Por Antonio Larronda
En julio de 2020, una noticia llamó la atención en España. En Alicante crearon «el yate de Batman» que se vendía por un valor de € 3,4 millones. Detrás del X1 -su verdadero nombre- está la compañía Hanstaiger pero en su interior destaca un toque uruguayo: el tapizado de Euroban, empresa de Daniel Patella.
El empresario está al frente de la compañía de tapizados premium de vehículos y embarcaciones de alta gama creada en 2007. Por sus manos han pasado desde autos de las marcas Audi, Porsche, Mercedes, Lamborghini, entre otras, hasta embarcaciones como la de «Batman» o el «Come Together» (valorado en US$ 70 millones), propiedad del empresario multimillonario de los videojuegos, Mark Pincus.
Y todo esto, sin que tuviera conocimientos de tapicería.
De Colonia a Alicante
Patella tiene 57 años y un fuerte espíritu emprendedor. Según cuenta vía telefónica desde Alicante, ya de niño, como hijo de un padre estanciero de Colonia, sintió el deseo de explorar más allá de sus fronteras.
Su primer destino en el exterior fue Australia, en 1997. Ahí se desempeñó como pintor y camarero hasta que en momento se asoció con una agencia de publicidad, experiencia que duró un año. En ese ínterin, decidió regresar a Uruguay para obtener los documentos que le permitieran vivir en Australia. Mientras los esperaba, vivió en Colonia y abrió la primera franquicia de los ex Súper USA en esa ciudad. Le fue bien y se quedó.
Llegó a tener cuatro locales, luego vendió tres y el que mantuvo lo transformó en un supermercado propio. «Quería sumar productos frescos y con el otro formato no lo admitía», recordó. Sin embargo, la crisis financiera de 2002 empujó a Patella a vender su comercio y salir nuevamente del país. Esa vez el destino fue España y más precisamente, Alicante. Ahí creo un lavadero de autos que creció, se expandió a Murcia y Torrevieja y empleó 20 personas. Pero otra crisis, esta vez la de España en 2008, lo amenazó y vendió su negocio.
Nuevamente decidió emprender. Esta vez junto a Nicolás Méndez, excompañero de colegio y otros socios de Brasil. El rubro: tapicería de autos. En ese mismo año adquirió todo el negocio y se largó solo. «No sabía nada de esto pero traje cuatro expertos desde Río de Janeiro que trabajan hasta hoy para hacer lo mejor», remarcó.
El tiempo y la calidad del trabajo hicieron el resto. En 2012 se trasladó a un local más grande y en 2016 se mudó a una reconocida avenida de la ciudad. En ese año, de la mano de la demanda de sus clientes de autos, dio un paso hacia la náutica. «Mis clientes me pedían que trabajara en sus embarcaciones. Tuve dos momentos clave: uno fue ese año cuando recibo el encargo de tapizar el barco de Javier Palacios, quien tenía la concesión del puerto de Alicante. Le había tapizado su Porsche y me pidió que lo hiciera también con su barco. Ahí me gané el respeto del mundo náutico. Luego llegó el ‘Batman’», contó.
Patella llegó a tener representantes en Ibiza y Marbella. Su plan ahora es invertir en nueva maquinaria para «mantener la calidad con un servicio personalizado, pero con más agilidad», remató.
Apuesta con riesgos
Al inicio, Patella atendía cuatro autos al mes. Hasta que hizo una jugada arriesgada, le propuso a la concesionaria de Audi tapizar autos y cobrar sólo si los vendían. «Tenía 50 tapizados sin cobrar, me quedé en la ruina hasta que en 2009 comenzaron a vender. Ahí repunté y con la fama de tapizar coches nuevos supervisados por Alemania, llegaron los particulares», relató.
La ayuda de «Batman»
El 60% de la facturación de la Euroban proviene del sector náutico. Patella reconoce que el gran salto lo dio en 2020, con el X1, bautizado como el «yate de Batman» por su diseño futurista de color negro. «Me llaman y me dicen que les tapice todo, pero que el dueño del astillero quería algo especial. Él tenía un Lamborghini, entonces le propuse que todo fuera como el auto y aceptó», comentó.
Hoy su mercado se distribuye en los casi 200 kilómetros que hay entre las ciudades de Valencia y Torrevieja -que conecta unos 12 puertos-, pero tiene clientes que llegan desde varios países de Europa como Francia y Alemania. «Abarco solo 10% de los barcos importantes de la zona. Normalmente trabajo en barcos de 70 pies, de US$ 7 millones», detalló. Patella aclaró que el mercado náutico es muy amplio y la clave para captar clientes es su relación calidad-precio. «Soy el más caro de España, pero de los más baratos de Europa», resumió.