De El Marginal a En el barro: Ana Garibaldi profundiza en el universo de Gladys, la esposa de Mario Borges

Por redacción El País
Ana Garibaldi, actriz argentina de 55 años, se ganó un lugar destacado en la televisión con su papel de Gladys Guerra en la serie El Marginal, donde interpretó durante cinco temporadas a la esposa y cómplice de Mario Borges (Claudio Rissi) y una segunda madre para Diosito (Nicolás Furtado), personaje que fue ganando protagonismo y complejidad dramática con el tiempo.

Para muchos fanáticos, Gladys merecía un spin-off, y ahora Garibaldi llega con En el barro (centrada en la historia de reclusas), confirmando su talento para roles intensos y multifacéticos.

La actriz no pasó por un casting tradicional para este papel: fue convocada directamente luego de ser vista en una obra de teatro, y desde el inicio se involucró en construir a Gladys desde detalles pequeños pero clave, como el constante movimiento de su chicle, que funciona como una “señal arrabalera” del personaje, según ella misma contó en una entrevista con el diario El Día.

También desarrolló ciertas señas y gestos que le dieron una identidad propia, aportando profundidad y autenticidad a una mujer compleja, al mismo tiempo fuerte y vulnerable, que acompaña y sostiene los delitos de su marido desde la cárcel: arregla desde asesinatos por encargo hasta el tráfico de drogas.

“Por más que Gladys tenga toda esa impronta, y sea una tipa que si te tiene que pegar un tiro te lo pega, es una mujer”, dijo la actriz luego del quiebre emocional y la posterior venganza que vive y asume su personaje por sucesos de la cuarta temporada de El Marginal.

Sobre la relación de Gladys con Borges, Garibaldi ha dicho que se imaginaba que Gladys no había tenido una vida fácil, sino una vida siempre muy cercana a la violencia, lo que explicaba su apego y lealtad hacia su marido. “Ella es un soldado de él, pero no cualquier soldado: es jefa también a su manera, toma sus decisiones más allá de Mario”, ha dicho en entrevistas. Y agregó: “No sé cómo será en la vida real, pero seguro hay muchas chicas como Gladys, dispuestas a mucho”.

Esta dualidad -de mujer de armas tomar y mujer vulnerable y protectora de los suyos- es lo que ha logrado captar el cariño del público.

En cuanto a si existen similitudes entre la actriz y el personaje, Ana reconoce que comparten “el carácter fuerte y claro, el chicle, y no mucho más”, ya que “todo lo demás es totalmente armado”. Menos mal.

Para Ana, llegar a esta serie creada por Sebastián Ortega representó un salto desde su sólida base en el teatro a la televisión con un éxito rotundo. El rol de Gladys le permitió explorar nuevas facetas actorales y alcanzar un público mucho más amplio.

Ahora, con el estreno de En el barro, la actriz continuará profundizando en este universo y en el desarrollo de un personaje que ya se ha convertido en un ícono de la ficción argentina contemporánea.

Su interés por la actuación comenzó en la adolescencia, motivada por un novio, hijo de un poeta paraguayo. Formada en el Conservatorio Nacional de Arte Dramático y perfeccionada con destacados docentes como Rubén Szuchmacher y Vivi Tellas, desarrolló gran parte de su carrera en el teatro, participando en obras relevantes como Tercer cuerpo, La jaqueca y El desarrollo de la civilización venidera, que le valieron premios y nominaciones como el Clarín a actriz revelación y el Trinidad Guevara.

Su trabajo en festivales internacionales y su colaboración con directores como Daniel Veronese y Claudio Tolcachir consolidaron su prestigio en las tablas.

En televisión, tuvo roles en series como Trátame bien, Casados con hijos y El tiempo no para. Su paso a la pantalla grande también suma proyectos que exploran su versatilidad y compromiso artístico, posicionándola como una de las actrices más destacadas de su generación.

Foto: Consuelo Oppizzi / Netflix

El elenco principal de En el barro (estrenada el 14 de agosto en Netflix) reúne a Ana Garibaldi con Valentina Zenere, Rita Cortese, Lorena Vega, Marcelo Subiotto, Carolina Ramírez y Ana Rujas, junto a un amplio reparto que incluye a Juan Gil Navarro, Justina Bustos y Juana Molina, además de la participación especial de Cecilia Rossetto y Gerardo Romano -quien interpretaba a Sergio Antín, otro gran personaje de El Marginal- como invitados.

La trama sigue a Gladys Guerra, alias “la Borges”, y a un grupo de condenadas primerizas que, tras un accidente en el traslado a la prisión de La Quebrada, deben sobrevivir y enfrentar las duras reglas y luchas internas que gobiernan la vida carcelaria. Gladys tiene como mayor deseo lograr su libertad para poder criar a Juan Pablo, el hijo de Diosito, que actualmente está al cuidado de su amiga Claudia. Acostumbrada al entorno delictivo que vivió durante años junto a los Borges, Gladys sabe moverse con habilidad y entiende a la perfección las alianzas de poder dentro de la cárcel. Líder natural de “Las Embarradas”, no retrocede ante la violencia y su personaje promete hacerse respetar con autoridad. Su llegada a La Quebrada la pone nuevamente frente a Antín, en una situación de desventaja (recordemos que termina en la cárcel, entre otras cosas, por el secuestro de la esposa de Antín al final de El Marginal, perdón por el spoiler) que él no dudará en aprovechar.

Para Ana, interpretar a Gladys implica conectar con esas miserias humanas que ambas series exponen, permitiéndole explorar y representar las diversas realidades que conviven en ese mundo marginal.