Por Gabriela Rocha - grocha@elpais.com.uy
El próximo puede ser el año que inicie el despegue del mercado de valores uruguayo, en caso de que finalmente confluyan la tesonera prédica de la Bolsa, la manifiesta voluntad de José Mujica de que ciertas empresas públicas coticen sus acciones y que más firmas locales de distinto porte se animen a echar mano a instrumentos de financiación diferentes a los habituales.
En su último año al frente de la Bolsa de Valores de Montevideo (BVM), su presidente, Ángel Urraburu, tendrá "como prioridad absoluta" salir a tocar la puerta de las empresas para explicarles por qué es bueno tener un mercado de valores desarrollado y, principalmente, transmitirles cuáles son los beneficios de la nueva ley aprobada el mes pasado, sobre todo en lo que tiene que ver con el 7% de exoneración tributaria sobre los dividendos para aquellas firmas que coticen.
Por otro lado, está convencido de que concretará -tal como habían quedado en el encuentro de junio de este año- una nueva reunión con el ahora presidente electo Mujica. "Lo voy a llamar si no me llama antes él", asegura. El tema central será la necesidad de la apertura al mercado de acciones de empresas públicas que se rigen bajo el derecho privado (como Ducsa, Alur y Ancel) para que éstas funcionen de "ancla" y otras sigan sus pasos. Es que Urraburu está convencido de que "el desarrollo del mercado depende hoy de una decisión política".
Tras la reunión mencionada, Mujica dijo que la colocación de acciones de empresas públicas tiene dos ventajas: a la vez que ellas se hacen de un capital, se aumentan los controles por parte de los accionistas. En sus palabras: "Empieza a haber un montón de ciudadanos preocupados en cómo anda (esa empresa), porque tienen la suya (el dinero) allí adentro. Ya no dependemos de los controles del Estado y del Tribunal de Cuentas. Dependemos de los controles de los bolsillos de Juan o María".
Los avances
Las actuales siete empresas cotizando sus acciones en Bolsa (de las cuales sólo tres tuvieron actividad en lo que va del año) y el desconocimiento generalizado sobre su funcionamiento alimentan el círculo vicioso de falta de papeles dónde invertir y de escasez de interesados en colocar allí su dinero. Pero algunas empresas y la propia BVM no se han quedado de brazos cruzados y el corriente fue un año de concreción de varios hitos, sobre todo en lo relativo al mercado de los activos de renta fija (como son los bonos y las obligaciones negociables).
Por un lado estuvo el lanzamiento de Conahorro, la emisión de obligaciones negociables de Conaprole que establecía un mínimo por inversor de US$ 1.000; además, se trataba de papeles líquidos, o sea, que el comprador fácilmente se podía deshacer de ellos -esto no suele pasar en un mercado de valores como el uruguayo, subdesarrollado-. Lo más importante fue que la empresa decidió publicitarlo en los medios masivos de comunicación con una intención clara: llegar a todos.
En tanto, se instrumentó la consulta digital diaria de las cotizaciones, gracias a la cual el inversor ya no depende de su corredor sino que puede directamente visitar la web y hacer allí la consulta. Y en línea con el objetivo de aumentar la transparencia de la institución, ésta abrió sus puertas los viernes a partir de las 16.00 para brindar charlas sobre su funcionamiento a los interesados.
Según Martín Rodríguez, de la Asesoría Económica Financiera de la BVM, "no es que las empresas se tengan que adaptar a la Bolsa sino que la Bolsa se tiene que adaptar a la necesidad de las empresas". Es por esto que, teniendo en cuenta que la gran mayoría de las firmas locales son pequeñas y medianas (Pymes), la BVM trabaja también en el desarrollo de los microcréditos. Concretamente en el impulso de los cheques diferidos para las Pymes, que implica que los cheques de terceros sean avalados con financiamiento obtenido en la Bolsa como forma complementaria de que empresas chicas tengan acceso al crédito.
La figura del formador del mercado de valores también será clave para que el mercado se consolide. Esto implica que haya precios de referencia en el momento en que el inversor quiere deshacerse de sus papeles. "Se necesita una institución o mismo un corredor de bolsa que cumpla esa función", sostuvo Rodríguez.
Es que existen razones para el desarrollo del mercado de valores que van mucho más allá del propio desarrollo del negocio de la BVM y son el mayor acceso a fuentes de financiamiento para las empresas, un mayor profesionalismo en el manejo de sus cuentas y más transparencia del mercado: que se puedan ver las tasas de interés a las que están valuados los instrumentos financieros.
Otra razón esencial es la transparencia de la información empresarial, un eterno debe de las firmas locales. En Tres Cruces (una de las empresas que cotiza sus acciones) entregan un balance anual a sus públicos de interés y allí exceden ampliamente la información de rigor que establece la ley. Para Urraburu, "la mejor propaganda que tiene esa empresa es ese balance".
Públicas a la bolsa
El gran desafío que se plantea la BVM es el desarrollo del mercado de los activos de renta variable (acciones), ya que los de renta fija sí vienen en crecimiento. Por esto saltan a la agenda las empresas públicas, ya que con ciertas características, como el porte, son las ideales para que se puedan abrir al mercado y que luego las demás las sigan.
No serían todas las empresas, sino las que se rigen por el derecho privado, y algunos proyectos como la planta de regasificación con Argentina, la refacción de las vías del ferrocarril y la posterior explotación de las vías de ferrocarril o la interconexión eléctrica con Brasil.
En esa línea fue una muy buena señal la reunión que tuvo Mujica y el vicepresidente electo Danilo Astori con el presidente del Banco Interamericano de Desarrollo, Luis Alberto Moreno, el pasado jueves 3. En ella mencionaron que la infraestructura, la energía, principalmente la búsqueda de una matriz energética, y las posibles asociaciones entre privados y el Estado son los focos de posibles acuerdos entre el BID y Uruguay. "Es exactamente en esos puntos en los que nosotros habíamos hablado con Mujica en el pasado de la posibilidad de estas asociaciones", señaló Urraburu.
Clubes chilenos en la Bolsa
¿Se imagina siendo accionista del cuadro de fútbol del cual es fanático? Es una opción lejana en Uruguay, pero en Chile los principales clubes deportivos ya se han abierto a la Bolsa de Valores.
Según publicó el diario El Mercurio, Cruzados abrió 80% de su propiedad a la Bolsa y se enfrenta así a Azul Azul y Colo Colo que ya lo habían hecho. El artículo asegura que existirían tres perfiles de compradores: el hincha, que compra por sentimientos, el inversionista interesado en dirigir a un club y, tercero, los que buscan diversificar su portafolio y apuestan a que el mundial sea una buena vitrina para la venta de los jugadores chilenos.