Marylebone: barrio donde el Londres más auténtico se deja descubrir sin multitudes, entre elegancia e historia.

Refugio de aristócratas y famosos, es el barrio de moda en la capital inglesa. Es una mezcla de arte, moda, sabores y secretos reales.

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Marylebone.

Desde hace siglos, Londres atrae a millones de visitantes gracias a su historia y propuestas culturales. Para quienes buscan algo diferente, Marylebone se convirtió en el nuevo rincón favorito de los viajeros exigentes. Ubicado en el corazón de la ciudad, este barrio conserva una identidad propia, sin perder su esencia londinense: casas victorianas, tiendas encantadoras y una atmósfera apacible.

Su nombre data del siglo XV, cuando una iglesia llamada St. Mary’s of the Bourne (más tarde Marylebone) se instaló en lo que hoy es Marylebone High Street. Aunque muchos edificios actuales datan de 1900 o antes, el barrio mantiene la calma y elegancia de las familias aristocráticas que le dieron origen y nombre a muchas de sus calles: Cavendish, Portland, Hartley y Oxford.

Con el tiempo, Marylebone fue ganando fama. Paul McCartney, Ringo Starr, Jimi Hendrix y los Osborne vivieron aquí, entre residencias georgianas. Entre sus atracciones más populares se encuentran el museo de cera Madame Tussauds y el Museo de Sherlock Holmes, pero el verdadero tesoro está en Manchester Square: la Wallace Collection. Este museo gratuito reúne pinturas, esculturas, muebles, armaduras y porcelanas de época, y su salón de té es ideal para un five o’clock tea.

Calle para compras

Marylebone High Street es la gran arteria comercial, coronada por Daunt Books en el número 84. Esta librería, famosa por sus títulos de viaje, hoy ofrece literatura, arte y ediciones firmadas. Más de cien boutiques independientes se reparten en la zona: desde Paul Smith, con su estilo colorido, hasta las marcas europeas Bimba & Lola, Maje y Agnès by Sandro. Al final de la calle, se alza la Universidad de Westminster.

Sobre Wigmore Street, destaca la farmacia John Bell & Croyden, fundada en 1798 y elegida por la reina Isabel II. A pasos de allí, Marylebone Lane invita a caminar sin rumbo. Entre sus joyas está Paul Rothe & Sons, donde todavía hoy se sirve el clásico sándwich de salmón que tanto disfrutaba la princesa Margarita. Quienes prefieran un pub tradicional, deben visitar el Golden Eagle, con su fachada roja y música en vivo.

A pocas cuadras, Chiltern Street concentra lo más cool del barrio. Allí se encuentra The Gallery of Everything, una galería con piezas de artistas del siglo XIX y contemporáneos, con una mirada no académica y espiritual. Enfrente, la perfumería Perfumer H, de la reconocida nariz Lyn Harris, ofrece experiencias olfativas personalizadas en un entorno minimalista.

Según el empresario argentino Rodolfo Milesi, la calle se transformó gracias a la influencia de la revista Monocle, cuyo café es punto de encuentro para periodistas y ejecutivos creativos. El restaurante Chiltern Firehouse, ícono del brunch londinense, sorprende a sus comensales con actuaciones espontáneas de artistas.

St. Christopher’s Place, una calle peatonal oculta tras Oxford Street, fue construida por Octavia Hill en 1860. Allí, Christys —con 240 años de historia— fabrica galeras y sombreros elegidos por Winston Churchill y miembros de la realeza. Muy cerca, Emma Hyacinth ofrece sandalias con cristales y detalles metálicos a precios accesibles.

Sabores del mundo

Marylebone también se ha consolidado como polo gastronómico. En Seymour Place, la pizzería Florencio, dirigida por el chef argentino Diego, conquista con sus sabores italoargentinos. Al lado, ULI fusiona la cocina de China, Tailandia, Malasia y Singapur. Para cerrar la jornada con una buena cerveza artesanal, Carpenter Arms es ideal. Moxon Street, por su parte, es una fiesta para el paladar: ofrece opciones de sushi, cocina india, italiana y griega. Rococo Chocolates deleita a los golosos con sus creaciones de cacao y sabores insólitos.

En definitiva, Marylebone es un destino en sí mismo. Se podría dedicar toda una semana a explorar sus calles, saborear su gastronomía y dejarse sorprender por su mezcla de tradición y vanguardia.

(En base a La Nación / GDA)

Museo

El enigma de 221 Baker Street

En 221 Baker Street se ubica casi teatralmente el museo de estilo victoriano inspirado en Sherlock Holmes. Al llegar, recibe un policía descrito en el libro de Arthur Conan Doyle, que invita a comenzar el tour que permite conocer objetos curiosos, y cartas bajo una luz sombría. Se suman a la experiencia algunos personajes de las aventuras detectivescas de Sherlock y su ayudante, Watson.

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Museo de Sherlock Holmes en Marylebone, Londres.

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