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Uruguayo dejó el liceo para trabajar, se fue a España y hoy dirige innovación en panificadora de talla mundial

Ricardo Ferreyra vivía en Santa Catalina, al terminar 4° año de secundaria dejó el liceo para trabajar, en 2002 se fue Valencia donde hoy lidera el área de I+D de la multinacional Europastry de esa comunidad

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Ricardo Ferreyra, Europastry
Ricardo Ferreyra, Europastry
Foto: Gentileza Ricardo Ferreyra

La empresa Europastry, especializada en masas congeladas de panadería, fue creada hace 30 años en España. Hoy es una de las líderes del sector a nivel mundial con presencia en más de 80 países, 26 fábricas (España, Portugal, Holanda, Rumania, EE.UU. y México) y una facturación anual (2023) de € 1.347 millones (US$ 1.446 millones).

Una de las claves del éxito de la compañía radica en combinar la tradición de maestros artesanos con lo último en innovación. Prueba de ello es que el año pasado invirtió € 107 millones en I+D (Innovación y Desarrollo) y tecnología. De hecho, cada planta tiene su propia oficina de I+D y al frente de una de ellas, la de Valencia, está el uruguayo Ricardo Ferreyra.

Esa fábrica tiene una capacidad productiva de 11 millones de kilos anuales de masa y su mercado son restaurantes, grandes supermercados y hoteles en la comunidad valenciana. Ferreyra tiene la responsabilidad de aplicar las últimas innovaciones y crear nuevos productos. «Por ejemplo, cuando entra un desarrollo de un cliente con determinada características, yo tengo que hablar con proveedores de materias primas, crear la receta, pido a producción para que hagan pruebas en planta, armo la maqueta de desarrollo del producto, la preparo para el cliente, veo los costos de materia prima y recursos, y luego controlo que los procesos se hagan de la forma que se planificaron», explicó Ferreyra.

Además, «también me encargo de la mejora continua de la planta, tanto a nivel de personal como de maquinaria y estoy a cargo de la formación de quienes ingresa a la empresa», agregó. Pero lo más sorprendente es que cuando llegó a España en 2004, no tenía conocimiento alguno de panificados.

Erupastry
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Su madre, su faro

Ferreyra tiene 42 años y viajó a España buscando un futuro mejor a instancias de su madre. Por entonces, tenía 22 años y había dejado el liceo unos años atrás, para trabajar y así ayudar a su madre a sustentar su hogar y tener su propio dinero. Trabajaba con su padre pintando casas, pero no era estable y eso a Ferreyra, que tiene un espíritu inquieto y con ansias de aprender siempre, lo incomodaba. «Había poco trabajo. Tenía una semana sí, dos no. Yo soy muy inquieto, no puedo parar y no veía futuro hacia adelante en Uruguay. Mi madre fue la que me convenció de que me fuera a probar suerte. Ella es mi guía, yo veía como sacrificaba todo por trabajar y darnos todo a mi hermano y a mí. Fue difícil irme porque sabía que me iba a alejar de mi familia pero tenía que hacerlo», recordó.

Ferreyra se crió en Santa Catalina, cuando el barrio se estaba formando. Hizo unos años en una escuela privada para luego pasar a la pública. Secundaria la cursó en el liceo N° 38 y luego en el N° 4 «Francisco Bauzá».

Al terminar cuarto año abandonó los estudios para trabajar hasta que en 2004 partió a España. Valencia fue su destino. Ahí lo esperaba un tío, hermano de su madre, quien le brindó su primer trabajo en el área de construcción. Pero sentía que quería algo más y al año, ingresó a trabajar en una panificadora de la ciudad sin saber nada del rubro.

No sabía nada de panificados, pidió a empresa que lo probaran y si no servía no le pagaran

Ingresó a la primera panificadora sin saber nada del rubro. Le dijo a la empresa que lo probaran un mes, si no servía no le pagaran. Al final le fue tan bien que lo contrataron para liderar una línea de producción.

«Fue por un amigo uruguayo que trabajaba en una panificadora pequeña. Me dijo que probara porque, por mi forma de trabajar, que aprendía muy rápido, podía andar. Y fui. En la entrevista dije que no sabía nada pero que tenía mucha inquietud por aprender. Entonces, para que me tomaran, les propuse trabajar por un mes y si no servía que no me pagaran».

Aceptaron y no solo lo contrataron sino que, por lo que había aprendido, lo asignaron como encargado de una línea de producción. «Me gusta aprender. Estudiaba por cuenta propia, leía libros, hacía cursos. Ahí comenzó mi carrera en la panificación», recordó.

En 2009, otra empresa adquirió esa panificadora y pasó a integrar la compañía como jefe de turno, hasta que en 2015 llegó Europastry y la compró. «Fue de lo mejor que nos pasó porque es una multinacional, líder de panificación y masa congelada a nivel mundial. Tiene fábrica en varios países y uno de los mejores equipos de I+D que siempre está innovando. Cuando los técnicos de la empresa ven mi perfil me ofrecen incorporarme a su equipo. Me formaron y en 2016 asumí como responsable de I+D en la fábrica de Valencia», relató.

Ferreyra se especializó en masas hidratadas, gestionaba las tres líneas de producción en Valencia y de eso pasó a ser responsable de I+D de Valencia. Pero ahora, tiene una tarea más.

«En 2019 la empresa compró una panificadora en Galicia y junto a mi jefe trabajamos para su puesta en marcha. En los últimos años me pidieron que me mudara allí para impulsar la operativa. Desde este año estoy a cargo de I+D de esa planta y a Valencia la llevo con teletrabajo, pero si surge un problema voy», concluyó.

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