Rutas calientes

MARTÍN FABLET

EL FUTURO ESTÁ AQUÍ

Probablemente cuando usted esté leyendo esta columna, yo me encuentre "motoneteando" por el Sur de Brasil. Si bien estoy muy entusiasmado, me tiene un poco preocupado las bajas temperaturas pronosticadas; temo que de alguna manera puedan mancillar mi promitente periplo por tierras gauchas.

Viajar en moto con frío es verdaderamente cruel. No hay abrigo suficiente. Aquellos sin la indumentaria adecuada, solemos improvisar una suerte de mamushka motoquera compuesta por infinidad de remeras y busitos.

De todas maneras, siempre es mejor llevar varias prendas que una bien gruesa.

Sin dudas pasarla mal en moto a causa del frío es por ahora responsabilidad del motociclista.

El clima aún no es enteramente controlable y necesariamente debemos tomar el debido recaudo. Lindo sería contar con vías climatizadas y así poder circular bien liviano.

La Highways Agency del gobierno británico tiene en mente hacer buen uso de la energía solar recogida en verano por el cemento de las carreteras. La idea es utilizarla en invierno para eliminar el hielo y el excesivo frío de su superficie. Para ello, planean instalar bajo las carreteras, una serie de tuberías que recogen el calor de la luz solar.

Los expertos esperan que este plan logre evitar que se generere esa tan peligrosa capa de hielo sobre la superficie de las vías. En caso de tener éxito, esta iniciativa se extendería a otras carreteras del mundo.

Esta mismísima tecnología se está probando también para calentar y refrescar edificios, reducir las facturas de luz e intentar disminuir las emisiones de gases invernadero.

Ese plan se conoce en el mundo como Interseasonal Heat Transfer o mas fácil IHT.

Muy pronto en lugares estratégicos de la M1 Británica (la Ruta 1 uruguaya) se comenzarán a instalarar redes de tuberías plásticas rellenas de agua justo debajo de la superficie.

En verano, cuando la temperatura de las carreteras supera los 40º C, el agua se calienta y es bombeada a tuberías aisladas con un polímero termoplástico llamado poliestireno; en invierno, cuando los sensores detectan temperaturas inferiores a los 2º C, el agua caliente se bombea de nuevo hacia la carretera para calentar el suelo y evitar la formación de hielo.

Como verán, la clave está en poder mantener la temperatura del agua.

En el Reino Unido se han efectuado experimentos exitosos en una carretera cercana al área de servicios de Toddington, en la M1.

En los ensayos, los científicos observaron que el calor recogido durante el verano de 2006 fue suficiente para mantener la carretera por encima de la temperatura de congelación durante casi todo el invierno siguiente.

La prueba también demostró que el calor de la carretera se podría utilizar para calentar y refrigerar los edificios linderos.

Es una pena que esta tecnología no esté pronta para este fin de semana, sería genial contar con esa losa radiante vial. Ciclistas y motociclistas estarían por siempre agradecidos.

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