"La idea es ir ganando tiempo hasta que aparezca la financiación", sostuvo.
El dirigente, que trabajó más de 16 años en la planta, explicó que, según el último relevamiento que hicieron, la producción de guantes está pronta para salir porque la materia prima y las máquinas están en "excelente" estado.
"Tenemos suerte de que las máquinas están bien. Lo único que se afectó fue el sistema informático porque cuando prendimos las computadoras nos dimos cuenta de que habían borrado todos los datos. Esa es
una de las pocas áreas donde vamos a tener que empezar de nuevo", se lamentó. Agregó que, durante el período de recuperación, los trabajadores podrán volver a comer en el viejo comedor porque el Instituto Nacional de Alimentación (Inda) se encargará de servir el almuerzo a todos los que concurran a trabajar.
RECUPERACION. El proyecto de Funsa cuenta con el apoyo del gobierno.
Ayer, ante la presencia del ministro de Trabajo, Santiago Pérez del Castillo, el Prosecretario de la Presidencia, Leonardo Costa, y el intendente de Montevideo, Mariano Arana, los trabajadores presentaron el proyecto de recuperación de la industria.
Para el dirigente del sindicato, Luis Romero, la historia de Funsa está "grabada a fuego" en cada rincón de la fábrica.
"Hoy es un día especial para Funsa. Los cambios que hemos logrado los hicimos con el corazón y el alma sabiendo que acá esta nuestro presente y nuestro futuro. Llegó la hora de reconquistar la industria nacional", indicó.
Romero sostuvo que la quiebra de la empresa es una "responsabilidad" de toda la población.
El ministro de Trabajo dijo que el proyecto que presentaron los trabajadores de Funsa es un plan "maduro" que deben seguir los demás sindicatos.
"El gobierno vio en Funsa un proyecto viable que fue impulsado por un sindicato que tiene una actitud moderna y abierta", comentó.
Acto seguido, anunció que el Ministerio de Trabajo, a través del Inda, se encargará de brindar una comida al día a los 100 trabajadores que comiencen a realizar las tareas de recuperación de las máquinas.
Además el gobierno destinará una partida de dinero para los funcionarios en el marco del Plan de Emergencia que lanzó en todo el país.
Recordó que en más de una oportunidad se aprobó la prórroga del seguro de paro.
Pérez del Castillo aseguró que existe más de un interesado para invertir en el proyecto de Funsa entre los que se encuentran capitales extranjeros.
"El gobierno seguirá apoyando el proyecto porque cree en él y en las personas que lo impulsaron", comentó.
Anunció que la Junta Nacional de Empleo se encargará de la capacitación empresarial del personal para "asegurar su viabilidad".
"El Poder Ejecutivo esta decidido a poner a punto una fábrica de este tipo", comentó.
En el mismo sentido, el intendente expresó que el ejemplo que dio el sindicato de Funsa debe servir para que otras organizaciones sociales puedan sacar adelante viejos proyectos.
"Este es uno de los primeros síntomas para demostrar que algunas cosas son posibles", expresó.
Arana prometió que la Intendencia "eliminará" cualquier piedra que se cruce en el camino de la reapertura de Funsa y anunció que se "flexibilizarán" las deudas que tiene la empresa con el municipio por concepto de impuestos.
VIEJOS RECUERDOS. Las puertas de Funsa se cerraron en diciembre del 2002. Trabajaban 480 empleados. Tras varios meses de espera en una carpa frente a la fábrica, los trabajadores recibieron ayer las llaves.
Vestidos con los viejos mamelucos azules se pasearon orgullosos por todas las instalaciones.
Romero aseguró que a fin de año los neumáticos de Funsa podrán estar nuevamente en las calles.
Según los números que maneja el sindicato la mercadería será de mejor calidad y costará mucho menos que los productos que actualmente vende la competencia.
El gremio de trabajadores piensa que si se consigue un inversor se podrá trabajar sin ningún tipo de subsidio.
Sin embargo, todavía quedan muchos pasos por dar. Los trabajadores saben que la empresa tiene que renegociar un pasivo muy importante, para lo cual se necesita capital.
En la actualidad, Funsa sigue perteneciendo a la empresa estadounidense Titán y la situación legal es de concordato. Según el sindicato, los dueños de Titán están dispuestos a ceder la fábrica a los trabajadores, porque "ya no les interesa".
La base del proyecto es la creación de una empresa mixta entre cooperativa y Sociedad Anónima. El gerenciamiento estará a cargo de un gerente general, un gerente industrial y un gerente comercial que serán contratados.
Al mismo tiempo se creará un órgano de dirección, que representará a todos los 480 accionistas que nuclea a los obreros, jefes y supervisores técnicos.
Los empleados aplauden a Lissidini
El ex director de Aduanas, Víctor Lissidini, que actualmente está preso en Colonia, fue aplaudido ayer por el sindicato de Funsa.
Los trabajadores recordaron la gestión que realizó el ex jerarca para "defender" las máquinas de la fábrica, que ya estaban prontas para emigrar a Estados Unidos.
"Nosotros esperamos verlo afuera en poco tiempo. Nosotros lamentamos esta situación. Cuando muchos jueces no se animaron a parar la ida de las máquina, Lissidini se la jugó y respaldó al sindicato. A esa persona le tenemos que dar las gracias", indicó el dirigente, Luis Romero.
Relataron que "gracias a Lissidini" el 27 de junio las máquinas que permitirán producir los neumáticos volvieron a la empresa.
Desde ese momento, el sindicato de funcionarios montó una guardia en la vereda de enfrente a la planta industrial en una carpa para evitar que se vaciara la compañía.
Romero sostuvo que el único capital que les queda a los funcionarios son las ganas de trabajar y las máquinas que hay dentro de la empresa.
"Si se llevaban eso estábamos perdidos. ¿Cómo no agradecer a una persona que se jugó por nosotros cuando lo necesitábamos?", preguntó.
Acto seguido, los trabajadores aplaudieron de pie.
Datos
La empresa Funsa, fundada en 1935, llegó a tener 3 mil trabajadores en sus mejores épocas. Su producción principal eran los neumáticos, pero también tenía líneas de calzado, con las marcas Incalcuer e Incalflex, las famosas botas negras, guantes, bolsas de agua caliente, bolsas de hielo, los cables antillama y la añorada Línea Champion, de calzado deportivo, que impuso al Tenista, el Charrúa (básquetbol) y el Goleador.
El auge fue entre las décadas de 1950 y 1970. Hubo un repunte entre 1985 y 1990 y entonces empezó el declive. El 5 de diciembre de 2002 fue el cierre definitivo. Desde el 1º de marzo de ese año, la empresa había ido a concordato y se había paralizado la principal producción, que era la de neumáticos.
En 1988 la empresa estadounidense Titan compró el 88 por ciento del paquete accionario. El gerenciamiento correspondió a un estudio uruguayo, hasta que en 2001 llegó un representante de Estados Unidos para hacerse cargo. Según el gremio, "el gerenciamiento fue muy malo".