Uruguay juega Scrabble

M.B.

Fue a principios de diciembre el Campeonato Mundial de Scrabble en español y el nuevo monarca del juego de las palabras es el español Enric Hernández. La novedad para Uruguay, sin embargo, es que el certamen de tres días se desarrolló en Montevideo, otro indicador del crecimiento del Scrabble en el país.

Cada vez más aficionados se acercan al juego, tanto en el ámbito familiar como a nivel de competencia, franja en la que se encuentran unos 100 jugadores de Uruguay.

De hecho, en el campeonato del que participaron 64 jugadores (más que ningún otro en la historia de este juego en español), cerca de una veintena eran uruguayos, entre ellos, el actual campeón nacional, Gonzalo Correa y también Sabrina Winiarksi y Franklin Gamou, secretaria y presidente del Club Uruguayo de Scrabble.

"Estamos muy unidos alrededor de este juego que nos apasiona; somos fanáticos realmente", explicó Winarksi.

Una de las características de los jugadores es su gran interés común por el idioma. La mayoría de ellos son docentes de español, literatura o matemáticas; esta última también vital para elaborar una estrategia de juego. El toque final, como todos los juegos, lo da la suerte.

Gamou salió sexto en la clasificación mundial y Correa en la posición número 14. Otra uruguaya, Selene Delgado, quedó octava.

Participaron jugadores de países de toda América Latina, España y también hispanos residentes en Estados Unidos. El campeonato, que fue el décimo a nivel mundial, estuvo organizado por la Federación Internacional de Scrabble en español (FISE), el Club uruguayo y la firma Mattel, que comercializa los juegos.

El premio para el ganador resultó de 2.500 dólares, aunque también hubo otros galardones. La palabra que dio más puntos, por ejemplo, la colocó Winarksi y fue "desbocados".

DESARROLLO. El crecimiento del juego no es sólo nacional, sino de toda la región desde que hace 12 años se creó la primera versión del Scrabble en español.

"Antes jugábamos con la versión en inglés, lo que era mucho más difícil porque tenía menos vocales y muchas letras K y W, que en español no se usan", dijo Horacio Moavro, argentino presidente de la Federación Internacional de Scrabble en español.

El juego fue creado en la década del `30 en Estados Unidos por el arquitecto Alfred Mosher Butts, que lo llamó Léxico. Pero no fue hasta fines de los años `40 que ganó su popularidad bajo el nombre actual.

Se juega de a dos. Cada jugador recibe desde el principio siete fichas con una letra y el desafío es formar palabras que estén incluidas en el diccionario de la Real Academia. Cada letra empleada tiene un puntaje y depende también en qué posición del tablero se forma la palabra. A grandes rasgos, el Scrabble es una combinación del dominó y el crucigrama.

El partido termina cuando se agotan las 100 fichas para repartir, lo que generalmente ocurre entre 40 y 70 minutos de iniciada la partida, dependiendo del nivel de los jugadores.

En competencia, los participantes tienen un tiempo, como en el ajedrez, para hacer su jugada. Gana, por supuesto, el que consigue más puntos.

Hacer Scrabble es formar una palabra con las siete letras iniciales, que es lo que vale más puntos.

En Argentina, estimó Moavro, hay unos 7.000 jugadores, a los que deben sumarse los incalculables que lo practican en el ámbito familiar.

"La mejor prueba (del crecimiento) es que cada vez que sale algo en los medios, nos llaman muchísimo. Algunos vienen y se enganchan y otros creen que es fácil y no es tanto", dijo Moavro.

La Federación Internacional de Scrabble en Español nació en Chile en 2000 y desde entonces, ha crecido con más asociaciones nacionales. Hoy, en casi todos los países de habla hispana existe algún tipo de organización.

"Además de realizar los campeonatos, nuestro objetivo es ajustar y unificar los criterios a nivel regional, desde el uso del diccionario o las palabras aceptadas. Antes era bastante disperso y ahora contamos con un montón de temas que son comunes a todos los países", dijo Moavro.

