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Jill Biden, la vida de una primera dama estadounidense

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Joe Biden junto con su esposa Jill Biden. Foto: AFP.

NOMBRES

Es la esposa del actual presidente de Estados Unidos. Pero tanto ahora como cuando fue segunda dama, ha tratado que su título oficial no opaque su formación como maestra.

¿Qué hace una primera dama estadounidense? En la página oficial del gobierno dice que debe ser la anfitriona de la Casa Blanca, que aconseja al presidente, que se involucra, si quiere, en asuntos sociales. Hasta ahí, parece que quien ocupe ese rol deberá servir —por estar casada con— pura y exclusivamente a su nación. Pero dice, también, que su papel ha “cambiado y evolucionado”. Por eso, quizá, la entrevista aJill Biden del New York Times insiste en que es una primera dama que sigue con su carrera, que no renunció a lo que ella construyó para su propia vida más allá de ser la esposa de Joe Biden.

¿Qué hace Jill Biden? El pie de foto del New York Times dice así: “Jill Biden, primera dama y profesora de inglés y escritura, califica trabajos de sus estudiantes durante un vuelo a Washington la semana pasada. Es la primera esposa de un presidente estadounidense que sigue con su carrera mientras está en la Casa Blanca”. Y en el encuadre está ella, en su traje azul, dentro de un avión, enfrentada a un montón de papeles, los lentes celestes en la mano y, a sus espaldas, el escudo de los Estados Unidos. También fue la primera segunda dama que no renunció a su carrera, durante la vicepresidencia de Joe en el mandato de Barack Obama.

“Yo nunca la veía a ella sin que tuviera una montaña de papeles que eran las tareas de sus estudiantes”, la describió Cathy Russell, ex jefa de personal de la Casa Blanca, para un video de la candidatura de Joe Biden. Dijo, también, que los chicos a los que enseñaba la querían, que ella estaba siempre disponible y que su forma de enseñar era amena, entregada. Y que no es una persona típica de Washington.

Jill, maestra que ha enseñado sobre todo en escuelas y centros comunitarios, cree en la educación para cumplir sueños. Además, no se presenta en la escuela como Biden sino como Dra. Tracy, su apellido de soltera, para que sus alumnos la vean simplemente como su maestra. “Siempre he adorado los sonidos de una clase. El murmullo de las ideas rebotando de acá para allá. Mientras exploramos el mundo juntos”, dijo en una entrevista.

En diciembre de 2020 el ensayista Joseph Epstein la criticó en el Wall Street Journal por utilizar el título de “doctora”. “Hay alguna posibilidad de que se quite el ‘Dra.’ antes de su nombre? (...) Dra. Jill Biden suena y se siente fraudulento, por no decir cómico”, decía el artículo. Ella respondió, en un tuit, lo siguiente: “Juntos, construiremos un mundo donde los logros de nuestras hijas se celebrarán, en lugar de minimizarse”. Jill Biden tiene una licenciatura, dos maestrías y un doctorado en pedagogía por la Universidad de Delaware.

La imagen de Jill que ha interpelado a sus seguidores no es solo la de la maestra amable. Jill es —dice y dicen— fuerte y protectora.

En las elecciones presidenciales hubo dos escenas que se repitieron constantemente. Una la retrata a Jill pequeña, en su Filadelfia natal, llamando a la puerta de un chico que hostigaba a su hermana menor y dándole un golpe en la cara. Pequeña pero con furia cuando se metían con los suyos. La otra escena todavía se puede ver en YouTube: Joe da un discurso, manifestantes veganos suben al escenario para hacer oír sus reclamos e, inmediatamente, Jill —de vestido blanco y chaqueta verde protocolares— pone su cuerpo entre el candidato y las mujeres. “Es la persona más fuerte que conozco”, ha dicho Joe en otros de los videos de campaña. Estados Unidos suele votar al presidente pero, está claro, el peso de la primera dama no es menor.

Ante la situación de la pandemia, Jill se apoyó en ese lugar que es entre conciliador y firme. En su recorrido ha mezclado la concientización por el coronavirus, la vacuna y sus intereses sociales. Aboga por la reapertura de escuelas, la financiación para universidades comunitarias y promueve causas que tienen que ver con programas para militares y sus familias. Que su padre haya estado en la Segunda Guerra Mundial y su hijo Beau haya servido en Irak son algunas de sus razones. Además, apoya la investigación sobre el cáncer. Beau murió a los 46 años de un tumor cerebral. “El duelo nunca lo terminas. Pero tienes que buscar un propósito en tu vida”.

La historia de amor

Cuentan que el día que Joe invitó a Jill a salir por primera vez, ella tenía una cita programada para esa noche. Inventó una excusa, le canceló al otro chico y le dijo que sí a Joe. En aquel entonces él era senador, tenía 33 años, era viudo —su primera esposa, Nelia Hunter, y su hija Naomi, murieron en un accidente— y padre de dos chicos, Beau y Hunter. Jill era ya una profesora de 24 años y se había divorciado. La primera cita, planeada por el hermano de Joe, resultó en el “amor a primera vista” y en una relación de 46 años —43 de casados—.

Jill rechazó cuatro veces el pedido de matrimonio de Joe. Ella sabía que él estaba listo, pero no sentía que fuera el momento. Además, casarse significaba también pasar a ocupar un rol muy importante en la vida de Beau y Hunter. “Quería tanto a los hijos de Joe que quería estar segura de que nuestro matrimonio iba a ser para siempre”, contó en campaña. “La maternidad me llegó de una forma que nunca esperé. Me enamoré de un hombre y de sus dos hijos pequeños que permanecían en los restos de una pérdida impensable”, recogió El País de España.

La primera vez que Joe le pidió matrimonio fue porque Beau y Hunter entraron al baño, mientras él se lavaba los dientes, y le dijeron que por qué no se casaba con ella. Cuando finalmente sucedió, en 1977, los adultos decidieron que dejarían de lado la palabra madrastra, cargada de una connotación negativa desde los cuentos de hada y que utilizarían “mamá”. En 1981 nació Ashley Biden.

Sus hijos y nietos la describen como madre y abuela atípica. Es la que hace bromas —pesadas—, la que los levanta a todos a las 5 de la mañana para ir a correr, la que corre para quitarse el estrés, la que les motiva para que vayan atrás de lo que quieren.

En una entrevista con Kelly Clarkson, dijo la primera dama Jill Biden: “Ya sabes, miro hacia atrás, lo veo y pienso que si no me hubiera divorciado nunca habría conocido a Joe. No tendría la hermosa familia que tengo ahora. Así que realmente pienso que las cosas pasan porque vendrá algo mejor, y no sé cuánto tiempo ha pasado para ti, pero creo que con el tiempo, te curas”.

El libro sobre sus memorias

Where the Light Enters: Building a Family, Discovering Myself (en español: Donde entra la luz: construyendo una familia, descubriéndome a mí misma) es un libro de Jill Biden publicado en 2019. Allí comparte sus memorias e intenta mostrar una mirada menos política y más personal y humana de la familia Biden. Es trascendental la muerte de Beau Biden —en 2015— y el dolor, la pérdida, el duelo y las enseñanzas que trajo eso. “Me siento como una pieza de porcelana que se ha vuelto a pegar. Las grietas pueden ser imperceptibles, pero están ahí”, escribió.

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