Canelones | PATRICIA MANGO
Un millonario robo quedó unido para siempre a la historia de Los Cerrillos. El denominado "robo del siglo" se revive con los festejos que cada año celebran el aniversario de la ciudad.
El próximo jueves 3 de agosto Los Cerrillos cumple 110 años y se conmemoran dos lustros de aquel día en que aprovechando los bombos, platillos y desfiles que entretenían a la toda la ciudad, el portero del Banco República, usando un túnel en el que trabajó meses y que lo llevaba desde su casa a la sucursal bancaria, logró llevarse medio millón de dólares que nunca aparecieron. Ese día la localidad cumplía sus 100 años.
A media cuadra de la plaza se encuentra la sucursal del Banco República, que saltó a la fama cuando Jorge Fabián Sánchez Silva le vació la bóveda. Aquel sábado, 3 de agosto de 1996, el entonces presidente Julio María Sanguinetti encabezaba los actos. Era la primera vez que un mandatario visitaba Los Cerrillos y todo el pueblo salió a la calle.
Pero el lunes siguiente el banco no abrió sus puertas y la decena de funcionarios que trabajaban en el local fueron llevados a declarar. Sólo faltaba uno: Fabián Sánchez. El hombre, conocido como "El Palillo" por su afición a la caza y a la pesca, había decidió robar los 460 mil dólares y viajar hacia Progreso.
Sánchez estuvo ocho años preso, los últimos con salidas transitorias. Hace años que no ve a su familia -esposa y tres hijos-, que viven en la pobreza.
Tras entregarse, Sánchez dijo que el dinero se lo robaron de un eucalipto donde lo había escondido. La policía nunca creyó esta versión.
Lo que sí se supo fue que quiso sobornar a un oficial que lo interrogaba y que posteriormente gastó bastante dinero en gente que lo protegió dentro de la cárcel. Lo cierto es que el destino de aquellos U$S 460.000, hurtados como en una película mientras encima del túnel el ejército desfilaba saludando al presidente de la República, es uno de lo misterios más grandes que guarda la memoria de Los Cerrillos.
Cada vez que llega la fecha el caso vuelve a estar en boca de todos, y los más jóvenes se enteran con lujo de detalles por el relato de los veteranos.
De esta forma, el robo pasa de generación en generación y la historia toma visos de eternidad.
Todos los consultados por El País coincidieron en algo: cuando se enteraron de que "El Palillo" había robado el banco de inmediato pensaron en la esposa y "los tres botijas".
En un restaurante local, Robert Batista y Pablo Elía rememoraron pinceladas de aquel día: "Creo que era la primera vez que venía un presidente al aniversario de Cerrillos. El palco estaba en la plaza, a mitad de cuadra, en la calle Máximo Tajes, había caballería y todo el pueblo estaba en el lugar.
El "Palillo" era un tipo normal: "nadie esperaba que fuera él el ladrón del medio millón. Por acá pasaba a tomar un copetín de vez en cuando", recordaron.
Explicaron que cada vez que llega la fecha el caso vuelve a estar sobre la mesa y la pregunta generalizada es "¿dónde está la plata?". El mito del árbol de Progreso de donde dijo que le habían robado el dinero sigue vigente, la posibilidad de un pozo y la existencia de un cómplice, son algunas de las interrogantes que vuelven cada año.
Aníbal Britos, taxista, fue el primer contacto que tuvo Sánchez después del robo. El ladrón golpeó a su puerta y le pidió que lo llevara a Progreso. "Llevaba una bolsa, para mí era de papas o de frutas. Luego se bajó a hablar por teléfono a su madre, me dijo", recordó. Le pidió que lo dejara en un lugar de aquella ciudad cercana a Los Cerrillos. A Sánchez casi se le olvida la bolsa: "Le tuve que decir que me dejaba la bolsa en la valija", comentó.
Britos después tuvo que hacer el mismo camino aunque con la policía, a la cual le mostró todo el recorrido que hizo con el prófugo que, posteriormente, se entregó a la jueza de paz local, Elsa Montín.
LAS TEORÍAS. El caso quedó aclarado, Sánchez Silva fue a la cárcel, pero el botín nunca apareció. Hay teorías que policías de la época sostienen hasta hoy sobre lo ocurrido con el dinero.
