El 28 de marzo de 2015, Jann Mardenborough (31 años) estaba compitiendo en la carrera de resistencia VLN en el circuito Nordschleife de Nürburgrin, en Alemania, cuando su Nissan GT3 Nismo se salió de la pista, estuvo por unos segundos en el aire en forma vertical y cayó sobre el techo de la zona de los espectadores, matando a una persona y causando lesiones a varias más. El piloto salió ileso, pero por un tiempo no quiso correr.
“Cuando consigues algo en tu vida, también hay momentos de oscuridad, de desesperación, de cuando ves que todo se viene abajo. Pero estos momentos se juzgan por cómo te recuperas y me alegro de que el accidente esté en la película porque sino no estaría bien”, dijo a los medios de comunicación Jann, refiriéndose a Gran Turismo: De jugador a corredor, el film recientemente estrenado en cines que recrea la vida de este piloto inglés nacido en Darlington.
Pero la razón para llevar su historia a la pantalla grande no respondió a que se haya salvado milagrosamente de un accidente en el circuito conocido como el Infierno Verde. Lo atractivo de la vida de Jann es cómo logró pasar de ser un experto jugador de videojuegos a conducir autos reales en las principales pistas del mundo.
Hijo del futbolista inglés Steve Mardenborough, Jann no soñaba con patear una pelota como su padre sino con ser piloto. El tema es que era un deporte muy caro, así que se conformó con despuntar el vicio pasando horas y horas en su habitación volviéndose experto en Gran Turismo, el videojuego de PlayStation creado por Kazunori Yamauchi.
Probó ir a la universidad, pero no pasó de tres semanas. Fue en ese entonces que llegó a sus oídos la existencia de la Nissan GT Academy, un golpe de marketing de Nissan cuyo objetivo era encontrar al mejor exponente del videojuego Gran Turismo para convertirlo en un corredor real de su escudería.
“Nunca anduve en karting ni conduje en un circuito y la primera vez que manejé en una autopista fue cuando iba camino a la GT Academy. Hasta ese momento de mi vida solo había manejado dentro de un radio de 50 o 60 kilómetros de mi hogar, en Cardiff. Todos mis amigos estaban allí y nunca había tenido un motivo para viajar a otro lugar”, contó Jann en una de las tantas entrevistas que le hicieron en torno al estreno de la película.
El entonces joven de 19 años se anotó en la convocatoria, fue uno de los seleccionados entre 90 mil postulantes, hizo el aprendizaje en la academia y finalmente resultó el triunfador, accediendo al premio de participar en Las 24 Horas de Dubai, en 2012. Allí obtuvo el tercer lugar en su clase.
De ahí en más se sucedieron varias carreras, entre ellas Las 24 Horas de Le Mans, donde le fue mucho mejor de lo que se esperaba y eso permitió que se mantuviera en los circuitos, probando suerte en distintas categorías y autos.
Nürburgrin fue un punto de inflexión. Si bien marcó su vida y lo llevó por un tiempo a retirarse de las pistas para trabajar en Nissan y McLaren en la Fórmula E, la pasión pudo más y regresó a las carreras.
Tuvo marcas destacadas, como en 2014 realizar el tiempo más rápido de la historia de un superdeportivo en la famosa Colina de Goodwood en el Festival de la Velocidad de Goodwood, en el Reino Unido.
También se puede decir que Sports Pro Media lo nombró en el puesto 50 en su lista de los 50 atletas más comercializables del mundo en el 2015.
Sin duda una vida ideal para llevar al cine y contar una más de esas historias donde lo imposible se vuelve posible y sirve de ejemplo a otros.
“Enterarme de que estaban considerando hacer la película me pareció irreal. Aún hoy se siente extraño. Todavía no entiendo del todo que mi historia perdurará para siempre (…) Me gusta imaginarme que se trata de algo que podrán mirar mis nietos, lo cual los llenará de orgullo”, señaló el corredor a PlayStation Blog.
Jann no sólo cedió su historia, sino que también participó como consultor y doble en varias de las escenas de carreras del film. En la que no lo hizo fue la de la accidente porque el director Neill Blomkamp decidió recrearla con tecnología cien por ciento digital.
De la película le gustaría que la gente se quedara con la idea de que “pueden lograr todo aquello que sueñen y se dispongan a hacer. Desde luego, no será fácil, pero solo tenemos una vida, así que ¿por qué le dedicarías años a algo que no te satisface ni te transmite un sentido del propósito? Así que espero que la historia contribuya a motivar a las personas a emprender un camino distinto en sus vidas que las lleve a sentirse más contentas y realizadas. Me siento muy afortunado de haber tenido esta oportunidad a los 19 años”.
En lo que respecta a su carrera profesional, ha dicho que quisiera volver a competir en Le Mans en 2024 y retornar a Japón para participar en la Super GT. “Quiero competir profesionalmente hasta bien pasados los cuarenta. Todavía no llegué a mi nivel máximo y aún tengo hambre de gloria”, sentenció.
Historia con algunas licencias
El joven actor Archie Madekwe es quien encarna a Jann Mardenborough en Gran Turismo: De jugador a corredor, la película que en Uruguay se estrenó el pasado 24 de agosto.
Es la menos conocida de las caras protagonistas de esta historia dirigida por Neill Blomkamp (Distrito 9, Chapie). El elenco se completa con David Harbour (el Jim Hopper de la serie Stranger Things) como el entrenador de Jann, Orlando Bloom como el gerente de marketing de Nissan al que se le ocurrió crear la GT Academy y Djimon Hounsou como el padre del joven piloto.
La película es bastante fiel a la realidad pero, como toda ficción, se toma algunas licencias que contribuyen a reforzar los golpes de efecto. Por ejemplo, en el film el accidente de Nürburgring aparece antes en el tiempo porque la idea es presentarlo como el gran obstáculo que el protagonista debió superar para ver si estaba pronto para ser parte de un mundo tan riesgoso como el de las carreras de autos.
En la vida real, Jann compitió en Las 24 Horas de Les Mans antes del gran accidente, mientras que en la pantalla grande la competencia francesa se reservó para el gran final de la historia.