Takata evalúa ampliar inversiones en el país con más líneas de producción

| La productividad alcanzada en la fábrica de San José está por debajo de los estándares de la firma; la estrategia es "primero calidad y luego cantidad"

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Takata Uruguay lleva 9 meses funcionando en la planta montada sobre la ruta 1, próxima a la ciudad de Libertad. En esa localización, la firma japonesa -cuya base de operaciones regional está en San Pablo- invirtió 10 millones de dólares y el año próximo tiene planeada la primera expansión, al añadir una nueva línea de producción.

En Uruguay se dedica exclusivamente a la fabricación de bolsas de tela destinadas a convertirse en el elemento central del sistema de airbags de seguridad para la industria automovilística. Es una producción inédita en el país que da trabajo a más de 200 personas, en particular mujeres, costureras de profesión.

El Ing. Enrique Alonso es el Director Ejecutivo de Takata Uruguay. Mexicano de nacimiento, trabajó en varias de las ensambladoras que Takata tiene en su país, hasta que fue trasladado a Brasil. Luego de ocupar diversos cargos en las distintas plantas del vecino país, fue derivado a Montevideo para ponerse al frente del inicio de actividades en nuestro país.

El comienzo de la producción fue en abril pasado, más allá que la inauguración formal vino un poco después. "Iniciamos con un volumen un tanto reducido porque no había una gran demanda, pero en el correr del año ha sido gradual el cambio", apuntó Alonso. El ejecutivo explicó que la reducida producción de inicio fue planificada desde Brasil, "desde donde se dirigen estas operaciones, y se determinó un bajo volumen para este año; en el siguiente, para el próximo período fiscal, el volumen de producción será mayor", apuntó.

El incremento de producción para el próximo año responde tanto a una mayor demanda de los clientes habituales como a nuevos proyectos para otras compañías armadoras de vehículos. "Eso nos obliga a montar nuevas líneas de producción y más personal en nuestras unidades de América del Sur, incluido Uruguay", afirmó.

Actualmente, la planta de Uruguay trabaja para Fiat, Volkswagen, Renault y Toyota, todos autos que se arman en Brasil.

Crecimiento previsto

En un panorama de incremento gradual de producción, "el gran salto fue a mitad de año; entre junio y julio, con un incremento de producción de casi el 50%. De abril a octubre, la producción aumentó un 600% hasta llegar a noviembre, donde fabricamos 80 mil airbags, alcanzando la meta establecida", puntualizó.

En cuanto al personal contratado, Alonso indicó que hasta julio contaban con 80 personas en plantilla "y en agosto pasamos a 140 trabajadores". El personal siguió incrementándose en los meses siguientes y a noviembre eran 210 personas. "Esa cantidad de trabajadores se mantendrá estable hasta completar el año fiscal en abril; allí estaremos en condiciones de incrementar nuevamente la plantilla", anunció.

Para el siguiente año fiscal, Takata tiene previsto invertir medio millón de dólares en poner en marcha nuevas líneas de producción, que se podrán ubicar en la infraestructura disponible. "Dentro de la planta actual tenemos espacio para absorber el crecimiento de líneas de producción de 2013 y 2014 comentó. Después de ese período, tendremos que crecer en infraestructura".

Para 2013, se espera duplicar la producción mensual, llegando a unas 150 mil bolsas por mes. En cuanto al personal, está previsto que en el próximo período se llegue a 320 operarios. "La proyección es llegar a unas 600-700 personas en el futuro -indicó- y eso dependerá mucho de la complejidad de las nuevas producciones. Dependerá de clientes, productos y diseños".

Producción en línea

La fabricación de airbags no responde solamente al armado de una bolsa de tela, afirma el ejecutivo. Asegura que es "el proceso productivo más complicado y que más personas necesita. Tenemos en primera instancia un proceso de corte, siguiendo determinados diseños, cuestiones técnicas que cumplir, con mucha precisión; después viene el proceso de costura, que es bastante más complejo que coser una prenda. Tiene que cumplir con una serie de controles técnicos, sobre la tela que se utiliza, el tipo de hilo, las distancias entre puntos, distancias al borde de la tela, etc., son muy estrictos", asegura.