Una de las hipótesis es que el dinero no se lo llevó el día de la celebración del centenario, sino la jornada anterior. Tuvo todo el fin de semana para "trabajar" tranquilo y esconderlo. Dónde, no se sabe, pero la aseguró bien. La explicación de esta teoría afirma que el lunes cometió una serie de acciones obvias que llevaron a los investigadores a determinar de inmediato quién era el autor del robo. "Demostró que quería que supiéramos que había sido él", recordó un policía.
El ladrón dijo que le robaron el botín; hasta hoy el enigma sigue
En principio, se mostró en la casa del taxista que vive en la esquina del banco. Luego, se hizo llevar con un destino vago en Progreso y se encargó de que el hombre viera bien quién era y que llevaba una bolsa.
"Su idea era que el taxista nos contara esos detalles", apuntaron las fuentes consultadas.
Otra situación que refuerza la hipótesis es que el ladrón casi deja la bolsa en el taxi. "Nadie se olvida de medio millón de dólares que robó hacer pocas horas", comentaron las fuentes policiales.
Cómo se explica que la plata haya desaparecido en la noche, es otro extremo que hace dudar a las autoridades de la veracidad de las declaraciones de Sánchez Silva.
Lo que creen los investigadores es que hubo una serie de acciones y contradicciones por parte del ladrón para "ganar tiempo" y "distraer" la pesquisa.
LA ESPOSA. Sánchez vivía en una casa ubicada en el "patio" del banco con su mujer Gabriela Carrera y sus tres hijos: Lorenzo, Leandro , en ese entonces de seis años y Lucía, de ocho.
La pareja había decidido convivir cuando ella tenía 18 años y él 29. Se casaron tres años después y aún siguen en esa condición, comentó Gabriela a El País.
Desde hace una década, Gabriela cría sola a sus tres hijos, hoy adolescentes.
En su modesto comedor contó días atrás cómo lidió con el desprecio, la humillación y las puertas cerradas de una sociedad que ella considera que la estigmatizó cuando supo que su marido había vaciado el Banco República.
Gabriela dijo que su marido era muy compañero y amigo y que llevaban una vida como cualquier familia.
Nunca lo imaginó capaz de semejante cosa. No supo que él trabajaba día a día en el túnel, durante más de tres meses.
"Era común que él se fuera a un boliche de madrugada", señaló y añadió que por ese motivo sus ausencias no le llamaron la atención.
Por aquellos años, su esposo quería ganar la licitación para hacer el "Baile de la nostalgia" y pidió préstamos. Salvo ese problema puntual de deudas, nada alteraba la calma del matrimonio.
"El lunes 5, lo llame a las 6 de la mañana como siempre. Se fue al banco y me dijo nos vemos al mediodía", recordó.
Pero no volvió. Poco después del mediodía, sobre las 13 horas, llegó a la vivienda un policía preguntando por Sánchez: "le dije que estaría en la esquina". Minutos después la puerta de la casa se llenó de patrulleros y policías que le explicaron lo que había pasado y le dijeron que debía quedarse en su hogar.
Gabriela estuvo detenida hasta que él se entregó. Sus hijos quedaron a cargo de su cuñado, un pastor que vive en Las Piedras hasta que pudo reencontrarse con ellos.
La mujer visitaba a Sánchez en la cárcel, con sus hijos. En determinado momento, el más pequeño no quiso ir más. "Yo nunca se los negué", aclaró. "Cuando tenía licencias transitorias venía a verlos pero desde hace tres años, no vino más", señaló.
La última vez que lo vio fue en Las Piedras. Hablaron en la calle y le dijo que estaba arrepentido y que había robado por sus hijos. Después, nunca más se volvieron a ver.
PRESENTE. Gabriela vive en una casa tan modesta, que el viento le mueve las cortinas aún con las puertas cerradas. Está en el programa "Trabajo por Uruguay" y recicla plásticos en Las Piedras, cerca de la villa "Los Ingleses" donde se afincó hace un año y medio. Es el segundo empleo que obtiene a través del Ministerio de Desarrollo Social que le reporta $ 2.900 más la tarjeta del Mides por $ 600 para comestibles.
El "Bandido" es un perro amarillo enorme que no la deja ni a sol ni a sombra. Se lo trajo su esposo de la cárcel y de alguna manera mantiene su recuerdo vivo.
