Acompañando cada cambio de estación, como tiene habituados a sus clientes, Gardenia, el ya tradicional restaurante en la plaza del complejo World Trade Center, renueva esta primavera su carta de deleites, de la mano de su chef, el uruguayo Ignacio Sosa.
Abierto en 2010 por el matrimonio de chefs Marina Moraes y Raúl Florenza junto a socios locales, la propuesta de Gardenia vino a cubrir, en un ambiente elegante pero distendido que lleva el sello del arquitecto Carlos Ott, la demanda insatisfecha por la preferencia sobre todo de la cocina brasilera y mediterránea, en un área de la ciudad con elevada presencia de empresarios, ejecutivos y público en general.
«Instrumentamos en Gardenia un concepto que ya nos caracteriza y nos da identidad, confort food, un servicio que elabora cada plato con sofisticación pero con mucha sencillez a la vez, y que se prepara casi en forma personalizada. No es una gastronomía de fusión, sino de integración», explica el chef Ignacio Sosa, responsable del lugar.
El tradicional cordero horneado en su caldo y la «fideuá», una paella en la que los fideos cabellos de ángel reemplazan al arroz, el pescado fresco y las pastas caseras que componen la carta tradicional, suman a ella en estos días la nueva propuesta de estación: el corte de entrecot con coulis de pimientos; pollo confitado relleno de queso brie acompañado por una mini ensalada tai, y un rack de cordero con nabos y cebollitas caramelizadas. El carpaccio de salmón con alcaparras, limón, pepinillos y cebolla roja; el meloso de ternera guisado con vino tinto, zanahorias baby y papines crocantes; y por último el rabo de buey caramelizado con puré cremoso de patata y aceite de arbequina son platos que solo se pueden degustar en Gardenia.
A los postres, el chef recomienda el cremoso de chocolate amargo con espuma de maracuyá y cristales de jengibre.
De 12 a 24, todos los días menos los domingos, con servicio de catering.