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Estos son los tres nuevos criterios sanitarios que marcan el inicio de las clases

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Túnicas colgadas en un salón de clases. Foto: Archivo El País

REGRESO A LAS AULAS

Adiós al tapabocas obligatorio para alumnos, recorte de los aislamientos y ya no se desdoblarán los grupos.

Entre que los estudiantes uruguayos acabaron los cursos 2021 y el comienzo del nuevo año lectivo pasaron algo más de dos meses y medio de receso: hubo una (gigantesca) ola de la variante viral ómicron, hubo un punto bisagra en la pandemia, cambios de los criterios de aislamiento y testeo (al menos dos veces en este verano), y ahora hay un protocolo sanitario que se parece poco a aquel que regía en diciembre de 2021.

El Codicen resolvió -tras el visto bueno del Ministerio de Salud Pública- una actualización del protocolo sanitario que rige para toda la enseñanza obligatoria, lo que incluye también a los colegios privados habilitados.

La actualización normativa hace énfasis en aquello que la ciencia ya demostró que funciona: la mejora de la ventilación de los espacios, el lavado de manos, los recreos con horarios escalonados y la recomendación de los tapabocas (en edad escolar y liceal) cuando los estudiantes viajan en el ómnibus, en camioneta o están demasiado aglomerados. Pero, a diferencia de lo que regía en diciembre, el protocolo suelta la rienda en tres aspectos clave para que se garantice una mayor presencialidad escolar.

Aislamientos.

Cada vez que en una clase había un caso positivo del covid-19, todo el grupo debía cuarentenarse y testearse. Eso no corre más. En el nuevo protocolo, que rige desde ahora incluso para los colegios que ya comenzaron los cursos, la detección de un único caso no amerita el aislamiento masivo. Solo se aíslan y llaman a su prestador quienes tienen síntomas (como sucede con la gripe).

Los aislamientos masivos solo tendrían lugar en el caso de que se produzca un brote. La actualización de la normativa lo define como “la aparición de dos o más casos confirmados en un tiempo y espacio reducido con nexo entre los mismos”.

Recreo: Los niños no tienen por qué usar tapaboca ni ningún tipo de protección, según el protocolo oficial. Foto: Leonardo Mainé
Centro educativo en Uruguay. Foto: Leonardo Mainé

De ocurrir un brote en el grupo, “deberán realizar cuarentena por cinco días, reintegrándose (de continuar asintomáticos) al día sexto de la última exposición a los casos confirmados con independencia de su estado de vacunación”. Para ese regreso los alumnos no tendrán que hisoparse.

Este cambio de criterio es uno de los que, a juzgar por las autoridades educativas, más tiempo de presencialidad garantizaría. En este sentido, el Codicen esquivó la distinción por el estado vacunal de los alumnos, que generaba rispidez entre varios actores, y apostó a que la variante que siga circulando se comporte como ómicron (tiempos de incubación y de contagiosidad más cortos). Los expertos que asesoran al MSP discreparon con este concepto y preferían un resguardo mayor.

Tapabocas.

Los menores de seis años no tenían que usar tapabocas, a los escolares se les recomendaba su uso, aunque no fuera obligatorio, y a los liceales se les exigía. Eso no corre más. Desde ahora el uso del tapabocas deja de ser obligatorio para todos. La única excepción son los docentes, los funcionarios y aquellos que visitan el centro educativo.

De todas maneras, el protocolo aclara que el uso del tapabocas sigue siendo recomendable “cuando existan aglomeraciones (entradas y salidas de centros educativos u otros espacios), así como para los viajes en ómnibus o camionetas de transporte escolar”.

La catedrática en Pediatría María Catalina Pírez dijo a El País “que en los lugares críticos, en las camionetas y en las aulas no ventiladas es preferible cuidarse de más a no cuidarse... porque sigue habiendo alta transmisibilidad”.

Agrupación.

Si bien ya se había eliminado el criterio de que los estudiantes estuviesen separados por un metraje dentro del aula, había muchas instituciones que seguían trabajando en subgrupos. A partir de ahora no hay un máximo de estudiantes por salón de clases ni se exige desdoblamiento de grupos. Eso aseguraría el trabajo con los tamaños de grupos habituales.

“Todo puede cambiar en unas pocas semanas”

“Estos son los criterios acordados bajo la situación epidemiológica actual y para el comienzo de clases, pero todo es dinámico y puede que todo cambie en unas pocas semanas”, explicó el ministro interino de Salud, José Luis Satdjian. Una de las hipótesis que manejan los epidemiólogos que asesoran en la cartera sanitaria es que en abril pueda darse una baja considerable de la transmisión comunitaria, una especie de “luna de miel”, que permita poner fin a cualquier cuarentena escolar.

Vea el protocolo completo

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