EL PERSONAJE
Estudió comunicación pero quería ser actriz. Al frente del programa Después vemos por TV Ciudad, y por reestrenar La bailarina de Maguncia, es una de las personas más conocidas del medio.
Está la televisión y también está el teatro. Están los programas para niños, los de entretenimiento y los de música. Y está Shakespeare y está Lorca. Está la visibilidad de la tele y están las películas hechas a pulmón, por el puro amor de hacer cine. Están los prejuicios y están los premios, están las publicidades y los ensayos. Y en el medio de todo eso está ella, desde hace más de 20 años, agradecida por siempre haber podido trabajar de lo que eligió, encarando todo lo que hace desde el respeto y desde el trabajo. Sobre todo desde el trabajo. Porque siempre supo, Noelia Campo, 43 años, pelo negro y ojos azules, que no quería ser solamente la chica linda de la televisión. Y entonces estudió comunicación y se preocupó por formarse, por hacer bien todo lo que tuviese que hacer, desde un móvil en Punta del Este hasta una entrevista a Esther Goris o a Ruben Rada, desde jugar con los niños que participaran de Aventujuegos hasta presentar el trabajo de una banda de rock nacional. Y después estudió teatro, porque lo que Noelia quería, en realidad, era actuar en un escenario.
u201cYo siempre luché con no ser solo la chica de la tele, me quemaba mucho la cabeza con que pensaran que yo era una tipa vacía. Pero eso es algo que tengo presente desde muy chica. Yo tengo una hermana grande que es hermosa, y mi madre siempre tuvo como ese miedo de que fuéramos solo eso. Entonces siempre nos decía que la belleza no era algo que dependía de nosotras, tuvimos suerte con los genes y ya está, nos decía que teníamos que cultivarnos de otras maneras. Yo empecé haciendo publicidad y en ese momento para muchas cosas la belleza era muy importante. Me servía como una herramienta más para mi trabajo. Pero después siempre te viene la quemada de cabeza. Sobre todo cuando sos joven, por eso siempre luchaba y me esforzaba por hacer las cosas bienu201d.
Hoy Noelia es una de las personas más conocidas del medio pero también una actriz curtida, prolífica. Trabajó con los mejores directores y directoras del teatro nacional, hizo cine, ganó premios, estuvo en obras para niños, hizo a Shakespeare y a Ionesco, ganó un Florencio dirigida por Roberto Jones y ahora, cada tanto, se pone en la piel de Luce Du2019Eramo, la escritora y activista italiana que interpreta en La bailarina de Maguncia, su primer unipersonal. Hace mucho tiempo que a Noelia no le preocupa lo que puedan pensar los demás. Ahora Noelia se ríe.
El escenario
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En el cuarto de la casa de Brito del Pino y Charrúa, donde vivió su infancia, había un escritorio grande y espacioso que su madre les había comprado para que pudiesen hacer los deberes de la escuela. Noelia y su hermana Amalia sacaban todo lo que había encima de ese escritorio y lo transformaban en su mundo: creaban historias y jugaban a ser actrices, modelos, cantantes o bailarinas que tenían su propio escenario. Y como jugar casi siempre se tata de interpretar, en el mismo cuarto Noelia y sus amigas agarraban una colección de Federico García Lorca que había en su casa y jugaban a representar a los actos de Bodas de sangre o de La casa de Bernarda Alba. No entendían de qué se trataban aquellos textos, pero no importaba. Estaban jugando a ser actrices, y con eso para Noelia era suficiente.
Hizo patín, gimnasia olímpica, piano, canto, declamación, manualidades, cine para niños, inglés, francés, taekwondo, computación, flamenco, danza contemporánea y ballet. Incluso entró a la Escuela Nacional de Danza y estudió ahí durante cinco años, hasta que la eliminaron. Noelia pudo haber sido cualquier cosa pero eligió al teatro, lo único que no había hecho nunca, salvo en el escritorio de su cuarto. Pero para llegar a un escenario real, a uno en el que la aplaudieran y en el que hubieran luces y un telón, pasaron algunos años, algunos trabajos, algunas publicidades y, claro, algunas dudas, algunos miedos.
Quizás algunos la recuerden, a Noelia, en un vestido largo, medio celeste, medio blanco, medio rosado, con el pelo tan negro como ahora, con los ojos igual de celestes bajando unas escaleras en la publicidad de las curitas Band Aid. Tenía 16 años y era la primera vez que salía en televisión. Las cámaras, las luces y la acción la fascinaron de tal manera que cuando tuvo que elegir qué estudiar se anotó en la Universidad Católica para hacer la Licenciatura en Comunicación. u201cEmpecé para dedicarme a la publicidad y al medio año de estudiar era lo que menos me gustaba y me quería dedicar a la parte de audiovisualu201d.