Desde setiembre del año pasado, en que cobró todos juntos los meses del Plan de Emergencia, Gabriela está más tranquila: "Pude comprar ropa y comida para los chiquilines". Anteriormente, llegó a faltarle lo que comer, sostuvo.
Las fotos de sus hijos están por todas las paredes de la casa; se nota que está orgullosa de ellos. Además, todavía guarda un poema de su esposo: "Vos en mí" se llama . "El verdadero amor tiene laberintos", escribió "El Palillo".
Su pasado en Los Cerrillos, quedó sepultado en el terreno de lo que fue la casa que habitó cuando estaba casada con Sánchez. El Banco República demolió la vivienda desde la que Sánchez cavó un túnel durante meses para poder robar en la misma institución donde trabajaba. Pero la historia todavía esta viva.
CLAVES DE UN MISTERIO
Según los investigadores, Sánchez Silva evaluó si le convenía más fugarse al exterior con la plata o entregarse y cumplir pena. El creía que tendría para seis meses de reclusión, lo que normalmente cumple un preso por hurto que además tiene buena conducta, pero no contó con que lo condenaran a ocho años.
Los investigadores creen que Sánchez preparó el terreno a tal punto, que era frecuente que "visitara" el juzgado de Los Cerrillos y allí departiera amablemente con los funcionarios.
Tras cometer el robo, Sánchez fue a la casa de un taxista y le pidió que lo llevara hasta Progreso. El conductor recuerda que Sánchez tenía una bolsa y que creyó que allí llevaba frutas o verduras. Dijo que casi se la olvida en el vehículo.
Cuando se entregó, llamó a la jueza de Paz, Elsa Montín. De ese modo quería evitar declarar ante la policía.
Se consideró "ridícula" la declaración de Sánchez sobre el "escondite" elegido para el botín: un eucalipto. Luego declaró que habían robado de allí el dinero.
Sánchez ofreció a un policía, la mitad del botín si lo dejaba tranquilo y firmó una declaración con su propuesta. El policía la elevó a la Justicia que la adjuntó al expediente y le redundó en un agravante más.
Sánchez hace tres años que no ve a su esposa y a sus hijos. Su mujer, Gabriela, vive en condiciones muy humildes. Es beneficiaria del Plan de Emergencia y cumple tareas bajo el programa Trabajo por Uruguay del Ministerio de Desarrollo Social.
Sánchez fue visto últimamente en un apartamento en Cerro Largo y Tristán Narvaja.
Simple y efectivo
Si bien quedó en el mito de este robo la aureola sobre Sánchez de haber sido muy audaz, hay experientes policías que piensan lo contrario.
"En realidad fue un robo simple, mediocre, solamente que utilizó bien la oportunidad", indicaron las fuentes policiales consultadas por El País, que participaron de la investigación. "Hemos visto cosas mucho más elaboradas que un túnel entre dos piezas contiguas", comentaron.
Sin embargo los investigadores reconocen que Sánchez pudo haber tenido otras habilidades, ya que el dinero robado nunca logró ser hallado.
Festejos este jueves con tango, murga y orquesta
Los Cerrillos, ubicado a 17 kilómetros de Canelones, debe su nombre a las pequeñas elevaciones que no llegan a 15 metros entre el arroyo Brujas Chico y las puntas del paraje Barrancas Coloradas.
En 1896 existían dos comisiones vecinales con la finalidad de fundar un pueblo. Luego esos dos grupos se unieron y conformaron una Comisión pro templo y pueblo de Cerrillos presidida por el general Máximo Tajes, según consigna el portal ediles.org
Los Cerrillos fue reconocido como centro poblado en 1896, elevado a la categoría de villa en 1958 y como ciudad el 20 de julio de 1971.
Este jueves 3 de agosto Los Cerrillos festeja su 110° aniversario. La celebración es convocada por la Junta Local de la tercera sección de Canelones.
A las 18 horas se presentará en la parroquia el coro María Juana de Santa Fe, Argentina. Luego, la celebración se trasladará a la plaza. Allí a las 18 horas bailará tango el grupo de danza de la Intendencia. A a las 20 horas, actuará la orquesta municipal.
A las 21 horas se presentará la murga joven de la localidad, seguida a las 22 horas por el grupo Carnosaurios.
La actividad será cerrada por el grupo local "Los Pastos" a la hora 23.00.