Posteriormente, llega la etapa del doblado. "Se puede pensar que se trata de algo simple pero, en realidad, tiene especificaciones muy precisas. Está diseñado para tener control de la forma que se comportará la bolsa a la hora de activarse, en volumen, en apertura, en tiempo, todas las variables son controladas a partir de dimensiones del doblado, cantidad de doblados, pliegues, etc. para conseguir el comportamiento deseado".

El factor humano

En estas etapas de elaboración, "está el valor agregado, que lo encontramos en las personas. Personas que no pudimos poner a producir de un día para el otro, sino que hubo que prepararlas. A pesar de su experiencia previa, necesitaban un entrenamiento en cuanto a nuestros estándares de calidad".

Alonso explica que el 75% de las personas que trabajan en Takata son mujeres y prácticamente todas ellas llegaron con conocimiento sobre costura. "Se las preparó en la especificidad y los criterios de calidad requeridos en la industria automotriz. En la primera tanda que ingresó se puso el mayor énfasis. En la segunda tanda ingresada, debimos recurrir a mayor entrenamiento en las máquinas de coser porque venían con menor experiencia. Muchas mujeres jóvenes debieron primero aprender a usar las máquinas, antes de ser entrenadas en estándares de calidad.

Precisamente, quienes están dando mejores resultados son aquellas personas de mayor edad, que ya venían con experiencia en la costura a partir de la industria textil. Tenían parte del camino recorrido".

El 90% de las personas que trabajan en Takata proviene de la ciudad de Libertad y sus alrededores.

Alonso admitió que los niveles de productividad que se logran en la planta de San José, aún están lejos de los estándares internacionales. Sin embargo, asegura que lograrlos es una cuestión de tiempo.

"De momento, se está en una etapa de crecimiento pero el desempeño aún está lejos de lo que ocurre en otras plantas, explicó. La estrategia es producir menos cantidad pero respetando la calidad del producto. De esa manera, consideramos dentro de lo previsto que la productividad en esta planta aún sea baja.

De todos modos, notamos un avance significativo en los últimos meses, aunque lejos de los estándares, y en algún sentido nos han sorprendido los avances significativos que hemos tenido".

En una tendencia positiva sobre los rendimientos que se obtienen de la plantilla de trabajadores, sostiene que es factible alcanzar los niveles de productividad de las plantas que la firma posee en otros países, como Filipinas o en México. "Lo que no estamos dispuestos es a sacrificar la calidad, porque ello nos traería mayores dolores de cabeza con los clientes; lo tenemos claro", afirmó.

Una firma global

Takata tiene más de 40 plantas en el mundo para la fabricación de dispositivos de seguridad en la industria automotriz. Además de airbags, se fabrican sensores, volantes, componentes plásticos, cinturones de seguridad, etc.

"En el futuro, Uruguay puede ser un muy buen lugar para establecer la producción de otros productos -sostuvo Alonso- por qué no pensar en fabricar volantes y cinturones de seguridad en este país, todo aquello que esté vinculado con costura es muy viable hacerlo aquí".

Comentó que estas posibilidades "están siendo evaluadas" y que si por él fuera "instalaríamos nuevas líneas de producción en un año, pero seguramente llevará un poco más de tiempo.

Respecto de la tela empleada para armar las bolsas, es importada de diferentes lugares donde el grupo Takata las produce, en plantas de diferentes países en Asia o Europa. "Es una tela especial, con un recubrimiento determinado, apto para el sellado de la bolsa. Como se usa solamente con este fin, no se justifica localizar una planta de fabricación de esos materiales en el país, debido al volumen que se podría producir aquí", dijo.

"De todos modos, lo ideal sería tener una planta de esas características en Sudamérica para proveer a las plantas de la región".

Además, Takata cuenta con unidades de investigación y desarrollo en el área de la seguridad para el sector automotriz, con el objetivo de producir soluciones en esa materia. "Cada vez hay mayor demanda en temas de seguridad, solo que en algunas regiones se llega un poco tarde, expresó Alonso.

Por ejemplo, en Estados Unidos, Canadá o Europa, las bolsas de aire frontales, laterales, de cortina, en el techo, en el exterior, de rodilla, inclusive algunos desarrollos para motocicletas, son incluidas en todos los vehículos como algo normal e, inclusive, en algunos casos son exigencias para el ingreso de los automóviles al país. En Latinoamérica, la exigencia solo es de airbags frontales, por tanto hay muchos años de desventaja".

