TOMER URWICZ
Se imagina qué haría si tuviera la posibilidad de vivir más de 100 años? Las respuestas pueden ser de las más variadas y no faltará quien desease postergar alguna de esas actividades que tanto lo agobian. En Uruguay hay 519 personas que viven esta realidad, muchos de los cuales lo hacen gozando una buena salud. Para ellos no se trata de fantasear con una historia centenaria, sino de vivir su longevidad con orgullo y determinación.
Sin irse de la región, la población de Vilcabamba, Ecuador, es estudiada por científicos porque sus habitantes son especialmente longevos. Uno de los experimentos determinó que en las aguas de este poblado (a 52 kilómetros de la ciudad de Loja) existen minerales que reducen las probabilidades de contraer osteoporosis y disminuyen el colesterol malo. Otros investigadores descreen de estas investigaciones e insisten en que la clave es que llevan un estilo de vida saludable.
Tres son los factores que influyen en la longevidad de los humanos, dice el cardiólogo Mario Zelarrayán. "Existe una incidencia genética, que es la que tiene menos influencia salvo en pequeños poblados", cuenta. En Uruguay la genética no varía mucho de la situación europea, por tratarse de una población de inmigrantes.
Una segunda determinante es la calidad medioambiental: la temperatura, humedad, horas de luz natural y otros factores climáticos del lugar en donde se vive. "En ese aspecto Uruguay ayuda mucho a la vejez", cuenta el especialista.
Por último, el estilo de vida de la población aparece como el punto sobre el que más se puede influir. "Tiene que ver con las conductas humanas: el tabaquismo, el sedentarismo y la percepción de la salud". En este sentido, el cardiólogo insiste en que "comenzar una vida sana lo más temprano posible (incluso desde el embarazo) eleva la posibilidad de longevidad".
Lo biológico no circula por un carril independiente al social. Así lo entiende el psicólogo Robert Pérez, especialista en envejecimiento. "En el Estudio Longitudinal de Bonn (realizado en esa ciudad) sobre el envejecimiento (1964-1983) se realizó una distinción entre el estado de `salud objetiva` de las personas, es decir la presencia de enfermedades o no en el organismo, y el estado de `salud subjetiva`, es decir la percepción que el individuo tiene sobre su propio estado de salud. En el análisis de las personas que se habían muerto en el período del estudio, se constata que quienes presentaban mayor mortalidad no eran los que tenían una mala `salud objetiva` (como se suele pensar), sino aquellos que tenían una mala `salud subjetiva`", señala.
"La capacidad para adaptarse a las adversidades es muy elevada en las personas que llegan a edades centenarias. Son personas que por lo general tuvieron que vivenciar la pérdida de la mayoría de su grupo de pares, de sus padres, hermanos y quizás algún hijo", dice Ana Kmaid, profesora adjunta de la Cátedra de Geriatría.
En Uruguay, las proyecciones de esperanza de vida al nacer estimadas para este 2012 por el Instituto Nacional de Estadísticas son de 73,10 años para los hombres y 80,25 para las mujeres (un promedio de 76,58 para los uruguayos). Esta diferencia de género estaría marcada por "un cuidado mayor por parte de las mujeres, quienes llevan un estilo de vida más saludable y se nota en su relación con el tabaquismo y otras adicciones", dice Zelarrayán.
Para el psicólogo Robert Pérez la razón no es meramente orgánica. "Las mujeres adultas tienen mayores relaciones sociales: piden más ayuda, consultan más y tienen vínculos sólidos. Por eso en los grupos de adultos mayores, salvo las gremiales de jubilados, la mayoría son mujeres".
Las adultas mayores de hoy son parte de una generación que recién salía al mercado laboral, por lo que pasaba buena parte del tiempo dedicada a la crianza de los hijos, las charlas con vecinos y las tareas domésticas. "Esos vínculos sociales cobran importancia ante el envejecimiento y hace que ellas tengan actividades culturales como los coros y el teatro, mientras que ellos están en sus casas o en los tradicionales boliches", indica Pérez.
La brecha existente en la esperanza de vida al nacer según el género "se va achicando", dice Zelarrayán. "En los últimos diez años la mujer ha prolongado en promedio ocho meses de vida y el hombre casi un año y medio, producto de que va adquiriendo buenos hábitos".
Ese cambio de comportamiento lo nota el cardiólogo en que cada vez los más jóvenes están adoptando medidas saludables en dos aspectos: la realización de actividad física y una alimentación balanceada.
No se ve ese mismo cambio respecto al tabaquismo, incluso luego de las medidas adoptadas por el expresidente Tabaré Vázquez. "La normativa disminuyó considerablemente el número de fumadores, pero sobre todo en edades avanzadas y no de igual forma en los más jóvenes", agrega.
"Las enfermedades crónicas no transmisibles (hipertensión, diabetes, tabaquismo, colesterol) son un factor de riesgo prevalente en América Latina y claramente en Uruguay", afirma Kmaid. En los adultos se les suma la prevalencia de demencias (en particular las vasculares y el Alzhéimer) que "se incrementan considerablemente luego de los 60 años", agrega Pérez.
"Existe una medición que se denomina esperanza de vida sana al nacer, que no contempla los años de vida con discapacidad y dependencia. En promedio son unos ocho años menos que la esperanza de vida al nacer", dice la geriatra. Otros escapan a la estadística y viven más de 100 años.
LAS CIFRAS
519
Son las personas de 100 años o más que viven en Uruguay, según datos del Censo. Las mujeres multiplican por seis a la cantidad de hombres.
13
De 175.613 personas que viven en zonas rurales son mayores de 100 años. El porcentaje es dos veces menor al ámbito urbano.
El valor de la salud mental
Los adultos uruguayos tienen los estados de salud más ventajosos de la región, similares a Cuba y Chile. "El mayor riesgo en esta población es cómo se vive la vejez, porque existen comentarios que tienden a encasillar como `La vejez es desecho y demencia", cuenta el psicólogo Robert Pérez. Hay algunas psicopatologías que no son exclusivas de la vejez pero que se agudizan por estos estereotipos: las demencias, la depresión, la ansiedad y el suicidio. "Hombre, adulto mayor, con poca familia y en zona rural es factor de riesgo importante, porque es el perfil de personas que más se suicidan", dice.
Mitos y verdades longevas
Una copa de vino tinto por día es la vedette para el "alargamiento" de la vida. Algunos expertos señalan que no importa el tipo de alcohol, sino la calidad. "Una ingesta de hasta 200 centímetros cúbicos por día el hombre y de 150 centímetros cúbicos en la mujer, es beneficioso y más allá se vuelve oxidante", dice el cardiólogo Mario Zelarrayán. La geriatra Ana Kmaid insiste en que algunos antioxidantes y complejos vitamínicos "no tienen una evidencia científica para ser recomendados", y ejemplifica con el consumo elevado de vitamina E, que antes se usaba para prevenir el deterioro cognitivo.