La Facultad de Química de la Universidad de la República (Udelar) debió rebajar la exigencia de conocimientos previos para ingresar a estudiar a la casa de estudios tras los cambios curriculares que implementó la llamada Transformación Educativa, que impulsó el gobierno saliente de Luis Lacalle Pou.
La facultad exigía a los interesados en anotarse en cualquiera de sus carreras de grado que hayan cursado en el último año de Educación Media Superior (EMS) un "mínimo" de cuatro horas semanales de Física, seis horas semanales de Química y seis horas semanales de Matemática.
No obstante, a raíz de los cambios que aterrizaron con la reforma educativa, que comenzará a rodar desde inicial a bachillerato a partir del mes próximo, se debió modificar la base mínima a partir de la cual los alumnos podrán inscribirse.
El plan EMS 2023 establece que para el último año aquellos estudiantes que cursen el espacio u orientación Ciencia y Tecnología (antes denominado Ingeniería) tendrán cuatro horas semanales de Química, por debajo del umbral de seis horas semanales que exigía la facultad desde 2009.
Mientras que quienes cursen el espacio Ciencias de la Vida (antes conocido como Medicina), recibirán cuatro horas semanales de Física y seis horas semanales de Química, pero cinco horas semanales de Matemáticas —una menos que el mínimo antes mencionado.
“El máximo de ahora es menor que el mínimo de lo que pedíamos”, lamentó el decano de Química y rector interino de la Udelar, Álvaro Mombrú, consultado por El País.
Tras lo cual, se autorizó el ingreso a esa casa de estudios desde orientaciones que tengan “menos Química que antes”, considerando también la rebaja de esta materia en grados anteriores al último año de bachillerato, que denunciaron meses atrás docentes y autoridades.
El ajuste realizado “va a implicar compensar con esfuerzos de enseñanza, pero no tenemos más remedio que hacerlo porque sino no ingresaría nadie” a la Facultad de Química, lamentó el decano y también máxima autoridad de Udelar.
Este escenario no fue una sorpresa para la facultad que tiene su sede central en General Flores. “Lo fuimos viendo y avisando en la medida en que había reuniones por la transformación educativa, pero no hubo nada que hacer”, explicó el catedrático grado 5.
De hecho, en octubre de 2023, a poco de conocerse el panorama futuro de los últimos años de EMS, el Consejo de Facultad de Química emitió una declaración pública expresando su “preocupación” por varios motivos.
Desde la advertencia de una “disminución en la matrícula” de las carreras de esta facultad, “debido al muy escaso contacto previo con la disciplina y todas sus aplicaciones”, hasta que los potenciales estudiantes “tendrían menor formación previa que en la actualidad”.
Esto último, “los condicionaría al momento de ingreso a una situación desventajosa respecto de las condiciones mínimas de conocimiento que actualmente se requieren, y que se han visto como indispensables para avanzar adecuadamente en las carreras que la facultad imparte”, entre otros puntos.
El Consejo de Química está por aprobar en los próximos días una nueva resolución al respecto, “alertando que estamos en peores condiciones que antes, que va a llevar un esfuerzo mayor de nuestra parte entretanto se siga manteniendo esta situación”, indicó Mombrú.