Charles Darwin pasó por Montevideo, Maldonado, Minas, Colonia y Soriano. Era 1832, tenía 23 años, y vivió en Uruguay 12 meses.
De los gauchos destacó su don para compartir alcohol, y su valentía para enredarse en duelos.
"De dos o tres objetos que llevaba encima, la brújula de bolsillo despertaba un asombro sin límites. En una de aquellas casas, una joven que se hallaba enferma en cama hizo que fueran a pedirme que la visitara para enseñarle la brújula. Si grande era la sorpresa que en ellos despertaba, no menor la mía al comprobar tal ignorancia entre gentes que eran dueñas de millares de cabezas de ganado y de enormes estancias".
De las huellas que dejó por aquí, se recuerda que un sapo lleva su nombre (Sapito de Darwin), y que en Soriano, además de un monolito erigido en su recuerdo, una villa tuvo su nombre hasta ayer no más.
En el plebiscito de 2008, los más veteranos, con 248 votos, lograron imponer el nombre Sacachispas, contra los 237 que aceptaban el de Villa Darwin. Ganó la boleta verde claro de Sacachispas frente a la amarilla de Villa Darwin.
La gente del pueblo se hace llamar chisperos. Y ya quedó casi en el olvido un tercer nombre de la villa, el simpático Perico Flaco, por el arroyo.