A partir de enero próximo las unidades de negocios de Philips en Uruguay, que eran atendidas por una estructura central con sede en Montevideo, operarán a través de los servicios que se presten desde su casa en Buenos Aires. Habrá una participación más directa de Philips Argentina en lo que tiene que ver con el centro de cómputos, finanzas, logística, etc.
"Lo que Philips está haciendo concretamente no es retirarse del país, sino modificar su estructura comercial como consecuencia del esquema de regionalización que la corporación ha establecido para mejorar su competitividad a nivel internacional", afirmó Genaro Celentano, CEO Philips Uruguay. "El año 2003 ha encontrado a la empresa en un proceso de reingeniería en la organización de sus regiones en el mundo. Uruguay pertenece a un cluster donde se agrupan Argentina, Paraguay, Chile y Bolivia. Los negocios locales tendrán una relación de dependencia con Argentina a diferencia de lo que ha sido hasta ahora una dependencia directa de la casa central en Holanda. De alguna forma, se estará consolidando un proceso de globalización que comenzó hace más de cinco años".
En todo el mundo Philips ha tratado de focalizar sus centros de producción a efectos de evitar la repetición como ocurría en el pasado, cuando las filiales en cada país contaban con su propia infraestructura industrial. Por esa razón, la corporación cerró su planta en Uruguay hace diez años, que, de hecho, sólo producía lámparas incandescentes en sus últimos tiempos. Desde entonces Philips Uruguay pasó a ser una empresa con actividad exclusivamente comercial, importando sus productos de distintos orígenes, sobre todo de Brasil, en donde se centralizaba la actividad industrial.
"El mercado local se ha reducido sustancialmente en su dimensión de consumo durante los últimos dieciocho meses, como lo demuestra la disminución en un 25% de unidades vendidas de electrodomésticos y equipos de audio y video. En ese sentido, Philips, que tiene sesenta y seis años de actividad empresarial continuada en Uruguay, está buscando la forma de adecuarse a las actuales circunstancias", reconoció el ejecutivo. "La idea es que la marca permanezca y llegue con mayores facilidades a los consumidores uruguayos. Las estrategias previstas suponen que su participación se va a robustecer en el mercado ya que la baja de costos permitirá competir en mejores condiciones con productos que hoy están ingresando en forma muy fuerte al mercado local".
Entre los cambios previstos en la comercialización de los productos Philips, los distribuidores en Uruguay van a pasar a ser importadores, para lo cual se tratará de ofrecerles una mayor rentabilidad. En cambio, las modificaciones en los servicios técnicos de postventa serán menores dado que ya fueron tercerizados hace algunos años, aunque han seguido —y seguirán— estando bajo la supervisión técnica y tarifaria de la corporación. Incluso, desde octubre de 2002 se acordó con una empresa uruguaya que efectuara el mantenimiento de todo el equipamiento médico de esta marca holandesa instalado en el país. Quizás, una de las principales innovaciones es que el stock de repuestos que tiene la multinacional en un depósito propio pasará a pertenecer a los servicios técnicos locales, que deberán hacerlo funcionar de acuerdo con las normas internacionales para la reposición de partes y piezas.
Si bien la decisión adoptada por la corporación se adecua a un mercado uruguayo más reducido, se estima que la actividad local de Philips tendrá un incremento sustancial al haberse elegido a Montevideo como centro de distribución para el cluster regional. "La actividad en Uruguay se verá ampliada con el uso tanto de la zona franca como del puerto libre de Montevideo, que ofrecen ventajas competitivas según el origen de las mercaderías. La idea de Philips es utilizar en forma más intensiva su terminal logística en Zonamérica, que está abasteciendo al mercado paraguayo desde mayo pasado. Se prevé que esta unidad también suministre mercaderías a Argentina y, eventualmente, a los estados del sur de Brasil", dijo Celentano.