Cuatro años después de su existencia, Skims, la empresa de ropa cofundada por la modelo y empresaria Kim Kardashian, se ha convertido cuatro veces en un «unicornio».

Skims ha recaudado US$ 270 millones en una nueva ronda de financiación que la valora en US$ 4.000 millones. Eso es más que los US$ 3.200 millones que los inversores le dieron a la compañía el año pasado.

Kardashian y su socio comercial, Jens Grede, están buscando convertir a Skims en la próxima gran marca de ropa.

«Ha crecido rápidamente y estamos muy orgullosos de eso», dijo Kardashian en una entrevista. «Hemos tenido un muy buen flujo de lanzamientos de productos», acotó.

La empresa comenzó como un vendedor de prendas moldeadoras para ayudar a los clientes a adaptarse a la ropa ceñida al cuerpo. Pero esos productos ya no representan la mayoría de sus ventas: Skims se ha expandido a diversas categorías, que incluyen ropa para estar en casa y trajes de baño, y planea incursionar en ropa para hombres.

Conocida por vender directamente a los consumidores, Skims está apostando por la venta minorista física, ya que abrirá sus primeras tiendas el próximo año en Los Ángeles y Nueva York.

Grede, quien es el CEO de Skims, dijo en una entrevista que la compañía ahora era rentable y estaba en camino de los US$ 750 millones en ventas este año, frente a los US$ 500 millones en 2022. Alrededor del 15% de sus clientes en línea provienen de fuera de EE.UU. , y casi el 70% de su público son millennials o centennials.

Durante el último año, indicó, 11 millones de personas se han unido a las listas de espera para comprar los artículos más populares de la marca, que a menudo se agotan.

Es esa trayectoria de crecimiento y popularidad lo que atrajo a los inversores a la empresa cuando los ejecutivos comenzaron a recaudar dinero en los últimos meses, afirmó Grede. La gestora de activos Wellington Management lideró la última ronda. Otras firmas participantes incluyen a Greenoaks Capital Partners y los patrocinadores existentes D1 Capital Partners e Imaginary Ventures.

«Skims ha mantenido un impulso sin precedentes desde el inicio de la marca», destacó Michael Carmen, codirector de inversiones privadas de Wellington, en un comunicado. «Estamos encantados de asociarnos con la marca para apoyarla en esta etapa fundamental de crecimiento».

Al principio, Skims tuvo que lidiar con interrupciones en la cadena de suministro causadas por la pandemia que le dificultaron la obtención de telas.

Los desafíos importantes ahora, según Kardashian y Grede, incluyen la gestión del inventario a medida que la empresa amplía sus ofertas y abre tiendas físicas, además de competir con empresas que ofrecen grandes descuentos en momentos que los consumidores reducen los gastos discrecionales ante laalta inflación. Es un problema que ha acosado a muchas marcas minoristas y se volverá más apremiante a medida que Skims abra sus propias tiendas, analizó Kardashian.

Es probable que la última inversión de Skims genere dudas sobre cuándo pretende salir a bolsa, dada la creciente valoración de la empresa y la participación de Wellington, que es conocida por invertir en firmas antes de que se vuelvan públicas.

El fabricante de ropa ha tomado otras medidas típicas de las compañías que se preparan para salir a bolsa, incluida la contratación de un director financiero el año pasado.

Grede objetó el tema del momento oportuno y dijo que él y Kardashian no tenían prisa. Pero señaló que los inversores han mostrado interés en los últimos meses en los negocios orientados al consumidor.

«En algún momento en el futuro, Skims merece ser una empresa pública», finalizó Grede.