A. A.
Las cuatro últimas "oraciones" en las páginas fúnebres de El País fueron contratadas por una persona que se identificó como Enrique Bortagaray cuya dirección de cobro es rambla 25 de agosto 508. La dirección y el teléfono coinciden en el hecho de que el titular del servicio es una persona de apellido Marrizcurrena.
La información fue publicada por El País el día domingo (segunda sección, página 3) como un elemento nuevo en un caso con muchas interrogantes aun abiertas.
Pero el diario El Observador en la edición de ayer atribuye al jefe de Policía, José Pedro Delgado, una versión diferente a la publicada por El País.
Delgado explicó allí que el aviso fue contratado por un tío de la víctima —un contador público cuyo nombre difiere del publicado en El País— con oficinas en la calle 25 de mayo. La versión coincidía solamente en que el titular del lugar era una persona apellidada Marizcurrena.
La crónica de El Observador sostiene que el Jefe de Policía "hizo averiguaciones y dijo (...) que se trató de una casualidad".
Delgado dijo que la familia dio ese nombre —el de Marizcurrena, una persona fallecida hace un año— para que nadie vinculara la publicación de los avisos con el secuestro.
Por obvios motivos El País conocía los datos desde antes de la liberación de Valentina Simon y ofreció a los investigadores en su momento la información del caso, es decir los datos correctos que aquí se publican.
Cuando el nombre del abogado Juan Carlos Marizcurrena apareció el día de la liberación, el dato pasó a ser un elemento más a conectar dentro de una investigación mucho más compleja.