Un rancho de barro en el que se hizo historia: la memoria de la Declaratoria de la Independencia y una fecha polémica

El predio histórico que será intervenido próximamente, en el corazón de Florida, no conserva vestigios materiales de 1825. Incluso se desconoce cuál era la ubicación exacta del rancho por la falta de planos.

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Recuperación del predio donde se encontraba el rancho en el que se redactaron las leyes fundamentales de la Declaratoria de la Independencia.

En un rancho de barro que se hallaba frente a la actual plaza principal de Florida y junto a la iglesia, se redactaron las leyes fundamentales para declarar la independencia de la Provincia Oriental (que luego se transformará en la República Oriental del Uruguay). El próximo 25 de agosto se conmemorarán 200 años de un hecho histórico para el país. Y con tal motivo, en los padrones donde se encontraba aquella humilde vivienda, se construirá un memorial que siempre ha sido reclamado por los floridenses.

Luego de un llamado a ideas para revalorizar el lugar, en días pasados el intendente de Florida, Guillermo López, anunció el proyecto ganador que llevará a cabo la obra en los padrones 596 y 597, que cuentan con la protección de Monumento Histórico Nacional, según la Ley 14.040.

El llamado se presentó en julio de 2024, y se recibieron 18 propuestas que fueron evaluadas por un jurado integrado por representantes de la intendencia, Sociedad de Arquitectos del Uruguay (SAU), Comisión del Patrimonio Cultural de la Nación, Comisión Departamental del Bicentenario y un representante electo por los concursantes.

Finalmente, la propuesta ganadora fue la formulada por el equipo integrado por Luis Santellán, Luis Ardanche, Ana Fernández, Ana Clara Gómez, Carlos Scosería, Lucía Pazos y Mauricio Núñez.

El proyecto ganador, llamado “Muro”, propone una recomposición del tejido urbano en esa zona central de la ciudad, generando un “recorrido a cielo abierto” que culmina con una perspectiva visual del Monumento a la Independencia, una obra del escultor Juan Manuel Ferrari (1874-1916) ubicada en el centro de la Plaza Asamblea. También genera un espacio de gradas y escenario que permite la realización de eventos protocolares, culturales y comunitarios de escala acotada; y cuenta con un contraste entre el espacio “natural” y el edificado que incluye elementos simbólicos como la silueta del desaparecido rancho y referencias a los 15 participantes de la Sala de Representantes que hicieron historia en aquel día de 1825.

“El rancho desapareció hace muchísimos años, pero el predio siempre tuvo esa connotación histórica. Pasó a ser del Estado a mediados del siglo XX, hubo un impulso para pasarlo a manos del gobierno departamental durante la dictadura por el Año de la Orientalidad (1975), y posteriormente hubo distintos impulsos para intervenirlo que nunca llegaron a destino”, comenta a Domingo el director de Obras de la comuna floridense, arquitecto Facundo Urban. Y agrega: “Nunca hubo un consenso sobre qué es lo que había que hacer. Hubo proyectos fallidos, como por ejemplo de una biblioteca, y un concurso por los años 2007-2008 para hacer un centro cultural que no tenía fondos asociados. Por eso naufragó”.

Concurso y licitación

Urban indicó que la administración municipal recibió varias propuestas, que iban desde “la recreación de un rancho de barro” hasta un “sitio de la memoria”. Finalmente, se resolvió hacer un concurso de proyectos, para cual fue necesario “reconstruir” la relación entre la intendencia y la Sociedad de Arquitectos, la cual era “distante” -al decir del jerarca municipal- desde un llamado anterior. “Se hizo mediante un mecanismo de concurso y licitación, algo que se está empezando a usar. Así se hizo el estadio de Paysandú; hay una experiencia en Flores y alguna más, es una muy buena herramienta porque te garantiza que las ideas que surjan de un concurso no serán tan alocadas como para no ser ejecutables”, explica Urban, e informa que la inversión en esta obra será de US$ 400.000.

“Se busca reivindicar el hecho histórico, pero también reconocer la ubicación de esto en el corazón de la ciudad, reconocer que hoy es un espacio público de relativa poca calidad porque es una explanada con algo de vegetación y alguna placa que conmemora el hecho histórico, nada más”, añade el director de Obras de la comuna, explicando que en 1975 se puso en el sitio una cápsula del tiempo.

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Asamblea de la Florida, óleo de Eduardo Amézaga, década de 1940.

Una fecha polémica

No son pocos quienes dicen que el 25 de agosto -un feriado laborable impuesto con fórceps como la misma fecha histórica- no debería considerarse como la “declaratoria de la independencia” de la Provincia Oriental, la cual se consumó en el paraje Piedra Alta, no muy lejos de aquel rancho de barro en el que coincidieron algunos de los prohombres de la época.

Esa “sala de representantes orientales” promulgó leyes que marcan para el Uruguay de hoy, algo muy diferente de lo que en realidad se buscaba. “En aquellos años la idea seguía siendo la misma que en los tiempos artiguistas: la unión. Esa declaratoria era, entonces, de unidad con las provincias hermanas”, comenta a Domingo el historiador Leonardo Borges.

“Muchos de aquellos hombres se autodenominaban ‘argentinos’, como Joaquín Suárez o Leonardo Olivera. La unión, en esos días, cuando todavía no habían nacido las naciones actuales, no iba en desmedro de la orientalidad. Fructuoso Rivera y Juan Antonio Lavalleja consideraban como nación a la unión. Estas leyes fundamentales tienen más de continuidad con el pasado que de ruptura e independencia”, destaca Borges.

Aquel 25 de agosto de 1825 se aprobaron tres leyes.

La de “independencia” que declaró al territorio “de hecho y de derecho, libre e independiente del rey de Portugal, del emperador del Brasil, y de cualquiera otro del universo”.

La de “unión”, que dispuso que la Provincia Oriental del Río de la Plata quedaba “unida a las demás de este nombre en el territorio de Sud América, por ser libre y espontánea voluntad de los pueblos que la componen”. Y, por último, la ley “de pabellón”, que determinó como bandera provincial la tricolor, compuesta por tres franjas horizontales en celeste, blanco y punzó.

Pero más allá de las disquisiciones históricas -sobre independencia sí, independencia no- los hechos de la Florida son un mojón en la línea de tiempo. Así lo definió Pivel Devoto: “Este fue el significado profundo del 25 de agosto de 1825: la fundación de la patria. Toda glosa jurídica es inútil. La fuerza emocional de ese acontecimiento lo desborda todo. Y más lo sentimos cuando vemos continuarse ese proceso vital. Los mismos documentos nos muestran cómo se fueron creando los órganos institucionales de la República, cómo se colocaron las bases del sistema representativo, cómo se atendió a la administración de justicia, cómo se proclamó la preeminencia de fueros civiles, la libertad civil y política de los hombres (…) Aquella Sala de Representantes sentía que era, más que una representación, la corporización misma del pueblo, la encarnación viviente de soberanía, la fuente y raíz de todo poder”.

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