LIC. VERÓNICA MASSONNIER
Hasta hace poco, el hombre biónico no era más que un personaje de fantasía, una proyección de nuestros deseos, "un superhéroe más".
Sin embargo, hoy la expresión está siendo protagonista de noticias en el mundo de la medicina: de la ficción a la realidad, vivimos un punto de la historia en el que la medicina y sus avances están generando una verdadera revolución, que traerá grandes impactos sociales en los próximos años.
¿Qué significa "biónico"? Alude en este caso a "tener alguna función fisiológica aumentada o reemplazada por componentes electrónicos o electromecánicos".
Más allá de lo imaginable, la medicina comienza a mostrar caminos de futuro que eran, hasta hace poco, fantasía: la tecnología al servicio de una vida más prolongada, pero también abocada a amortiguar el proceso de envejecimiento y de incorporar (¿por qué no?) funciones ampliadas.
En este terreno aparecen, de manera incipiente todavía en los países latinoamericanos pero con importantes perspectivas de futuro, las clínicas para la "puesta a punto": un concepto de la salud que no se limita a curar o prevenir enfermedades, sino que propone recuperar funciones que se van debilitando como resultado natural del paso del tiempo.
El espacio llamado "medicina anti aging" resulta así un concepto clave para comprender la forma en la que van a tratar de envejecer las próximas generaciones. En este terreno aparecen toda clase de técnicas destinadas a luchar contra el proceso del tiempo: cirugías que reemplazan partes del cuerpo que ya no funcionan, terapias hormonales, cirugía cosmética y todo tipo de tratamientos (invasivos y no invasivos) para el rostro y para el cuerpo, dentro de los que se incluyen un conjunto de medicinas alternativas, la nutrición, un enfoque específico del ejercicio físico, etc.
En ese modelo, la preocupación no sería tanto la enfermedad de un órgano (para lo cual sin duda la medicina tradicional continúa su camino) sino la búsqueda explícita de soluciones para retrasar el envejecimiento en todos los sentidos.
Es posible que estas prácticas concretas se concentren en principio en segmentos de mayor poder adquisitivo, pero el interés atraviesa los diversos grupos y, en la medida de las posibilidades reales, es esperable que adquiera un vuelo muy importante.
Todo esto señala que las sociedades van aprendiendo a integrar una concepción más amplia de la salud y de la medicina.
La intervención médica identificada con el concepto de "curar la enfermedad" se amplía con una mirada más asociada a la prevención, y por lo tanto ya hablamos de "preservar la salud" que todavía no se ha perdido.
A su vez, la medicina biónica apunta a preparar al ser humano para una vida más prolongada, utilizando la tecnología para permitirle que esos años sean disfrutados de una manera plena.
Pero la medicina biónica no se limita al envejecimiento. El próximo paso es la intervención para aumentar las potencialidades, no solamente para evitar el envejecimiento.
Esto significa que en el futuro va a ser posible no solamente "reparar" alguna función que se haya perdido, sino también ampliar voluntariamente ciertas funciones más allá de los límites normales: ver más, escuchar más, correr más rápido que los humanos "tradicionales", van a ser posibilidades en un tiempo no tan lejano.
Hace unos meses se difundió la noticia de que cirujanos británicos implantaron los primeros ojos biónicos, que consisten en una cámara de video y un transmisor, que se conecta al cerebro a través del nervio óptico y podría transmitir imágenes. Y esto es sólo el principio.