Pero Noelia no quería hacer nada de eso. u201cYo lo que quería era ser actriz. Siempre quise ser actriz, pero no sabía si me iba a animar a hacerlo. Muchas veces lo que más deseás, si no te sale bien es lo que más te frustra, entonces ese miedo no terminaba de dejarme ir por ese camino. Pero en la época de los comerciales me llamaban mucho para hacer las publicidades en las que se necesitaba actuar. Entonces, sentía que si me llamaban era porque algún talento tendríau201d.
En segundo año de Comunicación se animó y se inscribió en Alambique para estudiar teatro. Egresó en 1999 y en el 2000 hizo su primera obra de forma profesional, Villasombra, una noche mágica, un espectáculo para niños de Verónica Perrota y Pablo Albertoni. Después de ese aplauso Noelia no se bajó nunca más del escenario. El teatro se convirtió en su lugar.
A los 19 años empezó a trabajar como movilera en Todo Punta, sin saber muy bien cómo se encaraba una entrevista pero con la idea de que tenía que hacer las cosas bien, de demostrar (de demostrarse) que estaba allí porque sabía cómo hacer su trabajo. También porque era linda y fotogénica, pero eso era lo de menos. Un año después estaba al frente de Aventujuegos, un programa de entretenimiento para niños en Canal 10. Ahí empezó una relación con el canal que la tendría por 14 años como conductora del programa de música Va por vos, y como periodista encargada de cultura de Subrayado. Estuvo en Canal 10 por 18 años.
Estaba la televisión y estaba el teatro. Y en el medio hubo un personaje, Bella, de Perdidos en Yonkers, que le dio un premio Florencio, y con él, el reconocimiento a una carrera en la actuación que llevaba más de una década pero que el público del teatro, enroscado con sus prejuicios sobre la tele, necesitaba legitimar, aprobar. u201cEs lindo que te reconozcan. Yo sé que un premio te sirve para el reconocimiento y te sirve para tener un determinado prestigio que te ayuda a seguir trabajando en lo que te gusta y en lo que querés. Me acuerdo que cuando recibí el Florencio yo salía de la función y me decían que ahora me iba a tener que dedicar al teatro. Y yo les decía u2018Señora, hace 12 años que hago estou2019. Pero ahora como tenía un premio, el público me tenía en cuenta. Después del premio yo ya no era la de la tele, era una actriz de teatrou201d.
Madre de Valentín y en pareja con el músico Fernando Santullo, desde 2016 está al frente de Después vemos, programa de TV Ciudad que conduce junto a Jorge Temponi. Además está ensayando una obra escrita y dirigida por Vanessa Cánepa sobre la vida de Reina Reyes, la pedagoga uruguaya u201cque todavía es una referenciau201d, y que estrena en noviembre.
u2014Sos una de las personas más presentes del teatro y de la televisión. ¿Cómo se hace para mantenerse activa durante tanto tiempo en un medio que es tan chico?
u2014No sé. Yo siempre fui una persona muy responsable y trabajadora y cuando hago algo lo quiero hacer bien. Y además, a pesar de que tengo una personalidad fuerte, nunca tuve problemas trabajando con la gente, siempre me llevé muy bien con todas las personas con las que trabajé, nunca pretendí nada de la tele, ni ser mega visible, ni tener un programa con rating o en el horario central. De todas maneras, creo que acá la gente de la televisión se mantiene, creo que al espectador le gusta que la gente que ya conoce permanezca ahí, en la tele.
Está la televisión y está el teatro. Y en el medio está Noelia, con el pelo tan negro como siempre, con los ojos igual de azules que antes pero con la suficiente vida encima como para reírse del tiempo, de la belleza y de los prejuicios.

La bailarina de Maguncia, escrita y dirigida por Sandra Massera, es su primer unipersonal. Estrenó la obra en el ciclo Ellas en la Delmira y regresa al Teatro Solís con seis funciones en octubre. Antes recorrerá algunos teatros del interior, como el Macció de San José y el Teatro Alsur, de Atlántida.
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Desde 2016 está al frente de Después vemos, programa que conduce con Jorge Temponi. u201cEs un programa muy original y además es un programa que armamos nosotrosu201d. Tanto ella como Temponi, junto a Leo Pérez, hacen la producción periodística del programa, que se ve todas las noches por TV Ciudad.
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En 2007 protagonizó La peli, una producción argentino-uruguaya que dirigió Gustavo Postiglione. También es la protagonista de la película uruguaya Los Modernos, por la que recibió un reconocimiento de la Asociación de Críticos de Cine del Uruguay y ganó un premio como Mejor Actriz en el Festival Internacional de Gibara, Cuba.