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Se aprobó solo el 54% de proyectos del Ejecutivo

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En junio pasado Astori dijo que se preveía que en 2018 el gasto subiría US$ 172 millones. Foto: N. Pereyra

GOBIERNO

Durante 2017 se enlenteció la tasa de eficacia legislativa del Poder Ejecutivo.

Uruguay, 2017. El partido de gobierno pierde la mayoría parlamentaria tras doce años en el poder. Un grupo de legisladores, entre los que sobresalen Alejandro Sánchez (MPP) y Jorge Pozzi (Nuevo Espacio), pasan más de 15 horas al día en el Parlamento, negociando. Cada proyecto de ley del oficialismo es analizado con lupa, se discute y se pelea hasta la última coma. El resultado: la tasa de eficacia del Poder Ejecutivo "se enlentece" y solo se aprueba la mitad de los proyectos enviados por la administración Vázquez.

La aprobación de cada ley insumió, en 2017, un promedio de 337 días. Significa una demora de tres meses respecto a cuando el presidente era José Mujica y de dos meses frente al primer gobierno de Tabaré Vázquez. Según el Programa de Estudios Parlamentarios, que coordina el politólogo Daniel Chasquetti, el enlentecimiento de la eficacia se debe a la pérdida de la mayoría parlamentaria. El famoso "voto 50" que el Frente Amplio perdió en la Cámara de Representantes tras la "rebeldía" del diputado Gonzalo Mujica, fue central en la tónica —y tiempos— de las negociaciones.

Puede decirse que hasta el segundo año del actual gobierno, no hubo diferencias significativas frente a las tres legislaturas anteriores. Ya sobre el final del segundo año, más del 50% de los proyectos que enviaba el Ejecutivo terminaban transformándose en ley.

Sin embargo, al tercer año "la tasa de eficacia legislativa del Poder Ejecutivo asciende al 60% en todas las legislaturas salvo en la actual, donde permanece estable en torno al 54%", dice el informe del Programa de Estudios Parlamentarios.

El enlentecimiento puede tener otras explicaciones, como que los legisladores hayan hecho "la plancha". Pero los politólogos descartan esta variable. "Si el Parlamento hubiera dejado de aprobar normas, se debería haber observado una caída de la tasa de eficacia del Poder Ejecutivo (ello se ve únicamente en el mes de agosto de 2017), pero ello no ocurrió". Solo hubo un enlentecimiento fruto de las negociaciones.

La prueba más fehaciente ocurrió durante el proyecto de Rendición de Cuentas. "El oficialismo debió renunciar a tratar casi una treintena de temas que serían desglosados y se convertirían en proyectos de ley a la espera de un futuro tratamiento", señala el informe. Recuérdese que los cambios en el régimen de zonas francas, el uso del rifle sanitario para los animales de la calle y los uniformes para los pescadores artesanales fueron algunos de los asuntos postergados.

Uno de los protagonistas, durante aquel trimestre de negociaciones, fue Jorge Pozzi. Por entonces, el diputado del Nuevo Espacio era el coordinador de bancada del Frente Amplio y debió maniobrar entre las presiones del oficialismo y las discrepancias de la oposición. Pero lejos de que aquellas demoras hayan significado una ineficacia, para el legislador fueron muestra de la "proactividad" del Parlamento. "El gran éxito del Frente Amplio", dijo Pozzi, "fue haber aprobado la Rendición de Cuentas sin la mayoría".

El polémico artículo 15, por el que el Ejecutivo puede postergar el pago de acciones judiciales que pierda, contó con los 50 votos en Diputados. El colorado Fernando Amado acompañó al Frente Amplio, y eso que parte de su partido dijo que el artículo era "inconstitucional". Pozzi recuerda que por este y otros artículos polémicos pasó "casi todo el día en el Parlamento, incluso sábado y domingo". Eso sí: aclaró que las negociaciones no fueron solo con la oposición, sino también a la interna del Frente Amplio.

"Es una frase repetida: la forma de ser del Frente es la unidad en la diversidad", dijo el diputado. En este sentido, se preguntó cómo articulará la actual oposición si llega a ser gobierno tras la próxima elección. "No se pudieron poner de acuerdo cuando el Frente Amplio perdió las mayorías".

Estos tires y aflojes son una demostración de que "hay un Parlamento activo y que no es sumiso a lo que manda el Ejecutivo", explicó Jorge Lanzaro, profesor de Ciencias Políticas e integrante del Programa de Estudios Parlamentarios.

El oficialismo recuperó la mayoría parlamentaria en septiembre, cuando Bettiana Díaz asumió la banca de Mujica. Los datos duros aún no permiten confirmar si ahora el Ejecutivo recuperará la eficacia.

Los datos sí permiten reconocer que la productividad del Legislativo (enfrentando proyectos entrados con leyes aprobadas) ha caído. En los tres primeros años de la legislatura anterior fueron presentados 1.027 proyectos. En el mismo período de la actual legislatura la cifra fue similar: 1.018. Sin embargo, ahora fue aprobado un tercio menos de leyes que en el trienio 2010-2012.

La mayoría parlamentaria, según el informe, había garantizado "sucesivos gobiernos con altos niveles de eficacia parlamentaria —el 76% de los proyectos del Ejecutivo se convirtieron en ley. ¿Ahora el Frente recuperará aquel ritmo? Según Pozzi, "el tiempo lo dirá".

En 2017
Hubo menos interpelaciones que lo habitual: solo dos casos
María Julia Múñoz interpelada por el senador Pablo Mieres. Foto: Darwin Borrelli

Los llamados a sala para interpelar a un ministro suelen acompañar los ciclos electorales. Cada año las citan superan al anterior y caen cuando se aproximan las elecciones. Pero el 2017 rompió la regla. El Parlamento solo interpeló a dos ministros (María Julia Muñoz y Rodolfo Nin Novoa) "muy inferior al nivel del promedio histórico de un tercer año de la legislatura".

El Programa de Estudios Parlamentarios analizó los datos del Legislativo desde la restauración democrática. La media de interpelaciones al tercer año de cada legislatura, posterior a 1985, es de 4,8. En 2017, sin embargo, solo existió el llamado de Pablo Mieres a la ministra de Educación y de Ope Pasquet al canciller.

Contando estos dos llamados, la actual legislatura acumula 15 interpelaciones (dos menos que en el mismo período de la legislatura anterior, la cual fue récord).

En el trienio 1995-1997, bajo el segundo gobierno de Julio María Sanguinetti, se registró la menor cantidad de interpelaciones: solo tres. "Puede observarse", según el informe del Programa de Estudios Parlamentarios, "que en los tres períodos donde la izquierda gobernó, el número de interpelaciones es sensiblemente mayor que en las legislaturas donde el gobierno estuvo en manos de los partidos tradicionales".

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