SEBASTIÁN CABRERA
Los oficiales le ganaron una batalla a la ministra Daisy Tourné y la obligaron, a contrarreloj, a negociar en el gobierno un cambio en el proyecto de ley de Caja Policial. Se elevará el tope de retiro para policías, que había sido fijado en $ 20.929.
Será a toda velocidad: el cambio lo firmará el lunes el consejo de ministros, Tourné lo explicará de tarde en la comisión de seguridad social y el proyecto será sancionado el martes por Diputados. El texto deberá volver al Senado en la misma semana, ya que el plazo para sancionar el texto vence el sábado.
En los últimos días hubo negociaciones entre los sectores del Frente y entre los ministerios de Trabajo, Economía e Interior, además de tironeos de los sindicatos de policías. Tourné confirmó anoche a El País que hubo consenso en el gobierno para elevar el tope, a propuesta de su cartera. "Queremos estimular a los policías a seguir la carrera policial. El tope había quedado muy bajo. Queremos que tengan una jubilación digna", afirmó.
Hoy un inspector mayor se jubila con unos $ 34.000. Pero el proyecto ya votado en el Senado fija a partir de 2011 un tope de $ 22.500 y el tope definitivo desde 2016 sería de $ 20.930. Ahora ese tope será elevado y los contactos seguirán durante el fin de semana. Tourné precisó que el nuevo tope no superará los $ 30.000. "Todos los ministerios cedimos un poco en la negociación", dijo la ministra.
Ayer en el Parlamento se manejó que el nuevo tope se podría fijar en $ 35.000, pero Tourné lo negó. Hubo una puja entre socialistas y el Espacio 609 y desde este sector se entiende que la suba de los topes beneficia a los oficiales. En cambio, una modificación en la tasa de reemplazo o una reducción en los años exigidos de servicio beneficiaría a los policías "de abajo", admiten desde el sector de José Mujica. El director de Seguridad Social del Ministerio de Trabajo, Roberto Baz, explicó que se negoció "hasta último momento" y que, como en el Caja Bancaria, "hay mucho en juego".
PASOS. El jueves, Tourné explicó a los diputados el contenido y los posibles cambios al proyecto, en una reunión larga y discutida. El proyecto, fuertemente resistido en la interna policial, fue redactado por la administración de José Díaz, luego dejado en suspenso y reactivado hace pocas semanas, cuando el Ejecutivo envió una nueva versión.
La oposición volvió a atacar ayer. El diputado herrerista Pablo Abdala dijo a El País que el gobierno "juega a la mosqueta" (por el suspenso hasta último momento) y que la ley implica pérdida de beneficios y derechos. Su compañero Jaime Trobo fue aún más fuerte: "Esto va a destruir a la Policía y a la Caja. Será un gran caos y la actividad policial será desestimulada".