Balance negativo de la provisión de servicios en Uruguay

El año 2012 fue de crecimiento global para Takata; en este año se llegó a 53 plantas industriales en 20 países, con más de 37 mil trabajadores.

Rodrigo Ronzella, Gerente Ejecutivo Jurídico y de Recursos Humanos para Takata América del Sur, comentó que "en América, con 2.300 operarios, Takata cerrará el año con una facturación de 300 millones de dólares".

Indicó que todas las ensambladoras de vehículos que están instaladas en Brasil "son clientes de Takata, que es la pionera y líder del mercado en la fabricación de volantes de dirección y airbags". Entre 2010 y 2013, "la firma está invirtiendo 60 millones de dólares en la región, incluyendo la construcción de la planta en Uruguay, así como la modernización y el crecimiento de su parque fabril en todas las unidades, según el plan estratégico de la compañía".

Para Ronzella, en el futuro "la mayor posibilidad de crecimiento está en el segmento de airbags, donde Takata tiene hoy el 55% del mercado de Brasil, el principal de la región. En 2011, la planta de Jundiaí produjo 700 mil unidades y ahora está cerrando 2012 con 1.500.000 unidades producidas, proyectando llegar a los 5 millones en el año 2014, en razón de la nueva ley que exige que el 100% de los vehículos nuevos fabricados en el país, sean equipados con airbags frontales, para pasajero y acompañante".

A su vez, Enrique Alonso dijo que el contexto global para el sector no es tan desfavorable como se piensa. "La industria del automóvil siempre ha funcionado con oscilaciones. Cuando hay crisis en Europa, como ahora, tenemos buenas posibilidades en Estados Unidos. Y viceversa. Hoy Japón, debido al reciente conflicto con China, está atravesando un momento difícil.

Pero en América, la industria del automóvil se está recuperando con mayores niveles de producción, y eso se traslada hacia el sur, donde con el liderazgo de Brasil el sector va creciendo en importancia". "Precisamente, en Brasil hay un muy buen impulso desde el Estado con incentivos para esta industria. Esta parte del mundo está creciendo y el sector también lo hace; es buen momento para nosotros", resaltó.

Obligatoriedad de airbags en Brasil incrementa la producción

Enrique Alonso dice que Uruguay en general y San José en particular "nos ha recibido muy bien". "Las autoridades locales tienen muy buena disposición y la gente agradece las posibilidades laborales que se abren con esta fábrica", sostuvo el Director Ejecutivo de Takata.

Sin embargo, admite que en el proceso de instalación en el país han tenido más dificultades de las previstas en cuanto a trámites y servicios. "Hay una gran diferencia entre lo que se hace en Uruguay y lo que ocurre en otras partes en cuanto a la provisión de servicios. El saldo aquí es negativo. Por ejemplo, en temas como comunicaciones o suministro de energía eléctrica, es necesario mejorar, ser más funcionales en la atención a los clientes, atender de una manera más profesional a quienes vienen a invertir en el país".

"Esperamos que las cosas vayan mejorando -subrayó- de a poco hemos ido logrando la provisión de servicios, pero debimos pasar por el reclamo y la exigencia, cuando no debió ser necesario, ya que había acuerdos y compromisos asumidos. Hay problemas con los tiempos y también con la calidad del servicio; son cosas a mejorar para un país que quiere recibir seguir recibiendo inversiones".

Entre los temas pendientes, dijo que "no poder disponer de fibra óptica es un problema grave", al tiempo que remarcó que el atraso en la construcción de la planta que se dió el año pasado, "también está asociado en parte a los inconvenientes derivados de servicios no del todo satisfactorios".

"Si mañana viene una empresa que quiere instalarse en el país y nos consulta sobre las condiciones de Uruguay, deberemos decirle que esos problemas existen, añadió.

"Tengo muchos aspectos positivos para comentar sobe el país, con respecto a la seriedad de sus políticas, la confianza en sus gobernantes, pero también hay algunos aspectos negativos, que deben ser tomados en cuenta para quien quiera invertir en el país, y también los debemos tomar en cuenta nosotros, para futuras inversiones", concluyó Alonso.

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