A nivel internacional, existen coincidencias que el diccionario oficial de Scrabble es la versión 1.0-2003 (edición electrónica) del Diccionario de la Lengua Española de la Real Academia Española (DRAE). La RAE ha informado que esta versión electrónica es una revisión del diccionario impreso (ed. XXII, 2001, Espasa-Calpe, S. A.). Por tanto, en caso de discrepancias, prima lo que señala el CD.

POCO A POCO. En Uruguay y según Winarksi, ha ocurrido el mismo nivel de crecimiento y organización que en otros países de la región y agregó que muchos juegan a través de Internet, en el sitio www.redeletras.com (ver nota aparte).

Sobre los jugadores, dijo que participan jubilados, sobre todo, ex profesores de idioma español, literatura, matemáticas o maestras, pero también muchos jóvenes. "Por suerte, tenemos un grupo muy heterogéneo y nos complementamos mucho", dijo Winarksi.

Además del Club Uruguayo de Scrabble, existe la Asociación Uruguaya del juego, que se reúne a los amantes del mismo los miércoles, en el Club Brasilero.

Ambas organizaciones prometen enseñar a los que no saben las reglas del juego.

Los hermanos argentinos Ariel y Hernán Chiapella son desde siempre fanáticos del Scrabble. Un día, hace tres años, decidieron armar una página de Internet para jugarlo entre amigos. Claro que ambos son ingenieros en informática.

Al poco tiempo, sin embargo, comenzaron a ver que personas que no conocían empezaban a conectarse a su página.

"Nos pedían cosas de Argentina, de Venezuela, de Uruguay", explicó Hernán Chiapella.

Así nació www.redeletras.com, el sitio de reunión de miles de jugadores de Scrabble de habla hispana, que actualmente cuenta con unos 55.000 usuarios registrados, y cada día se encuentran unos mil jugando entre sí.

El software lo desarrollaron los hermanos, aunque luego le agregaron un chat y foros, que por supuesto se centran en el juego. Además, comenzaron a organizar campeonatos regionales a través de la red.

"En el último torneo, participaron 800 jugadores en simultáneo, como nunca antes en la historia", dijo Ariel Chiapella.

Los hermanos estuvieron en Montevideo para el Campeonato Mundial, el que transmitieron en vivo a través de la página.

El juego consiste en formar palabras de dos o más letras, y colocarlas en el tablero, horizontal o verticalmente, de manera que puedan ser leídas de izquierda a derecha o de arriba hacia abajo. Después de la jugada inicial cada palabra debe ligarse con alguna de las incorporadas. Hay 100 fichas para repartir entre los dos jugadores, que siempre deben tener 7 en su poder.

El valor de cada letra está indicado con una cifra en la parte inferior de la ficha. La puntuación obtenida en cada turno se calcula sumando el valor de las letras utilizadas en las palabras que se hayan formado en ese turno, más los obtenidos por haber colocado una o más fichas en casillas con premio.

Al colocar una ficha en una casilla azul celeste se duplica el valor de dicha letra; y al colocarla en una casilla azul marino, se triplica.

Cuando un jugador coloca las 7 fichas de su atril en un solo turno, ha logrado lo que se llama un Scrabble, y por ello obtiene 50 puntos extra como premio. Estos puntos se suman a la puntuación que haya obtenido en ese turno, luego de duplicar o triplicar la puntuación, cuando corresponda.

Después de colocar sus fichas en el tablero, el jugador detiene su reloj, cuenta los puntos obtenidos y los anuncia en voz alta. Su oponente puede recusar la palabra, en cuyo caso, la partida se detiene e intervienen los jueces del torneo. En ningún caso es obligatorio conocer el significado de la palabra.

La partida finaliza: cuando ningún jugador puede colocar fichas en el tablero; cuando ambos pasan dos veces consecutivas, o si un jugador coloca todas las fichas de su atril y no quedan más en la bolsa. También para cuando se acaba el tiempo total del juego.