El INAU exige el "cese inmediato" del director del Cottolengo Don Orione, padre Juan Ramón Molina, luego de que 30 internados fueron expuestos al sol durante cuatro horas, al mediodía, y algunos regresaron con quemaduras de 2° y 3° grado.
El director del Instituto del Niño y Adolescentes del Uruguay, Dardo Rodríguez, afirmó a El País que "un sacerdote del Cottolengo, Miguel Issolio, llevó a los chiquilines a La Floresta entre las 12 y las 16 horas, un horario de los más complicados. Recibimos la información inmediatamente y mandamos nuestro servicio de salud al lugar, que constató que muchos de los chicos tenían quemaduras de 2° y 3° grado", dijo el responsable del INAU.
El padre Molina, que es director de la institución desde el 28 de diciembre de 2009, dijo ayer a El País que "no hay lugar en el Uruguay en que los chicos estén mejor atendidos que en el Cottolengo" y que "no entiende cómo hacen tanta alharaca por cuatro chicos que volvieron colorados de la playa".
Además de enviar el equipo de salud, constatar los hechos y tener la primera actuación en el lugar, el INAU convocó de urgencia, el martes 1°, al director del Cottolengo a través de un telegrama colacionado, para que hablara del suceso.
"El hombre se presentó, esperó cinco minutos y se retiró, dejando a los representantes legales de la asociación civil y a una abogada de la institución", explicó Rodríguez.
Allí, "lo que se dispuso fue comunicar a los responsables de la congregación Don Orione la solicitud del cese inmediato del director, porque ya teníamos algunos inconvenientes previos", agregó.
El lunes 7 de febrero la doctora Hilda De Salterain Senosian, única pediatra del Cottolengo durante los últimos ocho años, presentó su renuncia y adjuntó una carta al director en la que argumentaba su retiro afirmando: "Tras el cambio en la dirección hemos sido testigos del detrimento de la calidad de la comida que se les es ofrecida, los niños están más descuidados en su higiene personal, han habido cambios de cuidadoras, por personal que no reúne el perfil para el trato de estos niños tan especiales. Gritos, rezongos, penitencias a toda hora, imposible imaginar en otras épocas. Hemos sido testigos de la `economía` suspendiendo la compra de algunos medicamentos, y cito como ejemplo el Enemol, niños con disfunción digestiva por su propia patología, que dependen exclusivamente de dicha medicación para la evacuación intestinal periódica". Pasaron 24 días desde su renuncia. Todavía no hay una nueva especialista para los niños en el Cottolengo.
De Salterain, que desconocía hasta ayer el suceso de las quemaduras por el sol, dijo a El País que se le hacía difícil "convivir con las necesidades insatisfechas de estos niños" y que renunció porque "no podía seguir siendo cómplice de lo que estaba pasando", en la institución religiosa.
El responsable del Cottolengo Don Orione negó las versiones que lo acusan de tomar decisiones que perjudicaron la calidad de vida los internados y remarcó, entre otras cosas, que desde que llegó abrió las puertas "para que las familias de los chicos pudieran hacer visitas todos los domingos", antes se hacían sólo una vez al mes, y que dispuso algunos regímenes de "cuidados personalizados", para que chicos que "estaban todo el día encerrados" pudieran comenzar a interactuar poco a poco con los demás, en las áreas de uso común. Molina, que también estuvo a cargo de cottolengos de la obra en Paraguay, Argentina y México, y fue párroco en La Floresta durante nueve meses, de donde fue removido, dijo que "los funcionarios se molestan porque en lugar de tomar mate, ahora tienen que ponerse a trabajar".
Argentina enterada. El País se comunicó con el despacho del provincial de la obra Don Orione, Omar Cadenini, en Argentina, y aunque el responsable estaba de viaje un sacerdote confirmó que ayer por la mañana "llegó un fax desde Uruguay", y que el tema estaba "en manos del abogado".
El padre Flavio Peloso, responsable de la obra Don Orione en Europa, todavía "no esta en conocimiento de esta situación", afirmaron sus colaboradores desde Roma.
"El Cottolengo con INAU tenía una relación muy buena con el director anterior, y a partir de la llegada de este nuevo director empezaron a surgir esta serie de problemas, inclusive denuncias de funcionarios", afirmó Rodríguez, del INAU.
Tras los hechos, el INAU dispuso un seguimiento permanente en el lugar.
El titular del INAU concluyó: "Estamos a la espera de que la congregación responda de alguna manera. No tenemos otros elementos formales para seguir actuando. Esperamos una respuesta de parte de la congregación, que nombren una nueva dirección y que se restablezca el relacionamiento normal que teníamos antes de la llegada de este señor".
Vacaciones de verano inusuales
El Cottolengo Don Orione tiene una colonia de vacaciones en el departamento de Colonia, donde los internados habitualmente descansan gratis más de un mes todos los años.
En su carta de renuncia, la Dra. De Salterain menciona que este fue "el primer año en que los chicos no pudieron disfrutar de su fiesta de Navidad y de reyes y primer año en que no tienen sus vacaciones de verano en la ciudad de Colonia, tan esperadas por muchos, tan necesarias para todos".
Fuentes vinculadas al Cottolengo informaron que en lugar de ir a Colonia, este verano algunos internados pasaron cinco días en un complejo del BHU en Raigón, San José, por el que la institución tuvo que pagar y hasta les cobró esas vacaciones a los internados, descontando el 1% de las pensiones de los enfermos durante 10 meses.
En la obra
En el Cottolengo Don Orione masculino hay 275 internados actualmente, entre los cuales figuran niños, adolescentes y adultos con diferentes deficiencias físicas y mentales.
El argentino Juan Ramón Molina se hizo cargo de la institución hace un año y dos meses, luego de que el director anterior, el padre Fabián, dejó los hábitos y se alejó.
Antes de la llegada de Molina, el sindicato del Cottolengo tenía una veintena de afiliados. Hoy en día más de 100, de los 150 funcionarios, están afiliados al gremio.
Entre funcionarios, voluntarios y familiares fueron reunidas 847 firmas para echar a Molina. Esta iniciativa se elevó, junto a una carta, a los provinciales de Europa y Argentina. El de Argentina, Omar Cadenini, de quien depende Molina, viajó a Uruguay tras recibir la nota, pero se fue sin tomar ninguna determinación.